Posteado por: B&T | martes, marzo 19, 2013

¿Hay suficientes sacerdotes católicos en el mundo?

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Título: ¿Hay suficientes sacerdotes católicos en el mundo?
Autor: Alejandro Villarreal -marzo de 2013-

Considere el lector la siguiente información, tomada parcialmente del sitio Catholic Hierarchy (C.H. en adelante), la cual está actualizada al mes de noviembre de 2005, pero servirá para hacerse una idea de la situación actual sobre el número de sacerdotes por cada católico en el mundo (con ligeras diferencias al 2013).

Columna A: Lista de 157 países con presencia de católicos y al menos una diócesis en cada país.

Columna B: Total de católicos en dicho país (practicantes y no practicantes)

Columna C: Total de sacerdotes en cada país, se han considerado tanto los diocesanos como los religiosos.

Columna D: Se ha dividido el número total de católicos [B] entre el número total de sacerdotes [C] de cada país. El resultado representa el número de católicos que le tocaría a 1 sacerdote en dicho país. Las cifras en rojo corresponderían a los países con mayor carencia de sacerdotes en función de la densidad de su población católica; a este grupo le tomaría más de 300 días para realizar una confesión aceptable (según el criterio arbitrario propuesto aquí como simple referente). Las cifras en naranja corresponderían a los países que les tomaría más de 200 días, pero no más de 300, para realizar la confesión de cada católico. Las cifras en color violeta representa el grupo de sacerdotes que le tomaría entre 100 y 200 días en confesar a su población total. Las cifras en negro corresponde al grupo de países con mayor número de sacerdotes en función de la densidad de su población católica y les tomaría menos de 100 días en confesar a su población.

Columna E: Primer criterio arbitrario propuesto como referencia: ¿Cuántos días serían necesarios para confesar a todos los católicos en cada país tomando en cuenta una confesión promedio de 20 mins. por persona y una jornada continua de 8 horas realizada por cada sacerdote en su país?

Columna F: Segundo criterio arbitrario propuesto como referencia: ¿Cuántos días serían necesarios para confesar a todos los católicos en cada país tomando en cuenta una confesión promedio de 20 mins. por persona y una jornada continua de 12 horas realizada por cada sacerdote en su país?

Nota: Arbitrario.- Que depende del arbitrio. Arbitrio.- Facultad que tiene el hombre de adoptar una resolución con preferencia a otra. RAE

Todas las columnas están ordenadas con los países de mayor a menor densidad de población católica.

A B C D E F
PAÍS TOTAL de CATÓLICOS TOTAL de SACERDOTES
NÚMERO de CATÓLICOS por cada SACERDOTE DÍAS NECESARIOS / JORNADA DE 8 HORAS
DÍAS NECE-
SARIOS / JORNADA DE 12 HORAS

BRASIL 145’446,000 16,853 8,630 360 240
FILIPINAS 69’630,000 7,335 9,493 396 264
PERÚ 28’160,000 2,769 10,170 424 282
VENEZUELA 24’815,000 2,557 9,705 404 270
GUATEMALA 10’304,000 1,071 9,621 401 267
ANGOLA 10’302,000 629 16,378 682 455
BOLIVIA 8’253,000 1,113 7,415 309 206
REP. DOMINICANA
8’039,000 878 9,156 382 254
HAITÍ 6’743,000 691 9,758 407 271
CUBA 6’330,000 299 21,171 882 588
HONDURAS 5’790,000 417 13,885 579 386
EL SALVADOR
5’436,000 707 7,689 320 214
NICARAGUA 5’212,000 419 12,439 518 346
BURUNDI 4’567,000 435 10,499 437 292
MOZAMBIQUE 4’314,000 498 8,663 361 241
RUANDA 4’133,000 537 7,696 321 214
SUDÁN 4’019,000 364 11,041 460 307
MALAUI 3’281,000 408 8,042 335 223
CONGO 2’077,000 238 8,727 364 242
YEMEN 1’300,000 45 28,889 1,204 802
CABO VERDE
432,000 52 8,308 346 231
ARMENIA 270,000 23 11,739 489 326
KUWAIT 158,000 10 15,800 658 439
STO. TOMÉ Y PRÍNCIPE
121,000 9 13,444 560 373

Datos corresponden a nov. de 2005.

A B C D E F
PAÍS TOTAL de CATÓLICOS TOTAL de SACERDOTES
NÚMERO de CATÓLICOS por cada SACERDOTE DÍAS NECESARIOS / JORNADA DE 8 HORAS
DÍAS NECE-
SARIOS / JORNADA DE 12 HORAS

MÉXICO* 89’498,378 14,618 6,122 255 170
COLOMBIA 38,406,000 7,920 4,849 202 135
ARGENTINA 34’480,000 5,648 6,105 254 170
R. DEM. CONGO 29’500,000 4,306 6,851 285 190
ECUADOR 11’749,000 1,797 6,538 272 182
UGANDA 11’219,000 1,584 7,083 295 197
TANZANIA 10’465,000 2,140 4,890 204 136
COSTA RICA
3’763,000 761 4,945 206 137
ZAMBIA 3’425,000 637 5,377 224 149
URUGUAY 2’315,000 459 5,044 210 140
PAKISTÁN 1’191,000 234 5,090 212 141
LESOTO 971,000 147 6,605 275 183
TIMOR ORIENTAL
767,000 113 6,788 283 189
GABÓN 615,000 118 5,212 217 145
REUNIÓN 595,000 110 5,409 225 150
GUINEA ECUATORIAL 548,000 108 5,074 211 141
ALBANIA 235,000 48 4,896 204 136
BRUNEI 21,000 4 5,250 219 146

Datos corresponden a nov. de 2005. * El dato de población de México fue corregido con datos del INEGI

A B C D E F
PAÍS TOTAL de CATÓLICOS TOTAL de SACERDOTES
NÚMERO de CATÓLICOS por cada SACERDOTE DÍAS NECESARIOS / JORNADA DE 8 HORAS
DÍAS NECE-
SARIOS / JORNADA DE 12 HORAS

NIGERIA 17’906,000 4,437 4,036 168 112
CHILE 11’021,000 2,332 4,726 197 131
PORTUGAL 9’457,000 3,936 2,403 100 67
KENIA 8’018,000 1,897 4,227 176 117
HUNGRÍA 6’056,000 2,175 2,784 116 77
PARAGUAY 5’239,000 1,099 4,767 199 132
MADAGASCAR 4’567,000 1,143 3,996 166 111
CAMERÚN 4’287,000 1,406 3,049 127 85
SUDÁFRICA 3’101,000 1,098 2,824 118 78
COSTA DE MARFIL
2’841,000 889 3,196 133 89
PUERTO RICO
2’799,000 734 3,813 159 106
LITUANIA 2’766,000 779 3,551 148 99
GHANA 2’675,000 1,069 2,502 104 70
ANTILLAS 2’233,000 624 3,579 149 99
PANAMÁ 1’799,000 396 4,543 189 126
PAPÚA NVA. GUINEA
1’688,000 513 3,290 137 91
BENIN 1’646,000 501 3,285 137 91
TOGO 1’483,000 448 3,310 138 92
ZIMBABUE 1’282,000 403 3,181 133 88
BIELORRUSIA 1’030,000 371 2,776 116 77
REP. CENTRO AFRICANA
793,000 277 2,863 119 80
RUSIA 789,000 268 2,944 123 82
MALASIA 784,000 227 3,454 144 96
CHAD 720,000 242 2,975 124 83
LETONIA 430,000 135 3,185 133 88
NAMIBIA 375,000 82 4,573 191 127
MAURICIO 310,000 101 3,069 128 85
KAZAJISTÁN 182,000 74 2,459 102 68
LIBERIA 165,000 52 3,173 132 88
SEYCHELLES 70,000 16 4,375 182 122
LAOS 39,000 12 3,250 135 90
SAN PEDRO Y MIQUELÓN
6,000 2 3,000 125 83

Datos corresponden a nov. de 2005.

A B C D E F
PAÍS TOTAL de CATÓLICOS TOTAL de SACERDOTES
NÚMERO de CATÓLICOS por cada SACERDOTE DÍAS NECESARIOS / JORNADA DE 8 HORAS
DÍAS NECE-
SARIOS / JORNADA DE 12 HORAS

EE.UU. 64’621,000 44,906 1,439 60 40
ITALIA 57’665,000 50,148 1,150 48 32
FRANCIA 44’499,000 21,930 2,029 85 56
ESPAÑA 37’165,000 25,281 1,470 61 41
POLONIA 35’010,000 28,457 1,230 51 34
ALEMANIA 26’297,000 18,365 1,432 60 40
INDIA 17’005,000 19,946 853 36 24
CANADÁ 13’070,000 8,441 1,548 65 43
BÉLGICA 7’775,000 7,279 1,068 45 30
INDONESIA 6’439,000 3,038 2,119 88 59
AUSTRIA 5’755,000 4,360 1,320 55 37
VIETNAM 5’658,000 2,668 2,121 88 59
AUSTRALIA 5’239,000 3,115 1,682 70 47
HOLANDA 5’042,000 3,418 1,475 61 41
GRAN BRETAÑA
4’787,000 5,653 847 35 24
UCRANIA 4’766,000 2,770 1,721 72 48
SUR COREA
4’377,000 3,211 1,363 57 38
IRLANDA 4’161,000 4,690 887 37 25
ESLOVAQUIA 3’942,000 2,628 1,500 63 42
CROACIA 3’867,000 2,329 1,660 69 46
CHEQUIA 3’519,000 1,996 1,763 73 49
SUIZA 3’186,000 3,000 1,062 44 30
CHINA 2’964,000 4,559 650 27 18
LÍBANO 1’883,000 1,603 1,175 49 33
RUMANIA 1’875,000 1,733 1,082 45 30
ESLOVENIA 1’623,000 1,150 1,411 59 39
BURKINA FASO
1’545,000 716 2,158 90 60
SRI LANKA
1’364,000 955 1,428 60 40
GUAM 703,000 473 1,486 62 41
SENEGAL 673,000 394 1,708 71 47
BIRMANIA 603,000 544 1,108 46 31
SERBIA Y MONTENEGRO
541,000 251 2,155 90 60
ETIOPÍA 533,000 478 1,115 46 31
JAPÓN 509,000 1,589 320 13 9
BOSNIA HERZEGOVINA 464,000 627 740 31 21
NUEVA ZELANDA
459,000 518 886 37 25
SIRIA 425,000 276 1,540 64 43
IRAK 414,000 179 2,313 96 64
LUXEMBURGO 388,000 248 1,565 65 43
MALTA 368,000 925 398 17 11
TAIWAN 303,000 705 430 18 12
EGIPTO 299,000 532 562 23 16
TAILANDIA 292,000 662 441 18 12
BANGLADESH 283,000 257 1,101 46 31
MALI 227,000 150 1,513 63 42
SIERRA LEONA
186,000 120 1,550 65 43
GUINEA 171,000 99 1,727 72 48
SINGAPUR 162,000 137 1,182 49 33
ERITREA 148,000 332 446 19 12
SUECIA 144,000 151 954 40 26
GRECIA 123,000 90 1,367 57 38
GUINEA – BISÁU
120,000 67 1,791 75 50
ISLAS SALOMÓN
91,000 67 1,358 57 38
BOTSUANA 83,000 56 1,482 62 41
PALESTINA 83,000 390 213 9 6
LIBIA 75,000 23 192 8 5
BULGARIA 74,000 52 1,423 59 40
ISRAEL 74,000 88 841 35 23
NORUEGA 55,000 70 786 33 22
SUAZILANDIA 55,000 26 2,115 88 59
DINAMARCA 35,000 77 455 19 13
GAMBIA 35,000 25 1,400 58 39
JORDANIA 31,000 28 1,107 46 31
MÓNACO 29,000 18 1,611 67 45
TURQUÍA 28,000 61 459 19 13
LIECHTENSTEIN 25,000 29 862 36 24
IRÁN 24,000 17 1,412 59 39
MARRUECOS 23,000 46 500 21 14
GIBRALTAR 21,000 10 2,100 88 58
CAMBOYA 21,000 42 500 21 14
MOLDAVIA 20,000 14 1,429 60 40
TÚNEZ 20,000 34 588 25 16
NIGERIA 16,000 44 365 15 10
MACEDONIA 14,000 15 933 39 26
CHIPRE 10,000 7 1,429 60 40
FINLANDIA 8,000 16 500 21 14
DJIBOUTI 7,000 7 1000 42 28
NEPAL 7,000 49 143 6 4
ESTONIA 5,000 14 357 15 10
ISLANDIA 5,000 11 455 19 13
COMORES 4,000 4 1,000 42 28
MAURITANIA 4,000 13 308 13 9
ARGELIA 3,000 92 33 1 1

Datos corresponden a nov. de 2005.

El heroico, extraordinario y excepcional Padre san Pío de Pietrelcina pasaba hasta 16 horas confesando, en las columnas [E] y [F] se ha dispuesto un criterio arbitrario de 20 minutos promedio por confesión y jornadas continuas de 8 y 12 horas diarias, aunque arbitrario este criterio no deja de ser un buen referente de la situación actual y puede servir para hacerse una buena idea de la gravedad de ésta, ¿cuánto tardaría un sólo sacerdote en confesar al número de individuos de la grey católica que le tocan [D], tomando en cuenta este hipotético y muy optimista promedio de 20 minutos por confesión en una jornada no menos hipotética y optimista de 8 horas [E] y 12 horas [F] continuas y diarias? ¿Cuántos «padres píos» se necesitarían para satisfacer la demanda de una buena confesión sin caer en ese otro abuso que hoy se manifiesta y que son las absoluciones colectivas, ilegítimas e inválidas, al parecer porque muchos sacerdotes actuales ya no se toman la molestia de dedicarle aunque sea una hora diaria al confesionario y prefieren aventar de forma indiscriminada sus «absoluciones masivas» que no solucionan nada y que engañan a la misma grey? Respecto a esta absoluciones colectivas, dice la Iglesia:

  1. Las absoluciones colectivas no son ni pueden ser el modo ordinario, habitual, por el cual los fieles conscientes de pecado grave o mortal, alcancen sacramentalmente el perdón y la reconciliación con Dios. Son en realidad, un recurso o medida excepcional, extraordinaria, para los casos contemplados por el Derecho y una auténtica actitud Pastoral.
  2. Si no se reúnen las condiciones requeridas o establecidas para impartir a muchos simultáneamente, sin previa confesión individual, las absoluciones colectivas resultan inválidas. Por lo misma, debemos considerar aquí dos cosas:
    1. que expresamente están prohibidas este tipo de absoluciones en los casos que haya una gran concurrencia de fieles, por cualquier motivo que sea (peregrinaciones, fiestas, etc);
    2. que han de darse las condiciones previstas, sin ser suficiente una sola de ellas: insuficiencia de confesores y que los penitentes se vean forzosamente privados -sin culpa de su parte-, por largo tiempo de la gracia sacramental o de la Comunión.
  3. Está de por medio el precepto divino de la confesión íntegra de los pecados (graves), cuyo cumplimiento excusa solamente, y mientras duran las circunstancias, una imposibilidad física o moral. Esto significa que no está ni en la voluntad del ministro ni del penitente, suprimirla o posponerla, sino que se trata, en todo caso, de una situación ajena al mismo Sacramento, o sea, de un elemento extraño a quienes lo han de recibir y que les fuerza a verse privados de la gracia. Por lo tanto, se trata de una clara referencia a una cierta violencia que se sufre y que impide el cumplimiento normal del precepto que obliga al penitente a realizar la confesión.
  4. Las absoluciones colectivas no son una opción frente a las otras dos maneras de celebrar el Sacramento de la Reconciliación, n iqueda tampoco a la libre opción de los penitentes o los Pastores; y aun el Obispo debe atenerse a lo establecido por el Derecho y las normas dadas por la Conferencia Episcopal al respecto, por lo que en nada pueden modificarse las condiciones ya establecidas que justifican las mencionadas absoluciones.
  5. Supuesto el caso que esté justificada una absolución colectiva, los fieles o penitentes lo único que omiten -dadas las circunstancias-, es la acusación íntegra de los pecados, pero no podrá faltar en ningún caso: la contrición y el propósito de enmienda, con el ánimo de reparar el daño que se haya podido causar, así como el cumplimiento de la penitencia. De esta manera, el penitente que no tenga las debidas disposiciones, recibe infructuosamente este Sacramento, y de acercarse a recibir la Sma. Eucaristía, cometería una falta grave, un sacrilegio. Y es deber de los ministros instruir al respecto a los fieles.
  6. Los fieles tienen derecho a ser atendidos personalmente en el Sacramento de la Reconciliación [Confesión o Penitencia]. De aquí que la confesión individual, que continúa siendo el modo ordinario para reconciliarse con Dios y la Iglesia, represente una obligación para los ministros.
  7. Nadie está obligado a confesarse precisamente el día en que se realiza una peregrinación o fiesta patronal…, ni tampoco a comulgar. Pueden cumplirse en otros días del año los preceptos de la confesión y comunión anual.
  8. El elemento litúrgico está sometido a lo dotrinal y depende de él, y a su vez está regulado por el orden jurídico. De aquí que no se puede, en base a una opción o reglamentación litúrgica, pasar por encima del Derecho divino y de la doctrina.
  9. Es claro que tampoco se pueden administrar las absoluciones colectivas con motivo de una celebración Eucarística a la que asiste un grupo de fieles más o menos numeroso, con motivo de algún festejo familiar, parroquial, o de una determinada comunidad reunida ocasional o periódicamente por motivo especial de tipo religioso, pues no se reúnen las condiciones requeridas para el caso.
  10. Quien recibe debidamente una absolución colectiva o comunitaria jutificadamente, no cumple con ello el precepto de la confesión anual de la confesión individual e íntegra de los pecados personales. Además, queda en la obligación de hacer posteriormente la acusación de los pecados que se le hayan absuelto de esta manera, en cuanto le sea posible.

Pbro. J. Francisco Martínez García, Las absoluciones colectivas, pp. 51-53, México, D.F., 2000. ISBN 968-20-0320-2

Queda claro entonces, que de darse una situación en la que los católicos quisieran confesarse urgente y de forma masiva, lo cual no habrían hecho por propia culpa hasta ese momento y durante muchos años [la gran mayoría], es decir, por su sola negligencia y falta de voluntad en examinar su conciencia, dolerse de sus pecados, acusarse individualmente en el confesionario, tener el propósito de enmienda y cumplir con la penitencia, la absolución colectiva no es una solución, precisamente por esta negligencia y porque sigue siendo requisito la confesión individual posterior. Como humanidad seguimos siendo tan ciegos que no nos damos cuenta que este preciosísimo recurso del sacramento de la Penitencia se nos está yendo de las manos y que por la lamentable negligencia de muchos es que pocos se benefician de tener todavía a la mano este sacramento, lo cual nos da la falsa impresión de que todo sigue igual, pero por el contrario, sólo se acusa otra dolorosa realidad: la del absurdo de los «católicos no practicantes», pues si hoy no vemos Iglesias abarrotadas, donde esté disponible un sacerdote, tanto en las misas, en los confesionarios con interminables filas de penitentes o de fieles recibiendo la comunión, es debido al descuido que han hecho los católicos por la salud de su alma y de muchos sacerdotes que ya no predican el infierno, la posibilidad de condenación eterna, etc., ¿alguien se imagina, por ejemplo, en México que cada sacerdote estuviese haciéndose cargo de más de 6 mil feligreses (6,122 según el cálculo)?, para darse una idea de esta proporción, la Basílica de Guadalupe puede albergar a 10 mil fieles a plena capacidad, un sacerdote en México tardaría más de 8.5 horas tan sólo en repartir la Sagrada Comunión a esos más de 6 mil fieles por sacerdote (se supondría que cada sacerdote hace lo propio con una proporción igual de fieles), tomando como base un promedio de 5 optimistas segundos por feligrés, lo cual podría extenderse hasta 12 o más horas, ¡inconcebible y peligroso!, pues seguramente se echaría mano de los llamados «ministros extraordinarios», tornando en un caos todavía mayor el caos que de por sí ya existe, sin mencionar que a muchos sacerdotes no les importaría tampoco repartirla a los fieles de pie y en la mano. ¿Alguien dudará que el «estado de necesidad» hace mucho que se está manifestando? Aquí sólo se han considerado algunas variables cuantitativas y se ha sido muy optimista en el panorama cualitativo, pero la realidad es que hoy ya es materialmente muy difícil que las greyes católicas de muchos países se reconcilien con Dios, como se debe, pues si Él nos comunicara que en un año (o en un periodo determinado cualquiera) fuera a castigar los pecados de los hombres, tal y como se ha advertido en muchas apariciones serias de la Virgen María, ¿qué sería de muchos que han aplazado por propia culpa esta reconciliación con Dios y con la Iglesia? Parece que ya estamos, desde hace mucho tiempo además, en aquella situación en la que muchos buscarán con desesperación un confesor sin encontrarlo, lo paradójico es que no nos hemos dado cuenta y quizá será muy tarde cuando muchos lo hagan. Si llegaran a darse situaciones extraordinarias que obligaran a los católicos a querer confesarse de forma masiva, ¿cuántos sacerdotes permanecerían «al pie del cañón»?, ¿cuántos confesarían abnegadamente durante 8 a 12 horas diarias si hoy muchos prefieren dizque «absolver colectivamente»?, esta es otra incógnita que hace que lo planteado en este optimista análisis, se recrudezca. Confesión o condenación, no hay más y no esperemos a que las cosas sean peores, porque tan grave sería el caos ante un inminente castigo al mundo, como el morir de forma intempestiva en la aparente cotidianidad del mundo sin haber tenido oportunidad de reconciliarse con Dios, quizá seducidos por el espejismo materialista y ateo que nos ofrecen hoy los deconstructores y demoledores del Orden Cristiano, habiendo creído que nada pasaba y que habían cambiado las verdades de fe del catolicismo, y al modo protestante, todos se iban al cielo sin más trámite.

A la vista de estas referencias estadísticas generales y algunos escenarios hipotéticos propuestos, es claro que existe una gran crisis en la Iglesia, y que esta crisis no se trata sólo de meras formas lingüísticas o de sintaxis en la expresión de la doctrina o la forma de decir la misa, sino, como dijo el papa Benedicto XVI, a partir del Concilio Vaticano II se manifestaron muchas calamidades en la Iglesia, como fue la deserción y el cierre de seminarios y monasterios, dándo él algunas razones cuestionables, sin embargo, el hecho es ese y hoy vemos los resultados desastrosos, no resulta nada alentador, por lo mismo, lo planteado por el papa Francisco, en donde se quiere «ayudar a los pobres», dijo él (¿qué significa eso?, ¿quienes no son pobres no tienen alma que salvar también?, ¿acaso la mayor pobreza actual que debe inquietar a la Iglesia hoy no es la miseria espiritual de muchos católicos, los cuales ignoran los fundamentos básicos de su religión y creen que en la Iglesia también aplican los delirios democráticos laicistas?, ¿en qué les ayudará a los «pobres» tener una televisión e internet, como es el ideal de muchos gobiernos?), mientras se estrechan los lazos ecuménico-sincretistas con judíos y protestantes, entre otros, ha dicho también que hay que seguir a Cristo, pero eso sigue siendo muy general, pues, ¿seguiremos a Cristo al modo protestante con mucha pretensión, labia y pocas acciones?, ¿cuándo tendremos un papa católico para los católicos que promueva el que los católicos vuelvan a los Sacramentos, que promueva que los sacerdotes prediquen el infierno y la condenación eterna y en consecuencia se llenen las Iglesias y confesionarios? ¿Llegaremos al absurdo de tener una Iglesia «católica», sin católicos (o llena de católicos ignorantes), llena de judíos, protestantes, musulmanes y demás infieles inconversos? Esta situación a su vez, representa un fuerte argumento en contra de los liberales, quienes quieren casar a los sacerdotes, estando las cosas así ¿tendrán tiempo para atender a su grey y a su esposa e hijos?, de aquí que también se quiera entrometer a los laicos en las tareas de los sacerdotes, en una palabra protestantizar a la Iglesia. Con esto se demuestra también que grandes santos como el Padre Pío de Pietrelcina, confesando hasta 16 horas seguidas, no era un «exagerado» o un recalcitrante tradicionalista, simplemente era alguien con los pies en la tierra, consciente de su labor, de la necesidad de su grey (y las exigencias de los tiempos) y quien estaba a la altura de su ministerio sacerdotal, siendo fiel, auténticamente fiel a N.S. Jesucristo, todo sacerdote debe ser así, pero quienes se mundanizan, niegan la realidad, son negligentes, sincretistas, falsos ecumenistas, son responsables por la condena de incontables almas al infierno. Este ha sido sólo un ejercicio analítico, pero permanece como ideal el acercarse a la situación en que cada católico de cada país se acerque a los Sacramentos y se reconcilie con Dios (siendo católico practicante), vivimos una situación verdaderamente terrorífica, pues vivimos en medio de una situación de emergencia sin siquiera darnos cuenta, debido a la negligencia con que se ven y se tratan estos temas y donde no se atacan las causas más próximas.

Finalizo con las palabras del R.P. José María Vilaseca, Siervo de Dios, extraídas de su obra Confesión o Condenación, la cual es un excelente medio para preparar una buena confesión, sin relativizar lo que manda Dios y la Iglesia:

Ahora bien; ¿a quién dará Dios la gloria? ¿Quienes son los que irán al cielo? Claro está que no irán todos que quieran con solo la boca, sino únicamente aquellos que hicieren la penitencia mandada por el Señor, por ser ella la condición indispensable para que el pecador pueda entrar en la patria celestial. De ahí puede conocerse la crasa ignorancia y la fatuidad de aquellos que creen ir al cielo sin poner en práctica lo que Dios quiere; o lo que es lo mismo, cuán dignos son de compasión lo que no se confiesan; porque es verdad católica, enseñada por Jesucristo en las Sagradas escrituras, que no irá al cielo el que habiendo pecado mortalmente y pudiéndose confesar, con todo no se confiesa. Esta es, pues, la penitencia que Dios exige al pecador; y de tal manera le es necesaria, que ni todas las obras buenas, ni la misma contrición, valen cosa alguna para la gloria, si se excluye de ellas la confesión, al menos con el deseo [es decir, en los casos donde no se pueda realizar la confesión con el sacerdote, por ejemplo, quien estuviere preso o exiliado sin contar con este privilegio, es decir, en una situación donde a pesar de tener el deseo de realizarla no puede llevarse a cabo por causas ajenas a la voluntad del penitente. No vale aquí quienes teniendo un sacerdote a la mano no lo han hecho o lo han postergado indefinidamente, por culpa propia].

No nos olvidemos tampoco de pedir a Dios por los sacerdotes (La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Lc. X,2), lo cual podemos hacer ante en Santísimo Sacramento y preferentemente en estado de gracia. Existen muchas oraciones para tal efecto:

San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars:

¡Oh Jesús, sacerdote eterno! Guarda a tus sacerdotes bajo la protección de tu Santo Corazón donde nadie pueda mancillarlos; guarda inmaculadas sus manos ungidas Que tocan cada día tu Sagrado Cuerpo; Guarda inmaculado sus labios diariamente teñidos con tu Preciosa Sangre; Guarda puros y despojados de todo afecto terrenal sus corazones que Tú has sellado con la sublime marca del sacerdocio. Que tu Santo amor los rodee y los preserve del contagio del mundo. Bendice sus tareas apostólicas con abundantes frutos y haz que las almas confiadas a su celo y dirección sean su alegría acá en la tierra y formen en el Cielo su hermosa e inmarcesible corona. Amén

Santa Teresa del Niño Jesús:

¡Oh Jesús! Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes por tus sacerdotes tibios e infieles, por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones, por tus sacerdotes que sufren tentación, por tus sacerdotes que sufren soledad y  desolación, por tus jóvenes sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos, por tus sacerdotes enfermos, por tus sacerdotes agonizantes, por los que padecen en el purgatorio, pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos, al sacerdote que me bautizó, al que me absolvió de mis pecados, a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión, a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud, especialmente a… ¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad! Amén

Oración por las vocaciones sacerdotales, escrita por el Papa Pío XII:

¡Oh Jesús, que con la ternura de tu Corazón divino lanzaste el primer grito de compasión por la pobre humanidad, ansiosa de un guía en los ásperos senderos del mundo, hacia la luz y la vida; ¡oh Señor, que haces a tus Ángeles espíritus y a tus ministros como llama ardiente!, envía en gran número para este pueblo, que es tuyo y tuyo quiere ser, a tus sacerdotes revestidos de justicia, a fin de que tus santos se llenen de alegría. Tú que conoces el corazón de todos, muestra cuáles son tus elegidos a quien Tú quieres confiar un tan alto ministerio de virtud y de amor. Esclarece su inteligencia, para que conozcan la inestimable gracia de tu divina vocación; fortalece su voluntad, para que no sean vencidos por la relajación de los placeres, no se adormezcan con el sopor de los goces vanos, no se hundan en el oscuro bache de la humana concupiscencia, no tiemblen ante el peligro, sino que desplieguen sus alas y vuelen como águilas reales hacia la serena y fulgurante altura de tu eterno sacerdocio. Descubre a sus padres cuán grande e incomparablemente bello sea darte a Ti sus propios hijos, y concédeles valor para vencer los contrarios intereses y afectos. Inspira a las almas generosas el anhelo eficaz de socorrer con mano dadivosa a tus elegidos, que encuentran en la pobreza un obstáculo para seguir tu llamamiento; da a sus educadores las luces necesarias para cultivar en sus corazones juveniles la delicada palabra de tu vocación hasta el día en que puedan subir ardientes y puros a su santo altar. Y entonces, ¡oh Jesús!, que sean ellos verdaderos ángeles para tu pueblo. Ángeles de pureza que pospongan a tu divino amor todo otro amor humano, por muy tierno y puro que sea; ángeles de caridad que renuncien a las dulzuras de la familia terrena, para crearse otra más grande, de la que sean padres y pastores, y en la cual los pequeños, los desgraciados, los fatigados, los abandonados, deberán ser objeto de su predilección; ángeles de Tu luz, que hagan brillar la fe como estrella matutina en la inteligencia de los hombres; ángeles de sacrificio, que se consuman como llamas de holocausto por el bien de sus hermanos; ángeles de consejo y de fortaleza, que los consuelen en el dolor, los sostengan en la lucha y los conduzcan en las horas angustiosas de la duda a la vía luminosa de la virtud y del deber; ángeles de gracia, que purifiquen y eleven las almas y las unan a Ti, distribuyéndoles el pan de la vida; ángeles de paz, que en el momento del último suspiro derramen sobre ellos la suavidad inefable del deseo y del amor a Ti, y les abran, en el éxtasis de tu beso divino, las puertas del cielo, donde Tú serás luz y gloria infinitas de sus corazones por los siglos de los siglos. Amén.
Indulgencia de 7 años; plenaria al mes, con las condiciones acostumbradas.

Visita a San José:
¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora vuestra protección experimenta vuestro consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía. Pedid al Señor por mí; libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y apartadme del mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones. Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os pueda ser acepto y agradable para merecer dignamente vuestro amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.
Jaculatoria.-¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el bien; corregid mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados.

Publicado en el día del Glorioso Patriarca San José

bibliaytradicion.wordpress.com

>>BITÁCORA<<

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Respuestas

  1. Alejandro es muy cierto lo que dices, pero para entenderlo o remediarlo escucha en youtoobe el sermón de san claudio » verdades consoladoras: el santo abandono » y ponlo como dirigido a la iglesia, que eres tu. Tanbien escucha en » sermones del santo cura de ars, las aflicciones » y entenderas muchas de las cuestiones que pasan, y para remediarlas difunde del santo cura de ars » el juicio final » a todo el mundo

  2. Me parece que el criterio de «20 minutos por penitente» es un poco excesivo. He estado haciendo fila varias veces para confesarme y nunca he tenido que esperar tanto. Yo estimo que el promedio anda bastante por debajo de los 3 minutos por persona, siendo «cinco minutos» un extremo raras veces alcanzado. Con un poco de catequesis de penitencia, Satanás podría confesarse en un minuto, si quisiera (lo difícil es que quiera, pero eso es otro asunto), sin que eso haga inválida la confesión. Como una vez me enseñaron un poco jocosamente «los pecados tienen nombre», no es necesario darle al cura todos los escabrosos detalles para que la confesión sea completa «en materia y número». ¿20 minutos? En 20 minutos le cuento la vida y milagros de Charles Manson y todavía me sobra tiempo para un café.

    • Como expresé en el texto, es una mera estimación y sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los que se dicen católicos no se ha confesado en mucho tiempo, y sobre todo teniendo en cuenta que se ha preparado una buena confesión, meditando los 10 Mandamientos divinos, los de la Iglesia, los veniales. En 20 minutos ni siquiera puede hacerse un buen examen de conciencia, obviamente este tiempo no forma parte del tiempo que dura la confesión, pero tampoco es cosa de un mero instante, como si se tratase de un mero trámite para obtener la absolución.

  3. Acabo de leer las estadísticas relativa a los sacerdotes que hay por países en el mundo dado que estoy confeccionando el tema La Iglesia católica en Costa de Marfil dentro de la CATEGORIA la Iglesia Católica en cada uno de los paises del mundo de mi blog: sanchoamigowordpress.com y compruebo que las que se dan aquí son mucho más bajas que las que estoy constatando con relación al nº de católicos, de sacerdotes, de religiosos, de religiosas, etc en Costa de Marfil tomadas en general de las páginas web de las diócesis existentes en el país,
    Por otro lado percibo en algunos aspectos de su blog la idea de que la Iglesia es la obra de las agentes pastorales en general y no de su Cabeza que es Cristo, él es quien realmente lleva a su Iglesia en cumplimiento de su promesa : yo estoy con vosotros hasta el final de los tiempos, por lo que el blog está lleno de pesimismo eclesial. Un saludo quijotediscipulo.

    • La fuente está indicada y son cifras de 2005. No hay otro modo de alcanzar la gracia santificante (y la sacramental) que por medio de los Siete Sacramentos. No puede haber verdaderos sacramentos sin un ministro, especialmente de la Penitencia, de tal manera que esa «acción pastoral» no es o no debe ser superflua (ni modernista) y la promesa del Señor no se cumplirá sin que los hombres de Su Iglesia pongan en práctica su ministerio sacerdotal. Si Ud. encuentra «pesimismo eclesial» aquí, deberá entonces acusar con este mismo calificativo al Señor, quien se pregunta ¿encontraré fe en la Tierra? y quien ha dicho «porque muchos son los llamados y pocos los escogidos»; a San Pablo, que anuncia tan claramente una apostasía generalizada; y a San Juan, quien en su Apocalipsis describe la idolatría hacia una corriente, religión y un caudillo anticristiano; sin olvidar a la misma Madre de Dios, quien en su aparición de Fátima nos dijo que si Rusia no se consagra a Su Corazón Inmaculado, sus errores se esparcirían en todo el mundo, y que el papa y la Iglesia sufrirían la suerte de los reyes franceses desobedientes; a San Pío de Pietrelcina que pasaba horas confesando a los feligreses, porque sabía más que nadie y más de lo que podemos imaginar nosotros, del peligro de perder el alma. De tal manera que más que deseos en el aire, «buenas vibras» y «misericordinas», me remito a la realidad, las Escrituras, las apariciones aprobadas por la Iglesia y los grandes santos de la Iglesia (aquellos que están en comunión con los 2 mil años de Tradición).


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