Parte Quinta. Medios de Acción de la Masonería

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Contenido:

PARTE QUINTA. MEDIOS DE ACCIÓN DE LA MASONERÍA
CAPÍTULO I. MEDIOS GENERALES
CAPÍTULO II. TRETAS MASÓNICAS
CAPÍTULO III. LA MASONERÍA DE ADOPCIÓN Y LOS LOBETONES

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PARTE QUINTAMEDIOS DE ACCION DE LA MASONERIACAPÍTULO 1
MEDIOS GENERALES

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137. – Hay que reconocer su acción

Sería cegarse voluntariamente y sin provecho apreciable el no reconocer que la Masonería ejerce en el mundo una acción extensa y complicada y que su influjo es muy poderoso desde cualquier aspecto que se le mire, Y sí a esto se agrega su coordinación al Judaísmo o su cooperación con él, su acción e influjo resultan mucho más eficaces y trascendentales. En Inglaterra y Estados Unidos el número de sus afiliados es verdaderamente grande, considerado en sí mismo y en relación con la población de esos países; pero en las naciones católicas, la proporción suele ser muy insignificante y no corresponde en manera alguna al predominio que suele tener en ellos la Masonería. ¿Cómo ha podido conseguirlo? He aquí lo que voy a declarar brevemente, siguiendo principalmente a Dom Benoit.

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138. – La sugestión para formar opinión

«Se concibe, dice Copin-Albancelli, que desde el día siguiente de su iniciación, los masones hagan sentir en todas partes, alrededor suyo, la repercusión de la acción que se ejerce incesantemente sobre su espíritu. Repiten lo que han oído decir por los predicadores del Poder Oculto. El periodista en sus artículos, el publicista en sus escritos, el autor dramático en sus piezas, el cancionero en sus canciones, el pornógrafo en sus producciones infames, el profesor en sus cursos, el institutor en sus clases, todos esparcen bajo diversas formas la enseñanza que han recibido, las ideas de que están impregnados. . El estado de espíritu creado y almacenado en las logias como en un depósito desborda, pues, por todas partes y el medio profano se encuentra poco a poco modificado por él. Y como los francmasones que hacen así el oficio de propagandistas no se dan como masonea, la acción que ejercen no es conocida como acción masónica. El diario moderado, el diario patriota, religioso aún, pueden tener, sin que se sepa, su o sus francmasones que no digan en él sino lo que pueden decir; pero que se encuentran en la logia de los francmasones rabiosos de la Lanterne y de la Action. Si no tiene su o sus francmasones, tiene éste o el otro de sus redactores empapados, gracias a las «influencias individuales cuidadosamente encubiertas», en espíritu masónico, diluído en la medida conveniente para que sea asimilable en el medio en que debe obrar. Estos masonizantes trasmiten a su vez a sus camaradas el espíritu que han recibido. Y así es cómo nuestra prensa, aun la de oposición, está atacada en muchos puntos por infiltraciones masónicas».

«Lo mismo pasa en los talleres, salones, grupos que constituirnos, de tal modo que para tal estado de cosas, no existe sino un solo remedio, que, desgraciadamente, es aquel al cual uno menos se resuelve: que consiste en conocer las características de espíritu masónico y en darle la contra en todo y en unirse y sorneterse a las disciplinas intelectuaIes y morales que representan los estados de espíritu contrarios» (Copin, C. J., 173.174).

Lo que el autor dice de Francia, es perfectamente aplicable a Chile y a cualquier otro país.

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139. – La acción jerárquica

Como se comprende, es eficacísirna para toda propaganda. Del Consejo Supremo parte una insinuación de obrar en tal o cual sentido, de propagar tal o cual idea, y en el momento comienza la acción en todos los puntos del país donde hay un núcleo masón y a veces donde hay un solo hermano apostado al servicio de la Orden. Y corno se suele disponer de la prensa, luego se publican las ideas que se quieren divulgar, los anhelos que se quieren hacer sentir; en seguida comienzan a llegar los telegramas de todas partes, manifestando el sentir de la opinión formada artificialmente por los que dirigen la tramoya, y corno el resto de la población ni sospecha la trama, no deja oír su voz. De esa manera, la única voz que se oye, la única opinión que se deja sentir es la que el Gran Oriente ha querido que se sienta, y ahí tenéis formada como por encanto una opinión pública, tal vez enteramente contraria al sentir de la casi totalidad de los habitantes. Cuando estaba por venir a Iquique la Belén de Sárraga, por manejos masónicos, como se ha dicho, se tuvo buen cuidado de formar una unión de periodistas y luego comenzó la prensa adicta a la Masonería o sugestionada por ella, a hacerle el reclamo, presentándola como una gran conferenciante; los demás diarios, parte por solidaridad con los primeros, parte por no quedarse sin decir nada en una cosa que no conocían, siguieron haciendo coro. El pueblo, la sociedad, no tuvo más información sobre las verdaderas tendencias y carácter de la conferenciante que la modestísima proporcionada por la hojita dominical »La Luz», y eso cuando ya estaba formada la opinión favorable a la oradora masona. La acción jerárquica de la Masonería había formado la opinión a su sabor.

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140. – La prensa

Es también más universal y más eficaz de lo que ordinariamente se cree, precisamente por razón del secreto con que se la hace servir a la Orden. Se trabaja por medio de ella en todos los tonos o matices, desde el más impìo y descarado hasta el más hipócritamente disimulado, acomodándose a toda suerte de lectores, para que los unos no se espanten y para que los otros se endurezcan más y más. Los instrumentos son distintos; la cabeza que dirige es la misma.

Los reclamos de la Masonería en favor de una obra son poderosísimos, como es de suponer después de lo dicho. En un momento dado se dejan oír de un confín a otro del país y a veces del mundo entero. Hay logias, hay círculos o centros dependientes de los hermanos, hay diarios en los cuales ellos también están metidos, todos comienzan, como por encanto, a poner las nubes producciones a veces bien mediocres, sin que el resto del mundo se dé cuenta del complot que se ha formado para hacerle leer una obra que a veces resulta simplemente infame como he tenido ocasión de verlo.

La prensa menuda destinada al pueblo, brota y se difunde por todas partes, dirigida o subvencionada y ayudada en toda forma por la Masonería, en revistas, almanaques, novelas, hojas, etc.

Las Bibliotecas populares, fundadas por la Masonería o dirigidas por ella, abundan en producciones que llevan su espíritu y hacen su obra de destruir la fe, la moral cristiana y las sanas ideas sociales. Casi nadie sospecha siquiera que de intento se acumulan en ellas obras de tales tendencias y se han proscrito otras que podrían contrarrestar la propaganda mentirosa e inmoral que en aquéllas se hace.

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141. – Sociedades masónicas menos perfectas

Para llevar a cabo sus planes, sin abrir mucho sus puertas, la Masonería ha ideado una multitud de sociedades que profesan sus principios y viven de su espíritu. Son las principales La Internacional, o Sociedad Internacional de Trabajadores; la Alianza Republicana Universal; la Alianza Internacional de la Democracia Socialista; los Nihilistas; los Fenianos; la Unión Fraternal de las Sociedades Obreras de Italia; la Sociedad Internacional de Librepensadores; la Asociación Internacional de los Universitarios; la Joven Italia y la Joven Euriopa, la Liga de la Enseñanza, etc

La característica general de todas estas asociaciones es el odio a la Religión Católica, a Cristo, a Dios ; la comunidad de bienes, y la licencia de costumbres en lo que toca al matrimonio. Para más detalles acerca de su origen, de su organización, de su entroncamiento con la Masonería, remito a los lectores a Dom Benoit (F. M., II, desde el principio).

Entre estas sectas llamo la atención a la de los Librepensadores o Solidarios, que tienen el compromiso de morir fuera de todo culto religioso. Es el colmo de la perversidad: comprometerse a cerrar todas las puertas a la misericordia divina.

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142. – Sociedades auxiliares

La Masoneria las tiene de varias clases. Entre ellas hay que contar en primer lugar las sociedades Públicas organizadas según los principios masónicos, como la de los Sansimonianos, de los Fourrieristas o Falansterianos , en Francia, y de la Nueva Armonía,en Inglaterra y Estados Unidos. De estas decía Ragón, Gran Doctor del Gran Oriente de Francia: «Por su inmensa palanca de asociación, la Masonería es la sola capaz de realizar en una comunión generadora esta grande y bella unidas social concebida por los Saint Simon, los Owen y los Fourier. Que los masones lo quierna y las generosas concepciones de estos pensadores filántropos dejarán de seer vanas utopías». Las tres asociaciones profesaban el panteísmo, el comunismo, la disolución de la familia, etc. (Benoit, F.M., II, 72-174).

Entre esas sociedades hay que contar la Liga de la Enseñanza, cuyo programa se ha querido copiar disimuladamente entre nosotros, para llegar al fin anhelado de la escuela laica obligatona y única. En la misma categoría hay que poner la Liga de la Defensa de los Derechos del Hombre, nombre con que se quiere dismular el fin de agrupar una fuerza más al servicio de la dirección oculta de las logias. Como ésas hay una cantidad de sociedades o centros de cultura, a veces de vida muu efímera, que brotan de la inspiración masónica, que directa o indirectamente trabajan o en realizar su programa o al menos en prepararle el ambiente. De esta clase de sociedades, de cultura cientìfica y literaria, se valió la Masonería para propagar sus ideas anticristianas y revolucionarias en el siglo pasado, valiéndose también de los Congresos científicos, para facilitar la traslación honorífica y gratuita de su agentes a aquellos centros en donde hacía más falta o daría mayor resultado esa propaganda.

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143. – Sociedades públicas sin fines sectarios

La Masonería tiene gran cuidado de infiltrarse en toda suerte de asociaciones extrañas y de adueñarse de ellas colocando sus afiliados, hasta que, estando en mayoría, puedan cerrar a los que no lo son completamente, si así conviene a la secta.
Hay, por ejemplo, una sociedad de instrucción, fundada quizás por sacerdotes, o al menos por católicos. Ser deslizará en ella un caballero rico, cuyo carácter masón ignora, y que entra con buenas intenciones a la sociedad que le abre sus puertas. Este, más tarde, propone a otro hermano inofensivo como él, y nadie le pondrá reparos, porque nadie sospecha de la acción que se está ejerciendo en el seno de la sociedad, aún sin que los miembros de las logias se den cuenta ellos mismos del fin adonde van a llegar, Y en pocos años la sociedad, de católica que era, quedará convertida en sociedad masónica, gracias al secreto de la Masonería y a la confianza y bonachona sencillez de los primeros socios.

Y de esta manera se introduce el espíritu masónico poco a poco en toda suerte de sociedades militares, literarias, de beneficencia, de deportes, de enseñanza, etc. «Vosotros no sois en este momento, decía en el convento de 1892 el H.. Blatin, sino un estado mayor, no sois sino los oficiales, no habéis aún agrupado oficialmente las tropas que debéis llevar al combate. No podéis llamar esas tropas a vuestras logias.. pero os lo digo con una profunda convicción personal, necesitáis, bajo formas que se han encontrado, gracias a los elementos que ya podéis llegar a reunir en torno vuestro, todas esas masas del sufragio universal que no piden sino ser disciplinadas por vosotros». El Congreso Mas.. de Amiens, en 1894, recomendaba la creación de sociedades que obren bajo la inspiración masónica: «Nuestra Comisión, decía, ha estimado que este medio debía ser señalado de un modo muy particular a vuestra atención. Os procurará, en efecto, a todos la ocasión de hacer predorninar vuestras ideas en todas partes, si tenemos el talento de organizar esas sociedades, quedando siempre tras bastidores» (Copin, C.J., 195-197).

«La Masonería, dice un periódico masón de Estados Unídos, trabaja tranquila y secretamente; pero penetra al través de todos los poros de la sociedad en sus muchas relaciones, y los que reciben sus muchos favores, se asombran de sus grandes obras, sin poder decir de donde vienen (Chronicle, 1897, II, 303).

«La fuerza real de la Masonería, dice en otra ocasión, en su trabajo externo, está sin duda en que hay más masones y muchas veces mejor calificados para la ejecución del trabajo masónico fuera de la Hermandad que dentro de ella. La Masonería misma, en Europa y América, funda sociedades e instituciones de semejante forma y fin para todas las clases de la sociedad e infunde en ellas su espíritu» (cit. por Cath. Encyclop. Masonry).

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144. – Los Boys Scouts

Voy a dedicar un párrafo especial a esta institución, por la importancia que está teniendo en todas partes. «La institución de los Boys Scouts, o Niños Exploradores, para usar palabras de nuestro propio idioma, fué hecha por el general inglés Baden Powell, al parecer sin otros fines que el de desarrollar en los niños las energías físicas, el espíritu de iniciativa y de beneficencía. No pasó por su mente, al menos así se ha dicho y así se ha manifestado en los reglamentos, el valerse de esa institución para finers antirreligiosos; al contrario, a los niños se les enseñaba el cumplimento de sus deberes religioios y les daba tiempo y oportunidad para ello. Así es como han podido establecerse Boy Scouts católicos, que, sin perjudicar en nada el cumplimiento de sus obligaciones religiosas, antes bien dándoles el realce que resulta de su parada, juventud y presentación, han podido entregarse a los ejercicios del explorador, uniendo a los medios de formación puramente naturales, los medios y las fuerzas sobrenaturales que dan el cumplimiento de los deberes religiosos y la práctica de los sacramentos y de la oración. Así es como los hemos visto acudir en gran número y en irreprochable presentación a tributar el homenaje de su fe al Padre Santo y a recibir sus consejos y su bendición.

Pero la Masonería, que se ha adueñado mañosamente de la enseñanza, en casi todos los países latinos, se ha apropiado también con suma facilidad de la dirección de los Scouts y, traicionando la de los niños y la confianza de sus padres católicos, se vale de la institución y de sus reglamentos para apartarlos del cumplimiento de los deberes religiosos, que son los más necesarios y fundamentales del hombre, y prepararlos para el indiferentismo práctico y teórico y aun para su afiliación en las logias. De ahí es que pone sumo empeño en fomentar la institución y en no dejarla escaparse de sus manos. Los «Boys Scouts» constituyeron un día obra por excelencia masónica. Fueron masones el alma de toda brigada en la República entera. Sin embargo, el año último se acentuó una crisis alarmante en este hermoso instituto en casi todas las ciudades. En lo que va corrido del Presente año (1918) se ha iniciado una reacción que habrá de restaurar la actividad de todos los directorios y brigadas existentes y que multiplicará los organismos de esta institución. Se estudian y procuran corregir todos los defectos que paralizaron su desarrollo. Ningún mason olvide la circunstancia de haber sido el enemigo de la Masonería quien puso en manos nuestras y selló ante la opinión pública con timbre masónico indeleble el Scoutismo». Palabras del Ven. Gr. Maestre de la Gran Logia de Chile en su mensaje de 1918.

El lector perspicaz, después de leer las palabras citadas, reconocerá al momento que, según la confesión del mismo Gr. Maestre, la autoridad eclesiástica de Chile tuvo plena razón para denunciar como sociedad dirigida por la Masonería el Scoutismo; no fué ella la que puso el sello masónico a la institución, sino únicamente quien manifestó públicamente lo mismo de que el Gr. Maestre se gloriaba en el Gran Oriente.

«Yo no querría contristar a los partidarios de Scoutismo», decía Le Temps del 27 de marzo de 1924, »ni llenar de súbita indignación el corazón de los niños que se consagran a él con tan generoso ardor. Pero confieso que la lectura de los órganos especiales encargados de mantener el celo místico de esos jóvenes es a veces muy turbadora para un profano. Tengo a la vista un boletín mensual de los jefes unionistas de Francia y tomo en él conocimiento de un »trabajo» cuya importancia y necesidad no se ocultarán a nadie: el reglamento oficial de las cuadrillas (meutes, cuadrilla de galgos y otros perros; metafóricamente se aplica al hombre en mal sentido)

Lo que se quiere, abrevio de lo que dice Le Temps, es formar lobos de los boys scouts. Se les agrupa bajo la bandera del lobo; el lobo es su »totem» (animal reconocido como antepasado de su tnbu o venerado como un Dios). Baden PoweIl ha declarado que sus subordinados han de sujetarse al evangelio del Libro de la Selva y plegarse al método Lobetón.

»La experiencia ha sido hecha en el campo de Cappy, nos dice el redactor de ese órgano oficial de los scouts y eclaireurs (nombre con que se designan algunas compañías o brigadas de scouts) ; al cabo de seis días, todos los jefes y jefas, con mayor razón los muchachos de ocho a doce años, se persuadirán fácilmente que son lobos.

Los gritos o exclamaciones que se les ensenan son como aullidos de lobos: »ya-hú, ya-hú, yap, yap ya-hú», gritos que son cantados y cuya música da el boletín citado. Por cierto que no es muy consolador esa preparación del niño como sii fuera lobo. No es de extranar entonces que en los desfiles de los boys scouts veamos la figura de animales en el pendón de las diversas compañías, ni tampococ que se lleve el amor de los animales y la misericordia para con ellos hasta preferirlos en la atención y en la limosna a los seres humanos, a quienes muchas veces se deja en olvido (Véase Rev. des SS. Secr., p. 330 y sigs., 1924).

La misma tendencia llevan las sociedades infantiles, colonias y otros centros culturales, dirigidos por hermanos masones o por miembros del profesorado, que, conscientes o no, son instrumentos de los planes masónicos. Se dirá tal vez, ¿qué mal hay en esas instituciones? Aparentemente ninguno, o poco vez; realmente, van dirigidas de modo que apartan al niño y al joven, o al obrero, de la religión, hacen incompatible con sus actos o reuniones la misa y el catequismo, quitándoles el medio de instruirse en la religión o de cumplir sus deberes. Además, poco a poco se va infiltrando la indiferencia religiosa, con la prescindencia, primero, después con el ataque disimulado, con el hecho histórico o teoría científica que deja la duda, para llegar, finalmente, al ataque abierto y lleno de blasfemia.

Por supuesto que el desprestigio del clero es lo primero por donde se comienza, a fin de destruir la defensa que puede tener la fe de los católicos, en la confianza y comunicación con sus directores y maestros en materias religiosas. El fanatismo que se inspira a los jóvenes llega a ser tal, que basta que se les proponga la lectura de un libro escrito por un sacerdote o que defienda la religión, para que lo rechacen sin más antecedentes. La ruptura del espírítu de familia y el alejamiento del niño del hogar para debilitar sus influencias y sujetarlo a otras extrañas, es un daño que ya se proponían los altos jefes italianos, hace cerca de un siglo, como está indicado en otro lugar.

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145. – Fiestas

Es casi seguro, dado el espìritu que la anima, que la IMCA, o Asociación de Jóvenes Cristianos, está cobijada bajo el ala protectora de la Masonería, protestante como es y llamada a separar el cumplimiento de sus deberes cristianos a los jóvenes que incautamente se dejan prender en las redes de sus atractivos y pasatiempos.

¿Obedecen al mismo plan masónii o los bailes de los sábados prolongados hasta la madrugada del domingo y las otras fiestas sociales, malones, cte., que producen el mismo resul tado de dejar a la mayor parte de los que en ellas intervienen en la imposibilidad de oír la Misa? Hace pensarlo la frecuencia con que se realizan tales actos con esos resultados, sin verse muy claramente la razón que los justifique.

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146. – Tenidas Blancas

Así se llaman aquellas tenidas masónicas en que se abren las puertas del templo a los profanos y aun se les invita a asistir, con el pretexto de alguna fiesta de la Orden. Son uno de los medios de conquistarse simpatías y de quitar el miedo y las prevenciones contra las logias a los profanos, o de encaminar hacia la Masonería de adopción al elemento femenino.

En ella alguno de los hermanos de una conferencia, en relación con el objerto que se proponen. Dom Benoit cita como ejemplo tres tenidas blancas, cuyos temas fueron: La misión de la mujer en el siglo XIX (era en 1887); la misión masónica de la mujer en el siglo XIX y La enseñanza gratuita, obligatoria y profesional. En una tenida blanca en la cual se habían reunido cuatro logias, en mayo de 1877, uno de los Venerables hizo la conferencia sobre los peligros de la invasiòn clerical y de las doctrinas de lo maravilloso», urgiendo a las señoras a «instruirse», masónicamente, se entiende, rechazando la actual instrucción, «que no está basada sino sobre la revelaciòn y el misticismo» (lo sobrenatural) (Benoit, F.M., I, 409-410).
Lo dicho basta para que los católicos sepan a qué atenerse cuando se les invita a esas tenidas y se les dice que son del todo inofensivas. A priori se puede suponer que no es tan inocente acudir al templo donde, consciente o inconscientemente, velada o manifiestamente, se reniega de Dios y se adora lo que no es Dios.

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147. – Sociedades Teosóficas

La Masonería acostumbra propiciar todo aquello que es contra los dogmas católicos. De su seno salen o los fundadores o los propagadores de todo sistema de doctrinas que pueda alejar de la observancia religiosa a los católicos. Entre las obras que ha favorecido con gran empeño está, el teosofismo y todo lo que se efiere a las ciencias ocultas. Madame Blavatsky, la introductora o fundadora del teosofismo en Europa, era también miembro de las logias; su sucesora Ana Besant, Presidenta de la Sociedad Teosófica, en 1911, era Vicepresidente y Gran Maestra del Consejo Supremo de la Orden Internacional de la Mas.. mixta, y entre nosotros, en esta ciudad, son los hermanos masones los que mas contribuyen a propagar la sociedad teosófica. Se comprende: las doctrinas teosóficas sobre la naturaleza de Dios y del alma y de las relaciones del alma con Dios, son las mismas que se enseñan en la Masonería. Basta leer las obras que tratan de la historia de la teosofía o del teosofismo para ver que cada centro teosófico que se funda cuenta casi con seguridad miembros de las logias entre sus iniciadores.

Y ya que entre nosotros no faltan tantas que por una vana curiosidad se dejan afiliar a los centros o logias teosóficas, no estará de más darles a conocer algo di lo que acerca de esas sociedades secretas dice Webster en su obra tantas veces citada: Hablando de la Co-Masonería y de la insensatez de su credo, agrega; «Baste decir aquí que su carrera, como la de la mayoría de las sociedades secretas, ha sido marcada con violentas discusiones entre sus miembros – los Blavatkistas denunciado apasionadamente a los Besantistas y éstos proclamando la divina infalibilidad de su jefe-, mientras que al mismo tiempo se daban a luz escándalos de una especie peculiarmente repugnante. Esto, por supuesto, ha creado un serio cisma en las filas de los Teósofos, que muestra que se puede encontrar entre ellos un número de personas perfectamente inculpable. Sin embargo, la peculiar ocurrencia de tales escándalos en la historia de las sociedades secretas conduce a uno inevitablemente a preguntarse hasta dónde han de se mirados corno simples accidentes o como resultado de los métodos de las sociedades secretas y de la enseñanza oculta. El que los hombres contra los cuales se han hecho cargos de perversión sexual no eran ejemplares aislados de estas tendencias, se manifiesta en la confesión de uno de los »chelas» o discípulos de Madame Blavatsky..»

«Hay, pues, en este país cierto número de Teósofos que tienen el valor y espíritu público de protestar contra el uso de la Sociedad para fines políticos y contra las infracciones del código moral que ellos creen que algunos miembros han cometido. Pero esta parte constituye únicamente una pequeña minoría; el resto está preparado para rendir ciega e incuestionable obediencia a los dictados de Mrs. Besant y Mr. Leadbeater. Bajo este respecto la Sociedad Teosófica sigue el plan usual de las sociedades secretas. Porque, aunque nominalmente no sea una sociedad secreta, lo es en la realidad, siendo compuesta de círculos externos e internos y absolutamente controlada por directores supremos. El círculo interno, conocido como la sección esotérica (oculta) o más bien la Escuela Oriental de Teosofía – a la cual se acostumbra hacer referencia en la Sec. Esotérica – es, en realidad, una sociedad secreta, que a su vez es formada por otros tres círculos, el más interno compuesto de Mahatmas o Maestros de la logia Blanca, el segundo, de los Pupilos Aceptados o Iniciados, y el tercero, de los Estudiantes o miembros ordinarios. Así es que la Sociedad Esotérica y la Co-Masonería (mixta de hombres y mujeres) componen dos sociedades secretas dentro de una Orden abierta controlada por personas que son frecuentemente miembros de ambas. Otra cuestión es si estos altos iniciados están realmente en el secreto. Cierto co-masón que se dice haber sido también Rosicruciano y miembro importante del Gran Oriente observaba una vez misteriosamente que «la Teosofía no es la Jerarquía», dando a entender que es sólo una parte de la organizaciòn mundial y sugiriendo de un modo oscuro que si no lleva a cabo la obra que se le ha señalado, le tomaría cuenta otro cuerpo de adeptos. Más tarde veremos que esto es más que probable.

«Las filas externas de la Sociedad Teosófica parecen ser compuestas de entusiastas inofensivos que se imaginan que estan recibiendo genuina instrucción en las religiones y doctrinas ocultas de Oriente. Por el momento no se les ocurre que la enseñanza de la Sección Esótérica no sería tomada a lo serio por ningún Orientalista y que mucjo más podrían aprender estudiando las obras de reconocidas autoridades sobre estas materias, de la Universidad o del British Museum. Ni esto llenaría el propósito de los jefes. Porque la Sociedad Teosófica no es grupo de estudio, sino esencialemnte una sociedad propagandista que anhela a sustituir a la enseñanza pura y sencilla del Cristianismo de la extraña mezcla de la superstición oriental, Cabalismo y Charlatanismo del siglo XVIII, diseñada por Mrs. Besant y sus coadjutores. . . » (Webster, págs 306-309).

Ya saben, pues, mis lectores lo que es la Sociedad Teosófica, que suele buscar adeptos con el mismo engaño e hipocresía que lo hace la Masonería, diciendo que ella no ataca ninguna religión y que en ella pueden encontrarse muy bien los fieles de todas las religiones.

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148 – Supercherías y Ciencias ocultas

Haciendo la historia de la Masonería, cuenta Eckert que por los altos 1870 los alquimistas y otros caballeros de industria, se habían apoderado delñ gobierno de la Masonería y fundaron o hicieron admitir el grado de Rosaruz. »Era un medio, agrega, de ocultar las supercherías que empleaban en la pretendida fabricación del oro, en sus ridículas conjuraciones de los espíritus, en sus distribuciones de eterna juventud. Del conde Cagliostro, uno de los nombres que solía usar el judío José Bálsamo, continúa diciendo: «Este célebre impostor dijo que estaba en posesión de la piedra filosofal; pretendía penetrar el porvenir, poder evocar a los muertos, hacer aparecer a los ausentes, y, con la ayuda de su mujer, supo engañar a gran número de espíritus crédulos, hizo servir la Masonería de manto a sus diversas imposturas. Explotó a Francia, a Inglaterra y a Italia; pero Francia, donde se detuvo más tiempo, fué para él la mina más abundante. Fundó en 1782 la Masonería Egipcia; fueron admitidas en ella las mujeres y el número de sus adeptos fué muy considerable» (Eckert, II, 80-81).

Del Martinismo, o sea las logias masónicas fundadas por Martines-Pascualis, dice Ragón otro tanto por lo que se refiere a la comunicación con los espíritus y conocimientos ocultos.

La Sociedad de los Empleados Francmasones de la Estricta Observancia se ocupaba principalmente del estudio de la cábala, de la piedra filosofal y de la invocación de los espìritus, porque para ellos esos conocimientos eran el sistema y el fin de los antiguos misterios, de los cuales es continuación la Masonería.

Lo mismo pasaba en la Alta Observancia, en el rito masónico establecido por Swedenborg, en la Masoneríaa de los Setenta y dos y en el rito dle los Filadelfos de Narbona (Orthodoxia Mas., cit. Benoit, F. M., I, 331-334).

»Nadie habrá de extrañarse, dice Dom Benoit, de que las ciencias ocultas hayan sido practicadas en ciertos antros masónicos, cuando el más ilustre de los escritores de la secta, aquel a quien los altos iniciados celebran a porfía como el oráculo de la Masonería, las enseña él mismo en tratados especiales y cuando recomienda con tanta insistencia su estudio y cultivo a todos los masones que quieran ser verdaderamente dignos de este nombre: – No hay iniciación completa, decía Ragón, sin el estudio de las ciencias ocultas. Las ciencias ocultas fueron en todo tiernpo el Patrimonio de las inteligencias Privilegiadas» (Benoit, F. M., I, 336-337).
Por su parte, Webster, que dedica un capítulo interesante a los magos, después de manifestar que el papel que desempeñaron los magos ni el periodo anterior a la Revolución Francesa es muy conocido y jamás disputado por la historia oficial, agrega que »el punto importante que hay que comprobar es que precisamente así como los (llamados) filósofos fueron todos francmasones, los principales magos fueron no solo francmasones, sino miembros de sociedades ocultas secretas. Por tanto, agrega, a los hombres que ahora vamos a pasar en rápida revista no los hemos de mirar como a charlatanes aislados, sino como agentes de algún poder oculto» (p. 172).

Ojalá se fijaran en esa afinidad que hay entre las ciencias ocultas y la Masonería los aficionados al Teosofismo que, sin embargo, noquerrían estar influenciados por la Masonería.

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149. – Penetración en sociedades Católicas en el Clero

Cualquiera creería que las asociaciones católicas y sobre todo el Clero y los Religiosos estarían libres de influencias o conquistas masónicas. No es así, por desgracia, Auténticos o no los consejos de un miembro de la Alta Venta que funcionaba en Italia en el segundo cuarto del siglo pasado, consejos en los cuales recomendaba al introducirse en cofradías y sacristìas; reales o no los esfuerzos de la Alta Venta por llevarlos a cabo; el hecho en que el espíritu revolucionario penetró en muchos miembros de cofradías, en muchos sacerdotes y religiosos, de poca preparación teológica y ascética, hasta el punto de alalrmar al mismo Gobierno Supremo de la Iglesia, como puede verse en las historias ecleciásticas de la época, y especialmente en Crétineau Joly (L´Eglis,en face de ls Révol.).

Es cosa sabida también que en el Brasil hubo cofradías religiosas dominadas por la Masonería, que ovacionaron la persecución, la cárcel, el destierro, y no recuerdo bien si aun la muerte, del virtuoso Obispo de Olinda Don Vital, que defendió con entereza sus derechos de Pastor.

Tampoco sé si aquí, en Chile, habrá filtraciones masónicas en nuestras asociaciones de piedad, por lo menos. Es tan fácil hacerlo cuando se emplean todos los medios, comenzando con el de la mentira y la hipocresía. Es de temerlo, y en todo caso es bueno estar prevenidos contra ese veneno que se infiltra en pequeñas dosis.

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CAPITULO II
TRETAS MASONICAS

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150. – Mentira e hipocresía

Ya se ha dicho que el gran medio de que se vale la Masonería para hacer sus conquistas y realizar sus fines es la mentira y el engaño.

Ese engaño lo hemos visto empleado en la manifestación de sus propósitos: lo que ella dice que quiere es precisamente lo contrario de lo que quiere en realidad.

No es raro encontrar también en los escritos masónicos o en la boca de los propagandistas o apologistas de la Orden la afectación de Cristianismo, de respeto por la religión y por el catolicismo; eso sí que libre de toda mezcla agregada por la ignorancia, etc. Hace poco cayó en mis manos un folleto publicado por el centro editorial masónico de Santiago, en que el masón va atacando la religión cristiana y a Dios mismo, con toda la hipocresía masónica, presentándose como un creyente y mejor creyenta aún que la persona piadosa a quien se dirige, mintiendo, tergiversando, interpretando con la más torcida intenci’con todo lo que necesita para destruir la fe del católico.

Los que asistieron hace poco a los Congresos Eucarísticos de Santiago y de Concepción saben cómo la Masonería engaó a muchos católicos, vendiendo en las puertas de los templos folletos blasfemos, presentándolos con la apariencia de ser folletos eucarísticos.

Ese es sistema masónico antiguo: «Las semejanzas entre la correspondencia de Weishaupt», dice Webster, «y la de Voltaire y de Federico el Grande son por cierto muy sorprendentes. Todos por momentos profesan respeto al Cristianismo al mismo tiempo que trabajan por destruirlo. Así, lo mismo que Voltarire es una carta a D´Alembert expresa su horror por la publicación de un folleto anticristiano, Le Testament de Jean Merlier, y en otro lo urge para hacerlo circular a millares por todaFrancia; igualmente Weishaupt cuida en general de mostrar la apariencia de un filósofo benigno y aun de un evangelista critiano; sólo por momentos echa a un lado la máscara y muestra detrás de ella la mueca del sátiro».

Esa afectación de Cristianismo dio tan buen resultado, que el mismo Spartacus (seudónimo de Weishaupt) escribe con aires de triunfo «Usted no puede imaginarse qué consideración y sensación está levantando nuestro grado de Sacerdote. Lo más admirable es que grandes Protestantes y teólogos reformados que pertenecen al Iluminismo están creyendo que la enseñanza religiosa que en él se da contiene el verdadero y genuino espíritu de la religión cristiana. ¡Oh! Hombres, ¿de qué no se os puede persuadir? ¡Nunca pensé que llegaría a ser el fundador de una nueva religión»! (Webster, p 213-219).

Las palabras mágicas de que usa la Masonería para engañar y seducir son demasiado conocidas ya; pero a pesar de todo, es difícil convencerse de la fuerza que tienen. Cuando uno ve a los hombres más elevados e independientes del país manejados como niños pequeños al llamado de una palabra como liberalismo o conquistas liberales, que si alguna realidad tienen es precisamente la contraria de lo que suenan; cuando se ve entusiasmarse a las muchedumbres, cuando se les habla de libertad, igualdad y fraternidad, por aquellos mismos que trabajan por quitar toda libertad, igualdad y fraternidad; cuando se les habla de la verdad, por aquellos que tienen por norma la falsedad ; cuando uno ve a los de arriba y a los de abajo, entregarse como mansos corderos a la dirección de los que la pronuncian, de los que ya en otras ocasiones han resultado embaucadores, sólo entonces puede darse cuenta de la habilidad con que la Masonería sabe valerse de esos resortes para llegar a dominar el mundo, y de la constancia y majadería con que los emplea.

Tal ha sido uno de los resortes más poderosos con que la Masonería se ha afiliado adeptos y ha hecho que las multitudes ciegas y sencillas hayan obedecido ciegamente sus planes, especialmente en esos períodos de fanatismo y enloquecimiento que la historia del siglo XIX, sobre ledo, nos presenta en Francia, en Alemania, en Italia y en España, como puede verse en los autores que especialmente relatan su acción en esos paises.

Lo mismo, desgraciadamente se observa también en los pueblos de América, en Chile mismo a pesar de lo sesuda que suele ser su mentalidad, y a pesar de que los engaños precedentes han ido quedando en descubierto con la realidad de los hechos.

Las palabras de doble sentido son corrientes en el estilo masónico: para el común de las gentes tienen un sentido, para la Masonería tienen otro. Lo que significa fanatismo para los profanos, no es lo que significa para los masones; lo que suena la palabra superstición para los demás, no es lo mismo que suena para los masones; lo mismo hay que decir del despotismo, de la tiranía, de la emancipación, del mismo nombre de Dios, si alguna vez resuena en sus labios. Superstición y fanatismo para los masones es la religión, especialmente la católica; despotismo y tiranía para ellos son los reyes, sacerdotes, magistrados y ejérito. Emancipación es la licencia, la anarquía, etc.

Con el empleo de esas palabras, la Masonería sabe ir ajustando su propaganda al grado de preparación para llegar al final de su obra destructora de toda idea religiosa y de orden.

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151. – Exponer principios ocultando las consecuencias

Entre las habilidades masónicas enumera Dom Benoit las siguientes; Afirmar los principios, disimulando sus consecuencias. «Siempre los principios, decía Weishaupt, jamás las consecuencias». La igualdad, la libertad, la secularización, por ejemplo, son principios, afirmados constantemente por la Masonería; pero se guarda bien de manifestar las consecuencias de destrucción del orden social adonde quiere llegar con la libertad, y de la apostasía general del Estado, de la familia y de los individuos, adonde quiere ir a parar con la secuIarización.

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152. – Ir tras un fin aparentando buscar otro

Así, cuando se quería destruir el Poder Temporal del Papa, no se hablaba de eso, sino de formar la unidad italiana. Cuando se quiere separar la Iglesia del Estado, se dirá que es para tener más fondos para la enseñanza, para evitar roces de la religión con la política, etc., pero jamás se dirá que es por cercenar a la religión una parte de su acción. Cuando se quiere apartar de la Misa a los niiíos, a los jóvenes, a los profesores, se fundarán sociedades de Boys Scouts, musicales, deportivas, etc., para fomentar los ejercicios físicos, para cultivar un arte o ciencia, etc., y se procurará ocupar en eso precisamente el tiempo en que se impida el cumplimiento de los deberes religiosos; pero no se dirá que es allá adonde se quiere ir.

«Al organizarse la Masonería en la América Latina», dice la Pastoral, ya citada, del Rvmo. Arzob. de Caracas, «después de la Independencia, se encontró con que estos países eran entera y profundamente católicos; mostrarles, pues, claramente el fin que se proponía hubiera sido un procedimiento demasiado torpe; apeló, por tanto, al fingimiento, al disimulo, a la hipocresía, propagando que no era sino una asociación de caridad»…

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153. – Combatir a los enemigos sin nombrarlos

Es corriente entre nosotros, como en todas partes, pues el estilo masónico es universal, el oír declamar contra los reaccionarios, los oscurantistas. Ya se sabe que son los católicos o los clérigos. Si se les nombrara, muchos de los oyentes se sentirían heridos y se prevendrían en contra. Cuando se trató de suprimir los derechos de Dios en la Revolución Francesa, se habló sólo de los Derechos del Hombre.

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154. – Perseguir con el pretexto de defenderse

Cuando hicimos, en Iquique, la procesión conmemorativa del Centenario de Constantino, a que antes he hecho referencia, en la cual fuimos atacados de unamanera salvaje, ensañándose los atatantes contra respetables e indefensas señoras, se nos culpó de provocación. El liberalismo tarapaqueño, que no era más que la máscara detrás de la cual ocultó la Masonería su faz cobarde, se defendía en aquella forma de nuestro supuesto ataque, que consistía en una procesión piadosa, pacífica y respetuosa. Para la Masonería, el clericalismo y la religión son siempre enemigos que amenazanl los ideales que ella persigue.

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155. – Hacer profesión de ciencia

El estandarte de la ciencia es enarbolado por la Masonería corno un arma para combatir los dogmas de nuestra fe. Ya antes he hablado algo de los quilates que calza la ciencia y aun la intelectualidad de los masones en cuanto tales, por confesión de ellos mismos En esa decantada ciencia ha entrado todo cuanto disparate han dicho antiguos y modernos contra la moral y contra Dios, contra la espiritualidad del alma y consiguiente dignidad del hombre En ella se contienen todos los sofismas, todas las calumnias, todas las falsificaciones que han fabricado la filosofía o la historia para debilitar la fe o socavar sus cimientos racionales. Es una inmensa y tenaz conspiración contra la verdad. Ahí están los sabios de la Masonería sosteniendo, contra todos los dictados de la ciencia y llegando hasta las mayores ridiculeces para sostenerlo, el materialismo, la generalización espontánea, la descendencia del hombre, del mono o de otro animal, del cual no se han encontrado aún rastros sobre la tierra, a pesar de que, al buscarlos, los han encontrado hasta de las hormigas que han vivido en épocas prehistóricas.

Al llegar en mi revisión de la primera edición a este punto, leo en La Revista Católica, de Santiago, un artículo inspirado en revistas europeas, especialmente en Estudio, revista francesa, que trata precisamente de la pobreza de hombres de valer de que adolece la Masonería. Ese artículo, publicado en el número del 3 de octubre de 1925, es digno de leerse. El filósofo italiano Benedicto Croce, hablando de la cultura masónica, dice: »Excelente cultura para comerciantes, empleados, preceptores, medicastros, pero… cultura barata. Sin embargo, cultura detestable, por el mismo motivo, para el que quiere profundizar en los problemas del espíritu, de la sociedad, de la realidad de las cosas. Detestable, intelectualmente y también moralmente..»

Lombardo Radice, en su revista pedagógica I Nuovi Doveri, decía analizando la acción masónica en la vida pública italiana: »»vida social e intelectual toda era un fracaso monstruoso».

Como resultado de una encuesta que se hizo entre personalidades que no figuran ni en la extrema católica ni en la masónica, la Masonería fue calificada como gravísimo peligro, como «peso muerto de todas las mediocridades coaligadas». Otro ha dicho con cuer ironía: «Creo yo que la acción manifiesta u oculta de la Masonería se resuelve en un bien para nuestro país, porque sirve para esparcir por todas partes y cada vez más un saludable desprecio por las sectas secretas por las sutiles intrigas, las declamaciones humanitarias, que ocultan el vacío del pensamiento y la violencia de los intereses particulares»

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156. – Fomentar la corrupción

Hija y heredera del ángel caído, la Masonería se complace como él en la caída de los hombres. Las doctrinas que profesa, son de suyo corruptoras de las costumbres. El materialismo; la divinización del hombre; la libertad absoluta; la identificación de la naturaleza con Dios, etc., son las doctrinas que santifica tda suerte de inclinaciones o suprimen toda responsabilidad por la condescendencia con nuestros desordenados apetitos; el culto de la carne; el llanto por la muerte de Hiram, o sea del estado de naturaleza primitiva que la Masonería supone destruido por la religión y la Sociedad, y el anhelo para reconstruirlo, haciendo envidiable y convirtiendo en un ideal la suerte del salvaje sin leyes y del animal que puede sin rubor alguno satisfacer sus apetitos, Son otros tantos estímulos a la deshonestidad y a toda suerte de crímenes y pecados. Eso no hay quien no lo vea.

En Dom Benoit se puede ver hasta dónde llegó la avaricia de muchos corifeos de la Revolución Francesa. Me contentaré sólo con tomarle una cita de Taine, escritor muy conocido y nada sospechoso de parcialidad, según el cual la Revolución «echó mano de los tres quintos de los bienes raíces de Francia, arrancó a las comunidades y a los particulares de diez a doce mil millones de valores muebles e inmuebles, elevó la deuda pública, que era en 1789 de cuatro mil millones, a más de cincuenta riiil millones». Pues bien, la mayor parte de esos bienes no tuvo otro empleo que el de servir a los intereses privados de los «virtuosos republicanos»

«Napoleón 1, continúa Dom Benoit, no hizo sino hartar de pensiones y de puestos a los más fogosos revolucionarios para convertirlos en conservadores» (Benoit, F. M., II, 336-337).

Y José, su hermano, hecho Gran Maestre por él, convertido en Rey de España, se agregó al archicanciller Cambaceres con el tltulo de Primer Gran Maestre adjunto a su majestad el Rey de España y dió a las logias toda libertad, agrupándolas alrededor del Gran Oriente, en el cual veían a su protector y salvador. De ahí provino, según el autor de la »Memoria de la Masonería militar», que las rentas de la Masonería produjeron al Gran Maestre dos millones de francos y a su adjunto Cambaceres cien mil! (Eck., II, 155).

Según Menéndez y Pelayo, la venta de los bienes de los religiosos llevada a cabo por la Masonería española en la llamada desamortización de Mendízabal, «no fué tal sino conjunto de lesiones enormísimas e inmenso desbarate, en que, si perdió la Iglesia, nada ganó el Estado, viniendo a quedar los únicos gananciosos, en último término, no los agricultores y propietarios españoles, sino una turba aventurera de agiotistas y jugadores de bolsa. . . » (Heterodoxos, III, 597 y sigs.)

Lo que pasó en Francia a principios de este siglo, cuando la Masonería, adueñada del poder, despojó a la Iglesia de sus bienes, para venderlos en favor de la beneficencia o enseñanza del Estado, el escandalosolatrocinio con que se enriquecieron unos pocos y se esfumaron los millones que se habían prometido al pueblo, para cohonestar aquel robo, es historia fresca y demasiado conocida aún.

Lo que ha pasado en Francia ha ocurrido en todas partes; pasa en Méjico, pasó en Italia, y la Masonería se ha estado preparando para realizarlo también en Chile, donde la voz pública no daría carta de delicada honradez en el manejo de fondos ajenos a la Masonería. Yo mismo, personalmente, he tenido ocasión de saberlo; pero no quiero hacer la menor alusión que pudiera personalizar el cargo. Muchos de los lectores lo saben; otros lo sabrán después, ya que son pocas las cosas que no llegan a saberse en este mundo. Los que, después de la primera edición me han dado datos a este respecto, se contentarán con esta afirmación general. No puedo detallar.

No tengo para qué decir que la Masonería ha usado como arma poderosa al estimular en las multitudes codicias y sed de placeres que es difícil puedan saciar, a fin de prepararlas para las revueltas o para conquistarse sus votos, haciéndoles promesas que no ha de cumplir.

En cuanto a la sensualidad, la más violenta de todas las pasiones, ved lo que dice León XIII, fundándose como lo advierte, en datos auténticos, en su Encíclica «Humanum Genus», contra las sociedades secretas: »Se han encontrado en la secta de los masones quienes dijeran y propusieran que es menester trabajar con arte y concienzudamente para que la multitud se sacie con ilimitada licencia de vicios»..

A ese fin van encaminadas las publicaciones inmorales, obras teatrales, producciones cinematográficas, casi totalmente en manos de los judíos, casas destinadas al fomento de los vicios, etc..

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157. – Resultados a la vista

Lo están en todas partes, En la ciudad donde esto escribí, hay proporcionalmente más logias que en las ciudades de la República; y, por consiguiente, es tanto mayor la influencia de las logias cuanto menor es la de la Iglesia, todo en proporción a la población. Pues bien, los que conocen esta ciudad pueden decir si esa mayor influencia masónica ha hecho de ella una ciudad de costumbres más sobrias y puras o si hay en ella mayor corrupción de costumbres que en aquellas otras ciudades donde se observa la proporción contraria.

Por lo demás, a cualquiera parte del mundo hacia donde se tienda la vista, se encontrará siempre la misma ley: A mayor influencia y preponderancia masónica, en igualdad de otras circunstancias, corresponderá mayor corrupción, manifestada en los crímenes pasionales e infantiles, en los suicidios, en los divorcios, en la prostitución, en el juego, etc.

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CAPITULO III
LA MASONERÍA DE ADOPCIÓN Y LOS LOBETONES

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158. – Logias femeninas andróginas y Co-Masonería

«Las mujeres», decía Dittfurth, uno de los jefes de los Iluminados, «ejercen una influencia demasiado grande sobre los hombres para que nosotros podarnos reformar el mundo si no reformarnos a las mujeres». «El taller de hermanos que no se anexa una logia de hermanas», decía por su parte Pike, «es un taller incompleto, destinado fatalmente a no perfeccionar jamás a sus miembros… Sólo en tenida de adopción la Masonería está completa» (Benoit, F.M., I, 413-415). Uno de los altos jefes de la secta, que se llamaba Víndice, escribía en 1858, en carta que se publicó después: «Oía últimamente a uno de nuestros amigos referirse de una manera filosófica de nuestros proyectos y decirnos: – Para destruir el Catolicismo es preciso comenzar por suprimir a la mujer. – Eso es verdadero en un sentido; pero ya que no podemos suprimir a la mujer, corrompámosla con la Iglesia. Corruptio optimi pessima. El fin es bastante hermoso para tentar a hombres como nosotros» (F.B., 231) Para conseguirlo se ha procurado llevarla a las logias.

La Masonería ha procurado la fundación de logias femeninas desde los primeros tiempos de su expansión por Europa; logias que han sido llamadas de adopción, y también andróginas, compuestas de hombres y mujeres corno suelen serlo las más de las veces; en las cuales los hermanos no dejan a las hermanas funcionar solas.

Se llaman de adopción porque, según los doctores masones, como Mackey, las mujeres no pueden ser verdaderamente masonas, con derecho a tener los secretos de la Masonería, y por eso es que también enseña que son incapaces de moralidad, ya que la moralidad se aprende en la Masonería. »En algunas partes de los Estados Unidos, dice ese autor, estos grados (de mujeres) son muy populares, mientras que en otros lugares nunca han sido practicados y y son fuertemente condenados con innovaciones impropias. Cuando a las mujeres se les dice que al recibir estos grados son admitidas en la Orden Masónica y que están obteniendo información masónica bajo el nombre de «Masonería de señoras», simplemente se las engaña» (A. F., 304, 324-325).

La Gran Logia de Londres no ha querido reconocer a la logias andróginas; pero en 1893 la logia francesa «Los Libre Pensadores» se constituyó por sí misma en «La Gran Logia Simbólica de Francia, El Derecho Humano», teniendo la particularidad de admitir tanto hombres como mujeres en su seno; la que se llama Co-Masonería. Esta Gran Logia tiene todos los 33 grados; tiene su asiento en París y cuenta con centenares de logias de la misma especie que le están afiliadas en Europa y en los países americanos. Las logias que hablan el inglés tienen un Consejo subsidiario propio; pero son parte integrante de la Orden continental y practican una mezcla curiosa de culto teosófico; lo que las pone en contacto y en parte bajo la dirección de la dirección suprema del teosofismo y de la H. 33 Annie Besant, mientras que el Consejo Supremo Universal Mixto, cuyo asiento, como he dicho, está en París (calle Jules Breton, 5) con su Gran Maestre Pirom y Gran Secretaria General madame Amelia Gedaler, grado 33. (La Cause, 118; Webster, 301 y sigs.).

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159. – Sus grados

Ya se ha dicho que la Masonería tiene los 33 grados del Rito Escocés. Pero en la simple Masonería de adopción, en que las mujeres están como pupilas dirigidas por los jefes de la Orden, se cuentan cinco grados, los tres comunes a toda Masonería, y el de Maestra perfecta, que corresponde al grado Rosa-Cruz de la Masonería masculina y el de Sublime Escocesa, correspondiene al grado Kadosh (véase Espasa, página 732). Los primeros, ya se sabe, son los grados simbólicos; los últimos, los filosóficos. En ellos, tanto por medio de las ceremonias de recepción como por medio de las preguntas y respuestas del catecismo, se les va haciendo perder toda delicadeza y rubor y adquirir la libertad y caridad masónicas; se les va inculcando el desprecio al sacerdote, a la religión, el odio a N.S. Jesucristo y el amor a Satanás. También tiene su rito polàdico o satánico. Ya he dicho que se les hace profanar la hostia sagrada.

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160. Licencia extrema

Como es de suponer, la licencia ha llegado a veces a sobrepasar todo limite, a tal punto que «profanos y masones aún, han protestado, dice Eckert, contra las orgías de la Logia de la Masonería Egipcia de adopción, fundada en París en 1782 por el famoso condeCagliostro. El mismo Gran Oriente en su Estado de 1807, recuerda los deplorabnlesd abusos que se cometyieron en 1774 en varias logias de adopción».

En Chile hemos tenido en la Belén de Sárraga un ejemplo de masones, sin duda internadas en los grados filosóficos,a juzgar por lo que dijo en sus conferencias tomado de las leyendas de la Masonería, y a juzgar también por el desplante o desvergüenza con que hacía ruborizarse a muchos de sus oyentes, según me contaba un caballero que la habla oído que no es propenso a escandalizarse por cualquier cosa . «Poseemos, dice Eckert, varios rituales de las logias de adopción; pero no nos atrevemos a reproducirlos en una obra seria (T. 1, p. 343-345). Mr. Segur da algunos detalles que pueden Ieerse.

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161. – Los Lobetones (Lobeznos).

Hay una segunda clase de Masonería de adopción, la de los Lobetones, que se ha introducido hace poco. «El Lobetón, dice Clavel, uno de los grandes doctores masones, es hijo de un masón. Este nombre, que a causa de haber perdido su etimología, se ha desnaturalizado, es de origen muy antiguo. Los iniciados en los misterios de Isis llevaban aún en público, una máscara en forma de cabeza de chacal o de lobo dorado. Por lo cual se decía de un Isiade: es un chacal, o es un lobo. El hijo de un iniciado era calificado de lobezno, de lobetón». ¡Después de lo dicho resulta honroso y significativo el nombre! En la G.. de Chile se adopta de lobetón a los siete años al hijo de un masón, y a los diecisiete puede ser aprendiz .

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162. – Sacramentos masónicos que reciben.

A los lobetones se les inicia con una ceremonia que es el bautismo masónico. ¿Por qué no había de tener la anti-Iglesia su anti bautismo también? En esa ceremonia entran la piedra bruta, el cincel y el mazo; para significar al padre el trabajo que debe hacer sobre su hijo, labrando en él toda la perfección masónica. El padrino sostiene delante del corazón del ahijado la plomada, para enseñarle a marchar con rectitud por el camino de la verdad y de la virtud, masónicas, se entiende. El primer Vigilante con el padrino sostiene el nivel delante del pecho, para enseñarle que el nivel debe pasar sobre él y sobre los demás para igualarlos. Se le pone en seguida la escuadra con los dos lados para abajo; y después viene la ceremonia de acompañarlo al Venerable, los dos Vigilantes y el Padrino con hachas encendidas delante de los tres candelabros, haciendo prometer a los Vigilantes que se esforzarán por hacer marchr al lobetón por el camino de la verdad y de la virtud, y por encender en su corazón el amor de sus semejantes y el deseo de trabajar un día por el bien de la humanidad; lo que juran los hermanos.

Ya sabemos cuál es el sentido que dan los masones a esas palabras tan bonitas. En seguida viene una ceremonia parecida a las unciones que se hacen en el bautismo católico en los sentidos: el Venerable las hace con vino en la boca, en los oídos y en los ojos.

También puede recibir el lobetón la confirmación masónica, en la cual promete no revelar a los profanos la doctrina de la Orden, y es sometido a pruebas terribles de truenos y estruendos de murallas que caen; los que simboliza la guerra de las pasiones, las turbaciones de los prejuicios, del error y de la ignorancia, en sentido masónico, por supuesto. A eso sucede el ruido de armas y de combates que simbolizan la fuerza con que debe luchar el virtuoso con el error, etcétera. Finalmente el lobetón marcha reculando para aprender que no se llega al santuario de la verdad desde los primeros pasos. Antes de la confirmación debe hacer la confesión de sus faltas, para lo cual lo anima el Venerable diciéndole que nada de sus faltas o defectos se le oculta.

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