Parte Cuarta. Origen de la Masonería y su Relación con Otras Sectas

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Contenido:

PARTE CUARTA. ORIGEN DE LA MASONERÍA Y SU RELACIÓN CON OTRAS SECTAS
CAPÍTULO I. ORIGEN DE LA MASONERÍA
CAPÍTULO II. PARENTESCO DE LA MASONERÍA CON EL JUDAÍSMO
CAPÍTULO III. ¿LA MASONERÍA ES INSTRUMENTO DEL JUDAÍSMO?

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120. – Diversidad de opiniones

Insensiblemente me he ido alejando de mi propósito, dando mayor extensión de lo que había pensado a este libro, y aunque quisiera terminar aquí, sin embargo hay dos o tres puntos más que creo indispensable bosquejar siquiera ante los lectores que hayan tenido la paciencia de leer lo que precede. Entre ellos está la cuestión del origen de la Masonería, del cual paso a tratar.

Pocos asuntos hay en que haya más diversidad de asertos y pareceres y se haya dado más campo libre, a la invención y a la fábula. Con decir que se le hace subir no sólo hasta N.S. Jesucristo, no sólo hasta la construcción del Templo de Salomón, hasta la edificación de la tore de Babel, sino también hasta Adán, hasta Dios mismo, ya se tendrá una idea del embrollo con que la Masonería ha envuelto su origen ante sus adeptos. «Es el oprobio de la Masonería», dice Mackey (Encyclopedia, 296), «que todavía no haya sido escrita su historia con un espíritu de verdadera crítica; que la credulidad haya sido fundamento sobre el cual se hayan levantado todas las investigaciones históricas rnasónicas . . ; que los eslabones perdidos de una cadena de evidencia hayan sido suplidos frecuentemente con gratuitas invenciones y que afirmaciones de gran importancia hayan sido apoyadas en testimonios de documentos de cuya autenticidad no se ha probado» (Cath. Encyc. Masonry, p.772). El mismo Mackey señala doce opiniones diversas sobre el origen de la Masonería.
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121. Origen de su organización

Sin embargo, generalmente entre los hermanos se conviene en que la Masonería azul de los tres primeros grados en su forma actual data de 1717, en que fue reorganizada en Inglaterra por Anderson. Cuatro logias de masones de Londres se reunieron en la Taberna del Diablo, según refiere Mackey en la Encyclopedia of Freemasonry, y constituyeron la Gran Logia, dándole un ritual y una «Constitución».

En Paris, la primera logia se reunió tambiéen en una taberna: y las demás que se fueron fundando siguieron esa costumbre, que fue común a otros países de Europa. «En América», continúa Mackey, «esa práctica ha cesado sólo en fecha relativamente reciente, y es posible que en algunas aldeas obscuras no haya sido aun abandonasa… El primer salón masónico de que haya mención es uno que fue erigido por la ogia de Marsella, en Francia, el año 1765… En 1772 la Gran Logia de Inglalterra hizo las primeras diligencias para la construcción de un salón, habiéndose suscrito una considerable suma para ello…»

La palabra Logia, común a todos los idiomas, derivada del inglés Lodge, es prueba, según Mackey, el origen inglés de las logias masónicas de todas partes; lo mismo que la letra G, como sustituta del Y en Yehovha, manifiesta el mismo hecho, aunque sólo en inglés y en alemán venga a representar la idea primitiva de Dios, God, Got.

Pero esa palabra, que para los grados azules suena simplemente Dios y es God, para grados más y para los supremos doctores de las logias, no es más que el resultado de tres iniciales hebreas, G.O.D., de las tres palabras Gomer, Oz. Dabar, que significan respectivamente Sabiduría, Fuerza y Belleza. Y si no fuera por esa coincidencia, esos altos masones no usarían el nombre de Dios, Dod, ni la letra G, que suelene poner en el triángulo de sus logias. «Es una singular coincidencia, dice el H. MacClenachan, continuador de Mackey, «y digna de meditarse; que las letras que componen el nombre inglés de la Divinidad, sean las iniciales de las palabras hebreas sabiduría, fuerza y belleza, las tres grandes columnas o sostenes metafóricos de la Masonería. Ellas parecen presentar la única razón casi que puede justificar a un masón para usar la inicial «G» en su visible suspensión en el oriente de la logia en lugar del delta. La coincidencia parece ser más que una casualidad».

Avanzando más en la explicación, los doctores masones llegan a la conclusión de que esas letras representan los poderes prolíficos de la naturaleza, que son el verdadero gran arquitecto de la Masonería. (Preuss, cap. VIII. The God of Freemas).

Por lo que toca a los demás grados, agregados a los tres primeros reconocidos en la Constitución de la Gran Logia Madre, no entraré a dar noticias de las opiniones que hay sobre ellos. Pueden verse en algunos de los autores citados. He aquí el resumen de Nesta Webster: «Quedan en pie los siguientes hechos: 1) Que mientras la Masonería Británica del Arte seguía las huellas de su origen hasta las guildas o asociaciones de albañiles, los francmasones de Francia de 1737 para adelante, han colocado el origen de la Orden en la caballería de las cruzadas: 2) que fue entre estos masones entre los que se erigieron los grados superiores conocidos como del Rito Esconcés; y 3) que, como ahora lo vemos, estos grados claramente sugieren la inspiración de los Templarios (Secr. Soc., etc., p.141).

No es raro encontrar en los autores las declaraciones de masones o exmasones que atribuyen a los altos grados todos los crímenes y corrupción de que se ha hecho culpable la Masonería; lo que sólo es verdad en el sentido de que el secreto de los altos grados ha fomentado extraordinariamente el espíritu de subversión que en los primeros no está aún muy francamente desarrollado.
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122.- Origen de sus doctrinas

Siendo la Masonería un conglomerado de sectas y de grados diversos, formados en distintos tiempos y con ocasiones y tendencias de actualidad muy diversas, se encuentran en ella restos de doctrinas esparcidas en la historia de la humanidad desde los tiempos más remotos hasta los más modernos. El carácter común a todas esas doctrinas es la oposición más o menos declarada, más o menos completa con los dogmas de la revelación. Como es la Anti-Iglesia, ha ido recogiendo todo loque la enseñanza cristinana ha repudiado por absurdo o ha condenado como opuesto a la palabra de Dios, y todo lo que la razón humana, abandonada a sí misma, ha inventado en su flaqueza o en su propensión a favorecer los extravíos del corazón humano. Lo vamos a ver en un breve repaso de los principales sistemas de doctrinas. En gran parte lo tomo de Benoit (F.M., II, p.97 y sigs).
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123. – Afinidades con el Protestantismo. ¿Por qué simpatizan?

Llama la atención el hecho de que, habiéndose propagado la Masonería por Europa desde la protestante Inglaterra, sin embargo, sea en Inglaterra donde se ha mostrado màs pacífica y tolerante, lo mismo que en Estados Unidos. Más aún, se observa en México, en Estados Unidos, en Chile mismo, y creo no equivocarme al decir que en todas partes, por lo que he visto también en Roma, que la Masonería, que hace guerra implacable de calumnias y deviolencias, cuando la puede hacer, a la Iglesia Católica, una de suma benevolencia, si no de favores, para con los protestantes, de cualquier secta que sean.

¿Cómo explicar este hecho? La explicación es muy obvía: El Protestantismo es una rebelión contra la autoridad establecida en su Iglesia por N.S.Jesucristo, contenida expresamente en la Biblia, e indirecta y lógicamente es una rebelión contra la misma autoridad de N, S. Jesucristo, El racionalismo y el Deísmo continuaron la obra comenzada por el Protestantismo y la negación del mismo Dios, propiciada por la Masonería o profesada abiertamente por ella es el complemento de esas rebeliones y negaciones.

De ahí es que los masones declaran que el Protestantismo es una media Masonería: «El Protestantismo», decía la revista masónica Latomia, de Alemania, «es la mitad de la Masonería». Por eso decía Eugenio Sué: «El mejor medio de descristianizar la Europa es protestantizarla»; y E. Quinet: «Para acabar con toda religión he ahí los dos caminos que se abren ante vosotros: Podéis atacar al mismo tiempo que al Catolicismo a todas las religiones de la tierra, y especialmente a las sectas cristianas; en este caso tenéis en contra vuestra a todo el universo. Al contrario, podéis armaros de lo que se opone al Catolicismo, especialmente las sectas cristianas que le hacen guerra; agregando la fuerza de impulsión de la Revolución Francesa, pondréis al catolicismo en el peligro mayor que jamás haya corrido. He ahí por que yo me dirijo a todas las creencias, a todas las reíigones que han combatido a Roma. Estan todos, quieran o no, en nuestras filas puesto que en el fondo su existencia es tan inconciliable como la nuestra con la dominación de Roma». Las sectas protestantes son las mil puertas abiertas para salir del cristianismo» (Benoit,F.M., II, 264-265).

He ahí una razón suficientemente poderosa para que la Masonería no sólo no moleste, sino para que ayude al protestantismo y también por lo que, no sólo los simples fieles, sino también los Ministros y Obispos protestantes están en las logias como en su propia casa.

Nadie va a combatir a sus auxiliares, mientras necesita de ellos .

Otra razón de esa diferencia de conducta, es que el católico, al hacerse masón, hace también la apostasía de su fe y necesita acallar los remordimientos y justificar ante su conciencia y ante los demás esa apostasía: de ahí es que tiene que hacer mayores esfuerzos, manifestar mayor odio contra lo que ha dejado, si no quiere volver atrás, con la vergüenza de haberse dejado engañar. He ahí por qué la Masonería pone mayor empeño en fanatizarlo, encendiéndolo en furor contra la que ha dejado; para que le sea más difícil volver a su fe primera.
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124. – Relación con otras sectas; con los Templarios

Después de lo que se acaba de decir, no es de extrañar que la Masonería, presente muchas afinidades con el Socinianismo, como lo ha hecho notar Mons. Fava en su »Discurso sobre el Secreto de la Masonería»; pues es una de las sectas protestantes más racionalistas.

De los estudios hechos por Webster se desprende que al menos algunas sectas masónicas han heredado doctrinas y prácticas, a veces abominables y criminales, de otras sectas más antiguas mediante las sectas de los Rosacruces o Rosicrusianos y otras sectas anticristianas y satánicas que han practicado el culto de Lucifer y han ejercitado la magia y el maleficio en grande escala. Véase, por ejemplo, el cap. IV: Three Centuries of Occultism (Tres siglos de Ocultismo).

Entre las sectas con las cuales se enlaza más inmediata y claramente la Masonería está la de los Templarios, que parece han subsistido secretamente después de su abolición en 1312. He aquí el resumen de las afinidades de la Masonería con esta secta; lo que en la Masonería se suele encontrar de común con los Templarios.

La negación de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, el horror a la cruz, la guerra al sacerdocio católico, la indecencia de ciertas manifestaciones de beneficencia y de amor; el secreto de las reuniones, la adoración de la criatura, la justificación de los medios por el fin y las reuniones en la noche.

De ahí es que los masones son panegiristas de los templarios, y en algunos grados la venganza a la cual se adiestran es contra los asesinos de Jacobo Molay, el Gran Maestre de los Templarios, y el cadáver que se expone en la sala del medio es representación del suyo.

A este propósito dice Ragón, Gran Doctor Masón: «Los templarios recibieron en Asia la iniciación con las fórmulas y el velo judaicos.

Iniciados desde la institución del Temple, propagaron en Europa los misterios masónicos, y sin duda la práctica secreta de estos misterios habrá servido en Europa de fundamento a la acusación de ateísmo y de irreligión que ha causado su fin trágico…» (Benoit, F. M., II, p. 135-136. Véase The Cause, p 67; Eckert, II, 19-31).
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125. – Con los Albigenses

El panteísmo y dualismo, el odio al Dios de la Biblia, el odio a Jesucristo y la blasfemia contra El ; la duplicidad de Cristo uno nacido en Belén y el Cristo espiritual de los Albigenses, al cual algunas logias alemanas hacen corresponder un Cristo místico, y muchas otras lo hacen ser simplemente un símbolo de la humanidad del hombre de genio bienhechor, etc., el odio contra la Iglesia Romana y el desprecio de sus sacramentos, especialmente contra el matrimonio, la condenación de la generación y el favor a la licencia de costumbres, en el mismo sentido de los templarios; la doctrina de la transmigración y transformación de las almas, la división en ritos, los tres grados, que en los albigenses eran catecúmenos, creyentes y perfectos, las mismas violencias contra las iglesias y objetos del culto y los banquetes que en algunos grados suelen hacerse en Viernes Santo.
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126. – Con algunas sectas árabes

Los que se han dedicadop al estudio más profundo de las raíces históricas de la Masonería, no han visto en los Templarios más que un canal por medio del cual han llegado a tomar carta de ciudadanía en Europa, doctrinas y organizaciones del Oriente. Entre estas sectas señala Webster algunas que se formaron en el seno del Islamismo y que con sus organizaciones secretas, sus grados, sus doctrinas materialistas o dualistas y con sus prácticas infames y criminales han sido como el preludio de sectas que vemos desarrollarse en el siglo XVIII a la sombra o sobre la base de la Masonería. Tales son: 1) Los Ismailis.cuyo jefe principal, Abdullah ibn Maymun, fundó la secta de los Batines, con siete grados: un recurso para atraerse adeptos y asegurar su dominación sobre las multitudes, además del secreto, fué la institución de misioneros que hablara a cada cual según conviniera para ganárselo y que con prestidigitaciones, como si fueran milagros, y con la máscara de la piedad y devoción y con discursos enigmáticos, etc., hicieran dóciles las multitudes para trabajar en la ejecución de sus designios. Parece haber servido de modelo a Weishaupt, el fundador de los Iluminados.

Los Kahmahitas, cuyos furores dominaron por un siglo en el seno del Islamismo, hasta que la universal conflagración fué extingujula en la sangre, es otra de las sectas, cuyas doctrinas y prácticas se ven imitadas en algunas sectas masónicas. Profesaban el dualismo, el doble principio bueno y malo; el comunismo de bienes y de mujeres, y pronto llegaron a ser una terrible banda de asesinos y ladrones, entregados a toda licen cia. Su fundador fue Hosein Ahwazi, enviado de Abdallh a Irak de Persina

Los Fatimitas aumentaron los grados establecidos por Abdullah, elevándolos a nueve. «Su método es afiliar prosélitos, como hace notar Claudio Janet, y su sistema de iniciación eran absolutamente los que Weishaupt el fundador de los Iluminati, prescribía a los «Hermanos Insinuantes». Externamente, los prosélitos eran de dos clases, los sabios y los ignorantes. En los primeros grados, como se observa en la Masonería, se conservaba el respeto a la religión; pero se procuraba ir minando la fe, o con el descrédito de los maestros anteriores, o con poner en igual categoría a todos los profetas, incluso Moisés, Nuestro Señor y Mahoma. Desde el 5º grado para adelante se hacía la obra de destruir directamente toda religión. He ahí el evidente modelo de los Illuminati del siglo XVIII, a los cuales puede ser común esta descripción sumria de Von Hammer:

«No creer nada y atreverse a todo, fue, en dos palabras, la suma del sistema que aniquiló todo principio de religión y de moralidad y que no tenía otro objeto que la ejecución de planes ambiciosos por medio de dóciles servidores, que, atreviéndose a todo y no sabiendo nada, desde que todo lo consideran como un engaño y quien nada es prohibido, son los mejores instrumentos de una polìtica infernal».

Los Drusos redujeron a tres los grados; profanos, aspirantes y sabios, y conservaron una especie de culto de la Naturaleza y de Sabeísmo con la fe de los Ismailis en la dinastía de Alí y de sus sucesores y un credo abstruso y esotérico sobre la naturaleza de Dios, que declaran ser «La Razón Universal», que se manifiesta por medo de «avatares». Su catecismo es muy parecido al que usan los masones.

Finalmente, los Hashishiyin o Asesinos, es otra de las sectas árabes cuyas huellas se descubren en las sectas masónicas modernas. Es aquella secta terrible de la cual fue jefe el Viejo de la Montaña. Tenía siete grados; su secreto para con los profanos era riguroso; conservaban como doctrina fundamental de la secta el Islamismo. Establecieron un verdadero reinado de terror en el Oriente, organizando con el aliciente del Paraíso un sistema de asesinatos sobre la base del fervor religioso, para acabar con todos los que les fuesen contratios.

Los Jacobinos del 1793 han sido sus legítimos descendientes (Webster, o.35 y sigs).

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127. Con los Paulicianos y Maniqueos

Con los Paulicianos tiene de común la Masonería las palabras y expresiones mágicas con que encanta y engaña a los sencillos; la pretensión, que suele declarar a veces, de profesar un cristianismo purificado y primitivo, y la exaltación de San Pablo sobre San Pedro, como espìritu más liberal, etcétera.

Con los Maniqueos, la Masonería suele profesar los dogmas y usar las prácticas siguientes: El Dios-Naturaleza, en dos principios, bueno y malo, luz y tinieblas; el espíritu revolucionario, destructor del orden: la guerra a la propiedad, al matrimonjo; la satisfacción de las pasiones carnales sin freno alguno; el culto al sol; el horror a la eternidad de las penas y la creencia enl metempsicosis o transmigración de las almas; la negación de la realidad de Cristo, seguida por lgunas escuelas masónicas; las palabras seductoras con que se promete la luz, la verdad, etc., para cazar los adeptos; la imitación de las instituciones de la Iglesia, especialmente del bautismo, de la comunión, de la jerarquía, etc., los tres grados fundamentales, que en los maniqueos eran los creyentes elegidos y los perfectos; los tres signos, de la boca, de las manos y del seno. A causa de la indecencia de este último, las logias lo han suprimido, conservando los otros dos y vestigios del suprimido en los cantos y en algún prado; los juramentos sobre los secretos; el favor y alabanza dados a todas las herejías y el odio a la Iglesia Católica; el duelo en la recepción del maestro y el nombre de hijos de la viuda, recuerddo este último de la viuda rica que adoptó a Manés, fundador del Maniqueísmo.

Las simpatías de la Masonería por el Maniqueísmo son evidentes: Weishaupt, recomendaba a sus adeptos el estudio del Maniqueísmo, y Redarés celebra a Manes comoa uno de esos hombres que han querido poner razón y verdad en su fe religiosa.
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128. Con los Gnósticos

La afectación de ciencia (gnóstico quiere decir sabio); la variedad de sectas y tiros; el panteísmo y dualismo, negación de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo; la pretensión de poseer el verdadero cristianismo; la práctica de la magia, que suele recomendarse mucho en ciertas sectas masónicas: la doctrina de la metempsicosis; los signos de reconocimiento; la recomendación de evitar la familia; el comunismo de bienes y mujeres; la rehabilitación y veneración de los grande culpables como Caín,Judas, etc., señalados en la Biblia; la deshonestidad, enseñada y practicada en ciertyos ritos o grados, y la licencia general enseñada en todos los grados, etc.

Las mismas analogías se puede decir que se encuentran con las primeras sectas de herejes que se formaron alrededor del cristianismo desde los primeros tiempos y cuyos principales elementos fueron los judíos.
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CAPITULO II
PARENTESCO DE LA MASONERÍA CON EL JUDAÍSMO

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129. – La Cábala y su división en ortodoxa y farisaica.

Llámase cábala la doctrina esotérica u oculta que los judíos pretendían haber recibido por tradición oral desde Moisés y aun desde el principio del mundo. Según los entendidos se encuentra contenida principalmente en los dos libros llamados «Libros de la Creación» y en el «Zohar». Se pretende por los que siguen la Cábala que es un comentario de los libros de Moisés que sólo los iniciados pueden hacer. La importancia de la cábala ha comenzado después del siglo décimo de nuestra era, El libro «Zohar» se atribuye con fundamento al judío español Moisés de León, muerto en 1305.

Hay autores que distinguen una Cábala ortodoxa y una Cábala farisaica. La ortodoxa, que venía desde Moisés al menos y que era la verdadera tradición judía, fué purificada de las alteraciones que había ercibido en tiempos de Esdras y ocultada al pueblo, de modo que el pueblo no pudiera reconocer al Mesías y cayó en el olvido después de la dispersión de los judíos. Fué resucitada en el siglo xv por el judío Pablo Ricci y Pico dr la Mirándola. El judío convertido Drach hace notar que su conocimiento dió lugar a la conversión de muchos judíos.

La Cábala farisaica se fue formando al lado de la ortodoxa y, según Eliphas Levi, Patriarca del ocultismo moderno, constituye el dogma de la alta magia, Hay judíos que pretenden que la Cábala no tiene nada que ver con el judaísmo ortodoxo. »El hecho es», dice Webster a este respecto, »que las principales ideas del Zohar encuentran confirmación en el Talmud. Como observa la Jewish Encyclopedia, la Cábala no está en oposición real con el Talmud y muchos judíos tamúdicos la han apoyado y han contribuído a ella. ¡Adolfo Franck no ha vacilado en describirla como «el corazón y la vida del Judaísmo! La mayor parte de los más eminentes Rabbis de los siglos XVII y XVIII creyeron firmemente en el carácter sagrado de Zohar y en la infalibilidad de su enseñanza» (Webs., pág. 9).

La introducción del elemento judío en los Templarios, de donde ha pasado a la Masonería, se hace remontar a la época de las Cruzadas. «Por esta fecha, dice Webster, parece que han existido no menos de tres Cábalas: primeramente, la antigua tradición secreta de los patriarcas transmitida de los Egipcios, por medio de los Griegos y Romanos y posiblemente por medio de los Colegios Romanos, a los Masones británicos del arte (de los tres primeros grados). En segundo lugar, la versión judia de esta tradición, la primera Cábala de los judíos, absolutamente compatible con el Cristianismo, que desciende desde Moisés, David y Salomón hasta los Esenios y judíos más ilustrados; y en tercer lugar, la Cábala pervertida, mezclada por los Rabbis con la magia, supersticiones barbáricas, y, después de la muerte de Cristo, con leyendas anticristianas.

«Cualquier elemento cabalístico que se haya introducido en la Masonería en el tiempo de las Cruzadas parece haber pertenecido a la segunda de estas tradiciones a la Cábala pervertida de los judíos, conocida de los Esenios. Hay, en efecto, vivas semejanzas entre la Masonería y el Esenismo – grados de iniciación, juramentos del secreto, el uso del delantal y un cierto signo masónico-; mientras que a las tradiciones Sabeístas de los Esenios tal vez puede atribuirse el simbolismo solar y estelar de las logias. La leyenda de Hiram, puede haber pertenecido a la misma tradición» (Webster, 109-110).

Véase también La Franc-Mas. Secte Juive née du Talmud, Diction. de la Bible, Vigouroux; The Catholic Encyclop., Preuss, etc.
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130. – Relación de la Masonería con la Cábala

Pues bien, tanto los autores masones, v.gr., Pike-, Mackey, como los antimasónicos, atribuyen a la Masonería un estrecho parentesco con la Cábala.
Por lo que toca a la doctrina filosófica, tienen de común la identidad del mundo con Dios, o sea el panteísmo y consiguiente materialismo, el bisexualism de Dios, al cual los autores americanos dan capital importancia, como si fuera el gran secreto de la Masonería. »La busca de la Palabra, el encontrar la divina verdad, dice Mackey, esto y solamente esto, es un trabajo de masón y la PALABRA es su recompensa» (Preuss, A. M., 171) . Y esa Palabra viene a ser una invención masónica para convertir en un nombre bisexual el nombre hebreo de Dios, Yahveh o Jehová.

También se manifiesta su relación con la Cábala perversa, introducida primero en algunas de las sectas masónicas más terribles, como el Iluminismo, el Martinismo, el Rosicrucianismo, etc., en la Masonería moderna, por la doctrina moral, por la permisión de la hipocresía, de la mentira, del robo, de la deshonra, cuando se trata de hacer mal a los gentiles, o sea a los no judíos, cosas que se practican ampliamente en la Masonería, como hemos visto, cuando se trata de conseguir sus fines, como profesando el mismo principio común con la Cábala: » el fin justifica los medios» (Véase La F.M., Secte Juive).

El Ritual masónico denuncia con evidencia su origen judío: los símbolos, comenzando por la misma Biblia, el escudo de armas, en que se trata de desplegar heráldicamente las varias formas de los querubines descritos en la segunda visión de Ezequiel, un buey, un hombre, un león y un águila, las dos columnas del templo masónico, recuerdo este último del templo de Salomón; la reconstrucción del templo, que es la obra masónica, etc. Las leyendas y catecismos, tomados en gran parte de la Biblia, tergiversándola casi siempre al saber masónico, especialmente la leyenda de Hirám, que tan importante papel desempeña en el Ritual masónico. Las palabras o términos usuales, como los nombres de las coliunnas, Booz y Jakin, las palabras de reconocimiento y de pase, v.gr., Tubalcaín, Shiboleth, Giblim o Moabon, Nekum o Nekam, Abibalc, etc. La importancia que se da a los números, cosa muy propia de la Cábala, es también otro testimonio de la influencia cabalística en la Masonería.

Finalmente, los hechos, el reinado del Terror, la explosión de odio satánico contra la Iglesia, contra N. S. Jesucristo, las horribles blasfemias en que prorrumpían los revolucionarios masones en Francia, no son más que la expresión y cumplimiento de las aspiraciones de las sectas Cabalísticas y secretas que durante varios siglos venían secretamente contra del Cristianismo. Lo que los bolchevistas judíos en su mayor parte hacen ahora en Rusia contra el Cristianismo, no es más que otra edición de lo que hicieron los masones en la Revolución Francesa. Los ejecutores son distintos; la doctrina que mueve y autoriza y la dirección suprema es la misma.
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131. – Epilogo sobre el origen. Alguna vez la verdad.

No creo necesario el detenerme a dar a conocer a mis lectores las relaciones que la Masonería tiene o pretende tener con las sectas más antiguas, egipcias, caldeas, indobrahmánicas, griegas, persas, etc. De aquellas sectas o escuelas ha imitado la doble doctrina, exótica, o externa, y esotérica, u oculta y reservada a los iniciados. De esas fuentes provienen también sus doctrinas sobre el panteísmo, o materialismo, el dualismo o bisexualismo de Dios, la emanación de las almas, su metempsicosis, etc. El que tenga interés en ello puede leer a Preuss, que expone con mayor detenimiento lo que enseñan los doctores masones, al menos los norteamericanos. Réstame sólo el encontrarle alguna vez razón a la Masonería.

En las leyendas masónicas de ciertos grados se suele decir que la Masonería desciende por Caín, hijo de Eva, de Eblis, el ángel de luz masónico, o sea el Lucifer de los cristianos, y por lo tanto, según ellos, viene del mismo Satanás, que para ellos es el Dios bueno, el eterno enemigo de Jehovah, Dios de la Biblia y de los cristianos.

Creo que los lectores que se hayan dado cuenta de lo que va dicho, especialmente en materia de doctrinas y de prácticas morales, comenzando por las mentiras constitucionales o sociales, constantes y de manifiesta comprobación, y siguiendo con las violencias y crímenes cometidos, creo, digo, que los lectores encontrarán que, en esa jactancia de la Masonería acerca de su altísimo origen, aun envuelta en mentira, dice una verdad que nadie le disputará.

Viene espiritualmente de Satanás, no en la forma que ella dice, por supuesto. El demonio ha sido seductor, es decir, engañador desde el principio; ha sido el instigador de todos los pecados, el homicida de las almas, el atizador de todas las rebeliones, de todas las impurezas, de todas las libertades humanas culpables; el demonio ha dicho al hombre que como Dios. El demonio ha sido el implacable enemigo de Cristo, instigando contra El toda suerte de traiciones, de herejías, de persecuciones. La Masonería, que ha hecho lo mismo, es realmente su hija legitima y el instrumento suyo en el mundo. El demonio es el padre de la mentira, y la Masonería es la mentira por constitución y por necesidad de su existencia. Es verdaderamente hija de Eblis o Satanás, y tiene razón para rendirle culto y cantarle himnos, como lo hace en algunos de sus grados.
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CAPITULO III
¿LA MASONERÍA ES INSTRUMENTO DEL JUDAÍSMO?

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132 – Cuestión moderna importantísima

Esta es una de las cuestiones más importantes que se ofrecen al que estudia la Masonería. No es mi ánimo, ni puede serlo, el despertar odios contra una raza que está destinada a unirse un día con los cristianos en el conocimiento y amor de Nuestro Señor Jesucristo, y de la cual brotó para la tierra entera la fuente dle todas las bendiciones que la civilización cristiana ha aportado al mundo, a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho para estorbar su acción. No es ése mi ánimo; pero si el de llamar la atención de los lectores a un asunto en el cual vale la pena fijarse, tanto por el lado religioso, como por el económico y político.

Desde mi juventud han resonado juntos en mis oídos los nombres de la Masonería y del judaísmo, demasones y hebreos, en los ataques contra la Iglesia Católica. ¿Era simple coincidencia o es que en realidad hay una unión efectiva y tal vez subordinación entre esas dos entidades?

Ultimamente se ha escrito y se siguen escribiendo libros para manifestar que la Masonería no es más que una máscara con que el Judaísmo encubre ante las naciones sus manejos anticristianos y de universal dominación política y económica. Según esos autores, la Masonería no es más que un pobre instrumento, inconsciente por lo general, de una Suprema Dirección judía.

Copin-Albancelli ha dedicado un libro a probarlo. Sus razones hacen pensar ciertamente. En la imposibilidad de dar muchos detalles, voy a indicar solamente las lineas generales que manifiestan la estrecha relación y subordinación de las logias con el judaísmo.

Este está, por una parte, en la condición de raza vencida, religiosa y civilmente, dispersada y despreciada o perseguida, no sólo por sus tradiciones religiosas, sino por la sórdida avaricia que la hizo adueñarse de las riquezas de los pueblos entre los cuales ha vivido; y por otra parte, vive esa raza sostenida tenazmente por un ideal que jamás ha abandonado, el de la dominación universal por medio de su Mesías, personal o simbolico. En su perpetua contradicción con la sociedad en que vive, eli pueblo judío con el gobierno central que conserva su unidad nacional, no ha podido menos que conspirar perpetuamente contra el pueblo cristiano, y valerse, por lo tanto, de las sociedades secretas para realizar sus fines.

Esta es una consideración hecha a priori, en vista de la condición de los judíos. ¿Corresponde a ella la realidad de los hechos? Luego lo veremos.

En el mismo sentido que Copin-Albancelli escribe el autor de The Cause of the World Unrest, distinguiendo entre los judíos una fracción tranquila, patriótica y fiel a la nación que la ha acogido, y otra que persigue el sueño de la dominación universal de su raza y, para conseguirlo, procura la revolución universal, como lo está haciendo en Rusia, y desde ahí trabaja por realizarlo en el mundo entero.

Otro tanto hace Webster en su obra «Secret and Subversive Movernents», en la cual, observando que, donde la Masonería es más subversiva, el elemento judío lo es menos y donde la Masonería no existe o es menos subversiva, allí lo es más el elemento judío, llega a este dilema: «O la Masonería es el velo bajo el cual los Judíos, como los Iluminados, prefieren trabajar, de modo que donde no se puede aprovechar el velo se ven obligados a salir más a la luz, o la Masonería del Gran Oriente es el poder dirigente que emplea a los judíos como sus agentes en aquellos países en que ella no puede trabajar por su propia cuenta.» ( p. 383)

Mons. Jouin, fustigador incansable del Judaísmo y de la Masonería, manifiesta la misma convicción que Copin-Albancelli, en sus estudios sobre «Los Protocolos de los Sabios de Sión», etc.
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133. – Consideración masónica por los judíos

En la Masonería se ha visto siempre una grande y especialísima consideración por los judíos: Cuando se habla de supersticiones, jamás se menciona la religión judía. Cuando estalló la Revolución Francesa, se pidió con instancia la ciudadanía francesa para los judíos; rechazada una vez, se insistió en pedirla, y fue concedida. El lector recordara que en esos días se perseguía a muerte a los católicos .

La Masonería ha mirado con horror el antisemitismo, a tal punto, que un Hermano antisemita, que creía de buena fe en la tolerancia de las opiniones políticas de la Masonería, se presentó en Francia como candidato a diputado una vez y salió elegido, y cuando se trató de la reelección, se dieron órdenes expresas a las logias para que se Ie hiciera la guerra, órdenes que no se ven casi nunca en las logias y tuvieron que ser cumplidas.
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134. – Preponderancia judaica en las logias

En 1862, un masón de Berlín, dándose cuenta de la preponderancia judía en las logias, escribia en una hoja de Munich: «Hay en Alemania una sociedad secreta, de formas rnasónicas, que está sujeta a jefes desconocidos. Los miembros de esta asociación son en su mayor parte Israelítas «. En Londres, donde se encuentra, como se sabe, el foco de la revolución, bajo el Gran Maestre Palmerston, hay dos logias judías que no vieron jamás a cristianos pasar sus umbrales. Allí es donde se juntan todos los hilos de los elementos revolucionarios que anidan en las Logias Cristianas.

»En Roma, otra Logia, enteramente compuesta de judíos, donde se reunen todos los hilos de las tramas urdidas en las Logias Cristianas, es el Supremo Tribunal de la Revolución.

«Desde allí son dirigidas las otras logias com por jefes secretos, de modo que la mayor parte de los revolucionarios cristianos no son más que muñecos puestos en movimiento por judíos, mediante el misterio.

«En Leipzig, con ocasión de la feria que hace acudir a esa ciudad una parte de los altos negociantes judíos y cristianos de la Europa entera, la Logia Judía Secreta es cada vez permanente, y jamás masón cristiano ha sido recibido en ella. He ahí lo que hace abrir los ojos a más de uno de nosotros… No hay sino emisarios que tienen accesoa las logias judías de Hamburgo y de Francfort».

Cougenot de Mosseaux refiere este hecho que confirma lo anterior:

»Desde la recrudescencia revolucionaria de 1848, me encontraba en relación con un judío que, por vanidad, traicionaba el secreto de las sociedades secretas en las cuales estaba asociado y que me advertía con ocho o diez días de anticipación todas las revoluciones que iban a estallar en un punto cualquiera de Europa. Le debo la inquebrantable convicción de que todos esos grandes movimientos de los pueblos oprimidos, etc., son combinados por una media docena de individuos que dan sus órdenes a las sociedades secretas de toda Europa. El suelo está enteramente minado bajo nuestros pies, y los judíos suministran un gran contingente a esos minadores».

En 1870, De Camille escribía a Le Monde, que en una jira por Italia había encontrado a uno de sus antiguos conocidos, masón, y habiéndole preguntado cómo estaba la Orden, le respondió: «He dejado mi Logia de la Orden definitivamente, porque he adquirido la convicción profunda de que no eramos sino los instrumentos de los judíos que nos empujaban a la destrucción total del Cristianismo» (La F. M. Secte Juive, 43-46).
Como confirmación de lo anterior, voy a transcribir una información que se encuentra en la Revue des Sociétés Sécretes (p. 118-119, 1924).

»Según la Tribuna Rusa, que aparece en Munich en lengua rusa, el Judaísmo militante mantendría sobre diferentes planes las organizaciones siguientes de combate, más o menos disfrazadas, pero todas con el fin de preparar el triunfo de la 3ª Internacional.

»1ª La Internacional Dorada (plutocracia y alta finanza internacional), a cuya cabeza se encuentra: a) En América: P. Morgan, Rockefeller, Wanderbilt y Wanderlippe (Varios de estos nombres no parecen ser de lo mejor escogidos); b ) en Europa: la casa Rotschild y otras de orden secundario.

»2º La Internacional Roja, o Unión Internacional de la democracia social obrera. Esta comprende: a) la segunda Internacional (la de Bélgica, judío Vandervelde); b) la Internacional N’ 2 (la de Viena, judío Adler); y c) la Internacional N’ 3 o Internacional comunista (la de Moscú, judíos Apfelbaum y Radek).

«A esta hidra de tres cabezas, que para más comodidad obran separadamente, se agrega el Profinter (Oficina Internacional de las asociaciones profesionales) que tiene su sede en Amsterdam y dicta la palabra judaica a los sindicatos no afiIiados aún al bolcheviquismo.

«3º La Internacional negra, o Unión del Judaísmo de combate..

El principal papel es desempeñado en ella por la organización universal de los Sionistas (Londres); por la Alianza Israelita Universal fundada en París por el judío Crémieux; por la Orden judía de los B´nai-Moiche (hijos de Moisés) y las sociedades judías »Henoloustz», «Hitakhdoute», »Tarbout», «Karen-Haessode», y otras ciento, más o menos enmascaradas, diseminadas en todos los países del viejo y del nuevo mundo.

«4º La Internacional azul, o Masonería lnternacional, que reúne por medio de »la Logia Reunida de la Gran Bretaña», por medio de »la Gran Logia de Francia» y por medio de los Grandes Orientes de Francia, Bélgica, Italia, Turquía y de los demás países, a todos los masones del universo. (El centro activo de esta agrupación, como lo saben los lectores, es la Gran Logia «Alpina»).

La Orden Judío_Masónica de los »B nai-B rith», que, contra los estatutos de las logias masónicas, no acepta sino judíos, y que cuenta en el mundo más de 426 logias puramente judías, sirve de lazo entre todas las Internacionales enumeradas más arriba.

»Los dirigentes de la ‘B nai-B rith» son los judíos Morgentau, antiguo Embajador de los Estados Unidos en Constantinopla; Brandeis, juez supremo en los Estados Unidos; Mack, sionista; Warbourg (Félix), banquero; Elkus; Krauss (Alfred), su primer presidente; Schiff, muerto ya, que ha subvencionado el movimiento de emancipación de los judíos en Rusia ; Marchall (Luis ), sionista».

«Sabemos de cierto, dice Webster, que los cinco poderes a que nos hemos referido – La Masonería del Gran Oriente, la Teosofía, el Pan-Germanismo, la Finanza Internacional y la Revolución Social – tienen una existencia muy real y ejercen una influencia muy definida en los negocios del mundo. En esto no tratamos de hipótesis sino de hechos basados sobre evidencia documentada…
»Unificado o no el poder judío, los judíos se encuentran cooperando con todos los cinco poderes cuya existencia es conocida, si no dirigiéndolos. Así, los judíos por mucho tiempo han desempeñado la parte dirigente de la Masonería del Gran Oriente y predominado en los grados superiores» (Webster, págs. 382-383).

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135. – La acción judía y masónica frente al Catolicismo

Es indudable que la acción de la Masonería contra la Iglesia Católica no es más que la continuación de la guerra a Cristo practicada por el Judaísmo desde hace 900 años, eso sí que acomodada, mediante el secreto, el engaño y la hipocresía, a las circunstancias del mundo cristiano en que tiene que hacerla.

Léase el Evangelio y se verá, en el espionaje judío, en sus preguntas capciosas, en sus ataques hipócritas, encubiertos con el velo de la pretendida piedad de los fariseos; en las asechanzas; en los esfuerzos por hacer odioso ante el pueblo a Aquel que era su mayor gloria y su gran Bienhechor; en el empleo del oro para corromper a un Apóstol, en la formación de la opinión pública contra Cristo; en la preferencia de Barrabás, en el furor y saña con que trataron de hundir la memoria de Cristo en la infamia; en la constante oposición, sangrienta muchas veces, contra la predicación de los apóstoles, etc.; en todo eso se verá, digo, lo mismo que hoy practica la Masonería, a veces en forma más solapada, a veces en forma más violenta. El judaísmo fue el anticristianismo, y la Masonería, al servicio de ese mismo judaísmo, es todavía el anticristianismo; el mismo odio, la misma hipocresía, las mismas violencias, el mismo estorbo a la acción de la Iglesia de Cristo, para acusarla, después de haberleimpedido hacer el bien que podría haber hecho, por no haberlo hecho.

»No olvidemos que el Judaísmo rabínico es el declarado e implacable enemigo del Cristianismo, dice Webster. El odio al Cristianismo y a la persona de Cristo no es cosa de historia remota ni puede mirarse como el resultado de persecución: forma una parte íntegra de la tradición rabínica originada antes de que tuviera lugar cualquiera persecución de los judíos por los cristianos, y ha continuado en nuestro país mucho después que esa persecución ha terminado» (p.177).

Más abajo hace notar el mismo autor que, después de tres siglos de paz que llevan en Inglaterra, en los cuales se les ha permitido entrar a todos los empleos del Estado, a las logias masónicas, etc., no han hecho nada para moderar el odio al Cristianismo inculcado en nueve siglos por la enseñanza rabínica.

Por su parte, el «The British Guardian» hace esta afirmiación, que para los que estamos acostumbrados a oír hablar del espìritu de tolerancia que domina en los países anglosajones es toda una revelación: «La Iglesia Cristiana es atacada hoy como no lo ha sido jamás durante siglos, y este ataque es casi exclusivamente la obra de los judíos» (Rev.des SS. Secr., P 430. 1925).

Por lo demás, las relaciones de la Masonería o del Judaísmo perseguidor de la Iglesia Católica y, según los casos, de todo Cristianismo, con el Bolchevismo y Comunismo, en Méjico, en Rusia, en Hungria y con la amenaza de hacerlo en todas partes, es cosa pública, como lo es la relación del Judaísmo con la Masonería. El que desee datos y documentos puede leerlos en las obras inglesas citadas y en Mons. Jouin: «Le Péril Judéo-Maconnique».
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136. – Los Protocolos de los Sabios (o Ancianos) de Sión

Una palabra sobre este documento no estará de más. Se ha discutido mucho su autenticidad, y por eso no haré mucho hincapié en él. Pero cualquiera que los lea y sepa algo de su historia no podrá menos de admirarse de la realización del plan ideado por los verdaderos o supuestos sabios de Sión, del empeño que ha hecho la Judería por sepultar en el olvido los »Protocolos», primero, quemando un edición entera en Rusia, después mintiendo sobre la existencia de un ejemplar en la Biblioteca de Londres, y haciendo grandes esfuerzos para que no se publicara en Estados Unidos una edición, a tal punto que no se consiguió que ningún diario de Nueva York publicara avisos para hacerle reclamo.

Esos protocolos contienen un plan propuesto por los judíos, o por un ponente, como se dice, para realizar el ideal de la dominación universal sobre todo el mundo, bajo un gobierno judío, mediante la corrupción de costumbres, el empobrecimiento de los pueblos en favor de los judios y las continuas agitaciones y continuo descontento que haría que los pueblos se entregaran en brazos de los judíos para salvar de la anarquía y de la miseria, para ser tratados en seguida por ellos tal como han sido tratados en Rusia, bajo el soviet, cuyos jefes son casi todos judíos.
He leído una refutación de la autenticidad de los Protocolos, escrita por un Jesuita en un diario belga. Parece que los judíos se han preocupado mucho en relegarlos al catálogo de los plagios, haciendo ver que han sido copiados en gran parte del libro de Maurice Joly, Dialogues aux Enfers entre Machiavel et Montesquieu, publicado en 1864. Webster da el siguiente resumen de sus estudios sobre esta materia:

‘Los Protocolos o son meramente un plagio de la obra de Mauricio JoIy, en cuyo caso los pasajes proféticos agregados por Nilus o por otro quedan sin explicación o son una edición revisada del plan comuicado a Joly en 1864, traída a la fecha y suplementada en forma de adaptarse a las condiciones por los continuadores del complot».,

«Si en este caso los autores de los Protocolos fueron judíos o si las partes judías han sido interpoladas por gente en cuyas manos cayeron, es otra cuestión. En esto hemos de admitir la falta de toda evidencia directa. Un Círculo Internacional de Revolucionarios mundiales que trabajen con los mismos planes de los Iluminados, cuya existencia ya ha sido indicada, ofrece una alternativa perfectamente posible a los »Sabios Ancianos de Sión». Sería más fácil, sin embargo, absolver a los judíos de toda sospecha de complicidad si ellos y sus amigos, hubiesen adoptado un camino más recto desde el tiempo en que aparecieron los Protocolos. Cuando hace algunos años se dirigió contra los Jesuítas, una obra del mismo género, conteniendo lo que se daba como un «Plan Secreto» de revolución, muy parecido a los Protocolos, los Jesuítas no se entregaron a invectivas, ni reclamaron que el libro fuera quemado por un verdugo común, ni se entregaron a fantásticas explicaciones, sino que tranquilamente dijeron que el cargo era una invención. Y así terminó el asunto.

«Pero desde el momento en que fueron publicados los Protocolos, los Judíos y sus amigos han recurrido a todo método tortuoso de defensa, llevaron la presión sobre los editores – consiguieron de hecho detener temporalmente las ventas -, acudieron al Secretario del Interior para que ordenara suspenderlas, confeccionaron una tras otra refutaciones sin réplica que se excluían mutuamente de modo que en el tiempo en que aparecía una solución tenida actualmente como la correcta, habíamos sido ya certificados doce veces de que los Protocolos habían sido completa y definitivamente refutados, Y cuando al último había sido descubierta una explicación real plausible, ¿por qué no ha sido presentada en una forma convincente? Todo lo que se necesitaba era establecer que el origen de los Protocolos se había hallado en la obra de Mauricio Joly, dando los lugares paralelos en apoyo de esa afirmación. ¿Qué necesidad de embrollar una buena causa en una telaraña de evidente fábula? ¿A qué ese alarde de fuentes confidenciales de información, la pretensión de que el libro de Joly era tan raro que casi no se Ie podía encontrar, cuando una búsqueda en las librerías habría de probar lo contrario? ¿A qué esa alusión a Constantinopla como el lugar para «encontrar la llave de oscuros secretos», al misterioso Mr. X, que no desea que su nombre real sea conocido, y al anónimo ex-oficial de Okhrana, quien por casualidad le compró el mismo ejemplar de los Diálogos, usado para la fabricación de los Protocolos por el mismo Okhrana, aunque este hecho fué ignorado por el oficial en cuestión? Además, ¿por qué si Mr. X. era un propietario ruso de religión ortodoxa y un monarquista Constitucional, iba a tener tanta ansiedad de desacreditar a sus correligionarios monarquistas, haciendo la afrentosa afirmación de que ‘la única organización masónica oculta, tal como la de que hablan los Protocolos» – es decir un sistema maquiavélico de abominable especie — que él había podido descubrir en la Rusia del Sur «era una monárquica»?

«Es evidente entonces que aún no se ha dicho la historia completa de los Protocolos y que aun queda mucho por descubrir tocante a ese misterioso asunto» (Webster, Appendix, final).

Sóbre este asunto puede verse a Lamhelin, «Le régne d’Israel chez les Anglo Saxons»; Mons. Jouin, «Le Péril Judéo Maçonnique», The Cauce, etc.

Al que se interese por esta cuestión Ie dará especialmente mucha luz la obra de Henry Ford «El Judío Internacional», que, con muy buen razonamiento y con muchos datos, sostiene su autenticidad judaica.
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