Mito y realidad de la atracción por el mismo sexo

Título: Mito y realidad de la atracción por el mismo sexo
Conferencia de Dale O’Leary
Copyright by Vida Humana Internacional
http://www.vidahumana.org

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Contenido:

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1ra Parte

Desde hace 25 años he estado siguiendo la pista a varios temas en las Guerras de la Cultura. Como para muchos de ustedes, mi preocupación principal era el aborto, y muy especialmente el efecto que el aborto tiene sobre las mujeres. Estaba convencida de que cuando los partidarios del aborto legal entendieran los terribles efectos, emocionales y físicos, del aborto para las mujeres, iban a darnos la razón, ya que se declaraban feministas, y pensé que ello significaba estar a favor de las mujeres. Pero cuando confronté a estas feministas sobre los efectos negativos del aborto, no estuvieron sorprendidas. Ellas eran conscientes de todos los problemas. Ellas se habían practicado abortos. Sus amigas se habían practicado abortos. A ellas no les importaba el sufrimiento de las mujeres. ¿Por qué? Debido a que para ellas el aborto era esencial para la liberación de la mujer.

Me di cuenta de que no era que ellas no entendieran el aborto, sino que yo no entendía a esas feministas. Así que me puse a estudiarlas y descubrí que no estaban a favor de las mujeres, que no estaban buscando formas de ayudar a las esposas y madres comunes y corrientes, y a mujeres en situaciones difíciles, como ellas decían. Las feministas que defendían el aborto eran un gran número de Marxistas radicales, con un plan para destruir el matrimonio, la maternidad, la paternidad y la familia. Para ellas, el gran enemigo era el patriarcado, el cual llegó a ser un insulto en toda clase de situaciones. Pero ¿qué quiere decir patriarcado? Hombres que imitan la Paternidad de Dios, quien es el Padre de quien deriva toda paternidad. El verdadero patriarcado requeriría que los hombres sacrificaran sus vidas para proteger y proveer para las mujeres y los niños. Ello me parecía como que el mundo estaba sufriendo de una falta de verdadero patriarcado.

Las feministas radicales estaban tan furiosas con los hombres que no podían darse cuenta de que la solidaridad entre hombres y mujeres, era la base de la felicidad y seguridad de las mujeres. Ellas querían eliminar las diferencias entre hombres y mujeres. Promovían una libertad sexual absoluta, particularmente la aceptación total del lesbianismo. Ahora bien, una de las mayores diferencias entre mujeres y hombres, es que si dos personas se unen sexualmente, solo una de ellas puede estar embarazada, y esa persona es siempre la mujer. Para las feministas radicales, la única forma para que las mujeres sean como hombres, para ser liberadas, era ser capaces de no estar embarazadas. El aborto era esencial para sus propósitos.

Podía ver la furia de estas mujeres, especialmente en las lesbianas. Al comienzo no me quería envolver en ese problema, pero con el correr de los años me di cuenta de que estaba aumentando el énfasis en el lesbianismo, y que el porcentaje de feministas radicales que eran lesbianas también crecía, mientras que las mujeres comunes y corrientes, las que querían encontrar remedios para las injusticias reales contra las mujeres, se retiraban del movimiento. Pero todavía seguía evitando el problema.

En 1995 fui a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre las Mujeres, en Beijing, China, y me di cuenta de que la promoción de la homosexualidad estaba ganando terreno, y que el movimiento a favor de la familia, que se había concentrado en el aborto, no estaba preparado para oponerse en ese campo. Los que defendían la vida y la familia no sabían cómo responder al desafío de un movimiento homosexual militante.

Hay un adagio que siempre me ha guiado en mi trabajo:

Si Dios dice que algo está mal, puedo escudriñar la literatura científica y probar que El tiene razón.

No es que necesitara pruebas, pero que cuando el mundo no piensa en escuchar a Dios, a lo mejor puede encontrar convincente la evidencia científica.

De modo que empecé a coleccionar información sobre la homosexualidad. Como ustedes, había oído los argumentos de las activistas homosexuales:

1. La homosexualidad está genéticamente determinada. Nacieron así. Hay un gen de homosexualidad.

2. La orientación sexual no puede cambiarse.

3. La terapia no cambia la orientación sexual.

4. La homosexualidad no es un problema psicológico, no es una enfermedad.

5. Los homosexuales son psicológicamente tan normales como el público en< general.

6. El 10% de la población es homosexual.

7. Los niños criados por parejas homosexuales no tienen problemas más graves que los criados por su padre y madre biológicos.

8. La educación acerca de los condones ha tenido éxito en evitar nuevas infecciones por VIH entre hombres que tienen relaciones con hombres.

Y los que afirmaban esto daban referencias para sus afirmaciones, de modo que esperaba, al investigar la literatura, que iba a encontrar evidencias contradictorias. Suponía que había estudios a favor, y otros en contra, de esas afirmaciones.

Ese no es el caso. He leído todos los artículos y libros citados. Y cuando aquel artículo citaba algún otro, como era muy corriente, busqué el artículo original. Lo que encontré fue asombroso. En la mayoría de los casos, el artículo citado no decía lo que afirmaba la persona que lo citaba.

Cada una de esas afirmaciones era falsa. No había ninguna evidencia que las apoyara. Ningún estudio que las probara, y cuando había estudios, la investigación era claramente falsa. La prensa nunca examinó las afirmaciones de las activistas homosexuales. Aún la prensa conservadora ha dejado pasar esas afirmaciones, sin discutirlas.

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Mito 1. La homosexualidad es genética. Se nace así. Hay un gen «gay».

No existe evidencia científica para un «gen gay» o de que la atracción por el mismo sexo sea determinada genéticamente. Los estudios que pretenden haber descubierto tal gene, o nunca hicieron tal afirmación, o no han podido ser replicados.

Podría citar todos los estudios, pero basta con uno. Si la atracción por el mismo sexo fuera genética, entonces los mellizos idénticos tendrían la misma atracción sexual. Hay estudios que muestran que en un 80% de los casos de mellizos idénticos, si uno es homosexual, el otro no lo es.

Los activistas homosexuales ya no hacen esa afirmación por escrito. No hace falta. Han sembrado la idea, y la gente la ha aceptado. ¿Por qué se mantiene el mito? Porque hay estudios que muestran que si la gente cree que la atracción homosexual es genética, entonces van a tener mayor probabilidad de favorecer la agenda de los activistas homosexuales.

Cuando uno lo piensa, creer que la atracción homosexual es genética es creer que las personas atraídas por el mismo sexo son genéticamente inferiores. Ser capaz de concebir un niño es un acto de amor y una de las cosas más importantes de un ser humano. Una pareja homosexual, se quieran lo que se quieran, nunca pueden llegar a ser una sola carne. No pueden engendrar un niño, que es el signo visible y la prueba de su unión. Su relación es inferior. Decir que han nacido así y que no pueden cambiar es asignarles una situación permanente de segunda clase, negarles la libertad de la persona humana, y decir que son menos que hombres o mujeres de verdad. Si bien nunca lo admitirían públicamente, mucha gente que acepta la teoría del «gen gay» lo hace porque en su corazón cree que la homosexualidad es algo inferior, y el mirarla como algo genético, les permite mirarla con compasión. A pesar de todo esto, los activistas homosexuales han estimulado el creer en el «gen gay» porque sabían que esto serviría su agenda política.

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Mito 2. No se puede cambiar.

Esto es mentira. Hay numerosos estudios e informes de cambio de orientación sexual. Cambiar es posible; sin embargo, el mito continúa diseminándose.

Por ejemplo, el Dr. Satcher, Cirujano General (cargo equivalente a Director de Salud) de los Estados Unidos, nombrado por el Presidente Clinton, ha publicado un trabajo: «Un llamado a promover salud sexual y conducta sexual responsable» [«Call to Action to Promote Sexual Health and Responsable Sexual Behavior»]. Un artículo comentando este trabajo afirmó que el informe del Cirujano General: «había encontrado que no había evidencia de que una persona ‘gay’ podía llegar a ser heterosexual» [i]

Llamé al autor del artículo, un tal Paul Recer, y le hice ver que había citado el trabajo en forma equivocada, lo que había dicho era: «No hay evidencia científica válida que la orientación sexual pueda cambiarse»[ii]

Le hice ver que había un número de informes de terapeutas, de individuos y de consejeros, sobre los cambios. Según el artículo de Recer:»Satcher dijo que no estaba tomando partido en una discusión política, sino que presentaba lo que muestra la investigación científica»[iii].

Esta afirmación es engañosa, y Satcher, y los que mantienen este punto de vista, se escudan detrás de las palabras «científicamente válida».No hay estudios porque los que afirman que el cambio es imposible, no han hecho nunca un estudio. No han entrevistado a los clientes o a los terapeutas que dicen haber tenido éxito. Ahora, si uno no pregunta, nunca va a obtener la respuesta que uno no quiere. Hombres y mujeres que habían experimentado un cambio auténtico, han desafiado a los expertos para que los estudien, y uno de ellos, Robert Spitzer, fue lo suficientemente honesto como para escucharlos e investigar sus afirmaciones. Descubrió que la afirmación de haber cambiado era verosímil.

A mayor abundamiento, indiqué que la cita del informe del Cirujano General de un artículo de Douglas Haldeman «The Practice and Ethics of Conversión Therapy» [La práctica y ética de terapias de conversión], daba la impresión de que el artículo incluía evidencia que el cambio de la orientación sexual no ha sucedido nunca. No es cierto. Haldeman acepta que las personas pueden cambiar de conducta, y sugiere que algunos de los que dicen haberlo hecho, pueden haber sido bisexuales. Haldeman rechazó los trabajos de terapeutas, tales como Bieber y Nicolosi, no porque no refieran resultados exitosos, sino porque, según Haldeman, ellos creen que la homosexualidad es algo malo. «¿Por qué» escribe Haldeman, «hay que considerar a un padre desinteresado como una de las causas más importantes de la homosexualidad, a menos que hayamos hecho a priori la decisión de que la homosexualidad sea algo patológico»?[iv] El periodista no estaba interesado en la evidencia. No quería considerar los hechos. Creía el mito.

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Mito 3. La terapia no sirve.

Error. La terapia puede tener éxito y hay numerosos informes de terapeutas y de clientes, de haber cambiado, a veces en forma inesperada. Cuando encargaron a la psicoanalista Helen Siegle que tratara a 12 mujeres que se consideraban lesbianas, ella creía que el lesbianismo era tan normal para las mujeres como la heterosexualidad. Ella no «se embarcó en ‘curar’ a esas mujeres, o a desanimarlas de su estilo de vida» pero según la Dra. Siegle, a medida que se resolvieron los conflictos de sus pacientes, más de la mitad de las mujeres se volvieron heterosexuales»[v]. Era este un desenlace que ni ella ni sus clientes habían buscado ni anticipado.

­­­­­­­­­­­­­­­­­­Según Siegle sus esfuerzos no fueron apreciados por los grupos que le habían enviado miembros, y estaban tan furiosos que la acusaron de traición. Siegle escribió:

«Permitirme estar convencida de la idea que la homosexualidad era un estilo de vida normal me habría encasillado tanto a mi, como a mis pacientes, en un criterio rígido, que excluiría todo cambio»[vi]

He revisado la literatura sobre el tratamiento de la atracción a personas del mismo sexo, desde 1950. Se llama Cambio de Orientación Sexual, Revisión de la Literatura. Si le interesa, le puedo enviar una copia por correo electrónico.

La conclusión es que:

Casi todas las formas de terapia han funcionado, excepto el electro-shock. El psicoanálisis, la terapia de grupo, la terapia sexual, la ‘terapia’ del perdón, y aún la terapia de gritos (‘scream therapy ‘).

Alrededor del 30% de los clientes llegaron a ser heterosexuales. Esto requirió un tratamiento prolongado y sustancial. Nadie dice que sea fácil. Otro 30% se vio libre de la conducta y las fantasías como la adicción, y fueron capaces de vivir castamente, según su situación en la vida. Para los cristianos, estas son buenas noticias. Los demás no se beneficiaron; algunos de ellos porque sufren de otros problemas psicológicos serios tales como problemas de la personalidad, narcisismo, adicción sexual, abuso de drogas, o sencillamente porque no quieren descartar los aspectos que ellos encuentran agradables de la atracción homosexual.

Los oponentes de la terapia afirman que los que cambiaron no eran verdaderamente homosexuales, sino bisexuales. Pero si tal fuera el caso – si uno no sabe si es homosexual o bisexual, hasta después del tratamiento — entonces todos los que tienen esa inclinación, debieran tratarse.

La mayor queja contra la terapia fue que da una imagen negativa sobre la homosexualidad, y hace sentirse mal a los homosexuales que no quieran cambiar. Lo que no se dice es que si el cambio es posible, entonces los homosexuales no son un grupo de minoría a los que se les niegan ciertos derechos, sino gente con problemas.

Favorecer la terapia, y los éxitos que ella pueda tener debilita su agenda política, y por eso, los activistas quieren que se prohíba la terapia. Y también quieren que se proteja la homosexualidad, al eliminar el tratamiento de niños que experimenten atracción hacia personas del mismo sexo.

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Mito 4. La atracción homosexual no es psicológicamente anormal.

Una anormalidad psicológica causa malestar, desventaja y capacidad disminuida. Se origina en un trauma y no es el resultado de un desarrollo positivo saludable. La atracción homosexual cumple con estas condiciones. Fue retirada del manual de anormalidades psicológicas en 1973, no por nueva evidencia o investigación, sino como consecuencia de amenazas por activistas militantes que iban a trastornar las reuniones de la organización responsable del manual. Esto no resolvió los problemas de las personas con atracción homosexual, sólo que ahora todos sus problemas pueden ser atribuidos a opresión por la sociedad, y ser interiorizados. La fobia, homofobia interiorizada es la de la persona que no quiere ser homosexual, y quiere cambiar. En lugar de decirles que el cambio es posible, le dicen que están enfermos porque quieren ser normales.

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Mito 5. Las personas con atracción homosexual no tienen más problemas psicológicos que la población en general.

Los que defienden este mito afirman que los estudios que encontraron que tenían más problemas – y hay una cantidad de estudios de esa clase – no estaban bien diseñados.

Esta afirmación ha sido totalmente rechazada por tres estudios recientes, diseñados cuidadosamente, los cuales muestran que los homosexuales, como grupo, tienen significativamente más psicopatologías.

Herrell et al. [vii] «Sexual orientation and suicidality. A co-twin Control Study in Adult Men», encontró que la orientación sexual del mismo género se asocia significativamente con cada una de las medidas de tendencia al suicidio.

Los hombres con parejas del mismo sexo tuvieron un riesgo de intento suicida del 6.5 más probable que sus controles.

Fergusson et al. [viii] «Is Sexual Orientation Related to Mental Health Problems and Suicidality in Young People?», es un estudio de una cohorte desde el nacimiento hasta los 21 años de 1007 personas. Tuvieron amplio acceso a la historia de salud y encontraron que los gay, las lesbianas y los jóvenes bisexuales tenían mucho mayor riesgo de mayor depresión, ansiedad generalizada, anormalidades conductuales, abuso de drogas con o sin dependencia, anormalidades múltiples, ideas de suicidio e intentos de suicidio.

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GLB*

Hetero

Ideas de suicidio67.9%29.0%

Intentos de suicidio32.1%7.1%

Problemas psiquiátricos entre los 14 y los 21 años

Depresión grave71.4%38.2%

Ansiedad generalizada28.5%12.5%

Anormalidad conductual32.1%11.0%

Dependencia nicotínica64.3%26.7%

Abuso/dependencia de drogas60.7%44.3%

Anormalidades múltiples78.6%38.2%

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La afirmación de que estos problemas son causados por la actitud social negativa hacia la homosexualidad – homofobia – fue desacreditada por un estudio en 2001, por Sandfort et al. [ix], hecho en Holanda – reconocida desde hace tiempo por su tolerancia de la conducta sexual aberrante – que encontró que la prevalecencia en la vida de uno o más problemas psicológicos entre hombres homosexuales es de 56.1% (contra un 41.4% entre los hombres que no tienen esa conducta). La tasa de dos o más problemas del código DSM III es 37.8% (contra 14.4%). Para las mujeres envueltas en conducta homosexual, la tasa para uno o más problemas DSMIII es 67.4% (contra 39.1%) y para dos o más problemas, 39.5% (contra 21.3%).

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Mito 6. El 10% de la población es homosexual.

Los estudios de Herrell, Fergusson y Sandfort también refutan la afirmación de que los homosexuales son un 10% de la población. El estudio de Fergusson, que incluía bisexuales junto con homosexuales, encontró un 2.8%. El estudio de Herrell, solo 2% de la muestra acusó relaciones homosexuales en la edad adulta. En el estudio de Sandfort, solo un 1% de las mujeres, y un 2.8% de los hombres eran homosexuales.

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Mito 7. Las parejas del mismo sexo son igual que las de hombre y mujer. Los niños criados por parejas homosexuales no tienen más problemas que los niños criados por su padre y su madre.

Las parejas homosexuales son significativamente distintas que las parejas de hombre y mujer. Entre las parejas de hombres, la fidelidad a los cinco años prácticamente no existe. No he encontrado en la literatura pro homosexual, que la fidelidad sexual se considere como algo deseable para parejas de hombres. La cuestión para las parejas de hombres fue: cómo ponerse de acuerdo sobre las reglas de sexualidad fuera de la relación. Y la violencia es mucho mayor entre las parejas del mismo sexo.

Los estudios hechos para demostrar que los niños criados por parejas del mismo sexo son psicológicamente tan normales como los niños criados por su padre y su madre biológicos, son tan distorsionados que no prueban nada, excepto que los partidarios de la adopción por homosexuales no son capaces de hacer una investigación honesta.

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Mito 8. La educación acerca de los condones sirve.

Contra lo que uno pueda haber oído, la educación sobre el uso de condones entre hombres que tienen relaciones con hombres, no ha reducido la epidemia de SIDA. Continúa disparada entre hombres jóvenes. Hubo una ligera disminución a fines de la década de 1980, no porque la educación sobre los condones tuviera éxito, sino porque la epidemia había alcanzado el punto de saturación. En 1985, un 72 % de los hombres que tenían relaciones con hombres, estaban infectados, la infección no tenía cómo extenderse. El número de casos nuevos tenía que reducirse. Este fenómeno se llama saturación de la epidemia. Pero cuando los investigadores estudian los nuevos casos de jóvenes que tienen relaciones con hombres – hombres que conocían el riesgo, que habían sido educados con respecto a los condones – encontraron que la tasa de infección se mantenía alta, y que había aumentado últimamente. Esto quiere decir que la epidemia va a continuar en esta población.

Varios epidemiólogos han estimado que un 50% de los hombres que tienen sexo con hombres, eventualmente van a llegar a ser positivos para VIH.

Y no es solo el VIH. Entre los hombres que tienen relaciones con hombres, la hepatitis es epidémica, como es el virus de papiloma, que causa cáncer, y un número de otras enfermedades de transmisión sexual. He reunido todo esto en un trabajo «One out of Two: AIDS and Sexually Transmitted Diseases Among Men who have Sex with Men» (Heartbeatnewsl@cox.net).

Podría seguir y seguir. Mentira tras mentira. La Asociación Médica Católica preparó un folleto sobre el tema que tiene referencias y citas da las afirmaciones y de la evidencia contra ellas (www.cathmed.org). El folleto se puede obtener en Español de Provida – Homosexualidad y Esperanza. (Lo encontrará en español en: http://www.vidahumana.org/vidafam/homosex/informe.html.)

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Causas de la atracción a personas del mismo sexo.

La atracción homosexual es un problema del desarrollo psicológico, que se puede prevenir y tratar.

Cada persona tiene una historia única. Puede compararse a una pierna quebrada. Uno ve un niño con una pierna quebrada, pero mientras uno no pregunte, nunca sabe cómo se quebró. En cada caso la historia es diferente, pero con rasgos similares. Si un niño se quiebra una pierna, y los huesos son bien compuestos, no habrá más problema, pero si no se trata bien la fractura, el niño puede quedar lisiado de por vida.

Con respecto a la atracción hacia personas del mismo sexo, un traumatismo no es suficiente. Estos hombres y mujeres sufrieron una cantidad de experiencias negativas. Cada una los hizo más vulnerables para la siguiente.

Todo niño tiene ciertas necesidades para su desarrollo. La naturaleza permite cierta flexibilidad en la forma que se provean esas necesidades, pero se tienen que proveer. El niño tiene necesidades nutritivas. Para poder crecer, tiene que comer alimentos que contengan las vitaminas, minerales y otras cosas. Diferentes combinaciones de alimentos y distintas dietas pueden cubrir esas necesidades, pero si algún elemento esencial falta, o algún elemento venenoso se agrega, el desarrollo del niño se verá dañado.

Igualmente el niño tiene ciertas necesidades emocionales – la necesidad de sentirse querido, de unirse a la madre, y la necesidad de identificarse con el padre del mismo sexo, la necesidad de sentirse seguro y protegido. Si estas necesidades no se llenan en forma adecuada, por la razón que sea, el niño crece con un vacío en su interior. Las necesidades no desaparecen – el niño siempre trata de satisfacer esas necesidades, por lo general en forma equivocada.

Un niño que no encuentre satisfecha su necesidad de un padre con quien poder identificarse, con él o con otros hombres, va a pasar de la niñez a la adolescencia y a la vida adulta tratando de satisfacer esa necesidad – y puede confundir su necesidad de apoyo masculino, su identidad masculina, su amor de hombre, con sus impulsos sexuales.

Una muchacha que no haya recibido de su madre lo que necesitaba en un momento crítico, puede encontrarse estimulada por una mujer maternal, y puede interpretar esa profunda necesidad maternal como un impulso sexual.

Los niños cuyas necesidades no se satisfacen, presentan a menudo síntomas que son obvios para todo el mundo. El niño que no se identifica con su padre, se identifica con su madre, y desarrolla amaneramientos afeminados. Esto es signo de que hay algo que anda mal. Desgraciadamente, cuando los padres, preocupados, hablan de esto al médico, les contestan – oh, no hay de qué preocuparse. Ya se le pasará. ¿Iría el doctor a ignorar con la misma facilidad, los síntomas de carencia vitamínica? Al 75% de los niños con esas tendencias no «se les pasa». Sufren con las pullas y la soledad, tienen más probabilidades de ser víctimas de abuso sexual, y eventualmente desarrollan una atracción homosexual. Dado que un 50% de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, van a contraer el VIH u otra enfermedad de transmisión sexual grave, una intervención inmediata, cuando se observan los síntomas por primera vez, está totalmente justificada. Esa intervención no solo puede prevenir la conducta homosexual en la adolescencia, sino que también reduce el sufrimiento de los niños por las pullas, la soledad y el rechazo.

No hay una sola causa, pero cuando las historias individuales se examinan, los factores causales son con frecuencia obvios.

Esto no es para echarles la culpa a los padres. A menudo los padres hacen lo que pueden. Por ejemplo, en un caso de mellizos idénticos, uno de ellos se enfermó y tuvo que ser admitido en un hospital lejano, acompañado por su madre, mientras el padre cuidaba del otro. El mellizo con la madre desarrolló atracción homosexual y el otro, no. En algunos casos, uno de los padres está ausente durante un período crítico del desarrollo.

Sin embargo, a veces hay problemas psicológicos serios, que uno de los padres, o los dos, rehúsan considerar. Por ejemplo, una amiga estaba cuidando a un hijo de su hermana, y estaba preocupada por la conducta afeminada del niño. Su madre le compraba muñecas, y lo vestía de color rosado, mientras que la tía le sugería actividades más masculinas. Le di un libro sobre Problemas de identificación de Género (Gender Identification Disorder) por Zucker y Bradley, y vio que el niño necesitaba tratamiento. Le dio el libro a su hermano, que lo conversó con su mujer. La esposa no solo rehusó cesar de desalentar el carácter masculino del niño y estimular solo sus intereses femeninos, sino que no permitió que la tía continuara cuidando al niño, y se divorció de su marido. El afeminamiento era tan marcado que los que lo vieran podrían pensar que era algo biológico. La madre aseguraba que era el modo de ser del niño, pero la tía sabía la verdad:

Había visto cómo la madre desanimaba cualquier elemento masculino en su hijo. La hermana de la madre había tratado a un hijo de manera similar, y el niño era también sumamente afeminado y tenía problemas tan graves que hubo que sacarlo de la escuela pública. La madre de estas mujeres se había divorciado de su marido, impidió que sus hijas tuvieran contacto con su padre, y estaba constantemente criticando a los hombres y a lo masculino.

Muchos padres rehúsan conseguir ayuda, o seguir los consejos del terapeuta. Por otra parte, cuando los padres están dispuestos a trabajar con el terapeuta, el cambio puede parecer milagroso. George Rekers informa de un niño cuyas maneras femeninas eran tan pronunciadas que algunas personas que vieron una película de su conducta pensaron que tenía que tratarse de un problema biológico. Y cuando se les mostró una película del niño después del tratamiento, no se dieron cuenta que era el mismo niño, porque parecía normal.

Muchos, pero no todos los adultos con atracción homosexual sufrieron de problemas de identidad de género cuando niños. Los niños eran afeminados, y las niñas, marimachos. En muchos casos se vestían con ropa del otro sexo – elegían ropas típicas del sexo opuesto, o jugaban con juguetes del sexo opuesto.

Y ¿qué podemos decir de hombres con atracción homosexual que no fueron afeminados de niños? Un estudio comparó a esos hombres con otros no homosexuales, y encontró diferencias notables. Todos los hombres con inclinación homosexual que no habían sido afeminados, dijeron que cuando niños habían tenido «terror persistente de pelear, temor, casi una reacción de pánico era lo que más les importaba. Y esto llevaba a muy mala idea de sí mismos y a ser solitarios», y a «tener muchas ganas de tener una amistad estrecha con los otros niños». Ninguno de los adultos homosexuales había tenido ninguna experiencia de haber peleado o de haber jugado juegos violentos cuando chicos.

Otros estudios encontraron que los hombres homosexuales podían ser identificados como tales en base a cuestionarios que preguntaban por su interés en los deportes, en la infancia.

¿Por qué pasa esto? La teoría es que el niñito normal tiene una relación saludable con su padre. El padre lo tira al aire. Al comienzo, el niño puede demostrar sorpresa, pero pronto se acostumbra y le gusta. De esto, el niño aprende a gozar de esa sensación y a confiar en su padre. La madre puede tener miedo «¡ten cuidado!». Pero el papá la ignora. El niño aprende que la madre tiene una situación especial, pero el niño es parte del mundo del papá.

Este tipo de interacción se encuentra muy raras veces o nunca en hombres con atracción homosexual. Ya sea que el padre no está, o la mamá interviene. El niño encuentra bloqueada su incorporación al mundo de los niños hombres. Encuentra los juegos violentos de sus compañeros como algo aterrador, y sin embargo le gustaría participar. Tiene miedo de que lo hieran, y por consiguiente evita esas situaciones donde pueda resultar herido. Y tiene una imagen negativa de sí mismo, de su cuerpo.

Si el papá no se relaciona con su hijo en forma positiva, o si la mamá interviene, si sus temores de que el niño pueda sufrir predominan, el niño nunca adquiere esta experiencia crucial. De modo que tirarlo al aire con cuidado es crucial. Si no sucede, por ejemplo, si el niño es enfermizo, otras formas de actuar positivas, de padre a hijo, pueden reemplazar las más violentas. Mucha gente pregunta qué pasa con los niños sin padre. La ausencia del padre es un factor, pero la ausencia de padre es más probable que lleve a ser excesivamente masculino. El niño toma como modelo las imágenes de hombres que ve en la prensa. Es el padre que aunque esté allí, no lo está para su hijo. O la madre cuyos temores, especialmente el temor a lo masculino, impide que el niño desarrolle una identidad masculina fuerte.

Zucker y Bradley encontraron que entre las niñas que trataron con problemas de identidad del género, cada una de las madres había estado deprimida durante los años críticos de la infancia – de modo que no eran un buen modelo para la identificación femenina. Las madres pueden haberse recuperado más tarde, pero las niñas no pudieron desarrollar su identidad femenina.

Pero tengo que repetir una y otra vez que cada individuo tiene su propia historia.

La prevención es posible; cuando los síntomas de problemas de identidad del género son evidentes, el tratamiento debiera empezar de inmediato. Zucker y Bradley creen que no hay razón para no tratar, aún si la finalidad fuera otra que prevenir la inclinación homosexual, porque los niños con ese problema sufren de ansiedad, soledad y temores, y porque mientras más pronto se comience, mejor es el pronóstico.

Una colección de la investigación sobre este tema aparece en mi artículo «Childhood Experiences of Men with Same sex Attraction» (heartbeatnewl@cox.net – Experiencias de la niñez de hombres con atracción homosexual).

Además de problemas en la infancia, es más probable que las personas con atracción homosexual hayan sido víctimas de abuso sexual en la niñez – a menudo abusos múltiples. Este abuso puede explicar muchas de las patologías que se observan en personas con atracción homosexual. Sabemos que historias de abuso sexual en la niñez se asocian con ideas de suicidio, abuso de drogas, prostitución, violencia, adicción sexual, y la incapacidad de reconocer lo que sea sexualmente aceptable. Un pequeño porcentaje de los abusados, a su vez van a abusar niños, porque la mayoría de los que abusan niños, han sido abusados a su vez.

¿Por qué estos niños y no otros? Son muchos los niños que tienen padres descuidados, muchas las madres que se deprimen, muchos los matrimonios que tienen problemas, y trágicamente, son muchos los niños abusados sexualmente, y a pesar de todo, el número de personas con atracción homosexual se mantiene pequeño, no más de un 2%.

Las experiencias negativas abren la puerta, pero la reacción del niño es crítica. Algunos niños son más sensibles a las emociones de sus madres, al rechazo de sus padres, a la ansiedad. Tienen mayores necesidades, y si esas necesidades no se satisfacen, pueden caer en hábitos equivocados.

Los niños se sienten rechazados, aislados, rabiosos. Esto lleva al resentimiento y la amargura, que los encierra en sentimientos negativos. Tienen envidia de aquellos que tienen lo que ellos creen que le falta. Caen en una actitud de auto compasión, «pobrecito yo». Su sensibilidad se transforma en ansiedad crónica al concentrarse en las cosas que temen. Solitarios, se consuelan de varias maneras, y con la idea de que son mejores que los otros niños.

Estas ideas negativas abren la puerta a las tentaciones de actividades homosexuales, y el terapeuta puede verlas como una salida:

Cómo se trata:

  • No perdonar
  • Envidia
  • Auto compasión
  • Conducta acomodaticia
  • Temor
  • Orgullo

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El niño puede adoptar esta costumbre de protección antes de alcanzar la edad de razón, aún antes de poder recordar. Puede sentir honestamente que nació así. Todo lo que puede recordar es que se sentía diferente, solitario, rechazado. Pero si nada se hace para remediar la situación, se puede ver prisionero de esos hábitos, encerrado en formas infantiles de pensar. Al ir creciendo puede cambiar la auto-compasión por vestirse con ropa del sexo opuesto, masturbación y fantasías o actividades sexuales. Crece física e intelectualmente, pero su desarrollo psíquico y sexual queda detenido.

Algunos terapeutas creen que es esencial para esos hombres y mujeres lograr que se satisfagan sus necesidades legítimas de parte del padre o de la madre. Esos terapeutas están convencidos de que tales son necesidades esenciales, no pueden ser negadas. Una vez que las necesidades se satisfacen en forma apropiada, a través de una relación con un terapeuta paternal o maternal, o con una relación espiritual con Dios como padre, la persona puede entonces empezar a madurar.

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Esta maduración requiere desarrollar hábitos saludables.

Los que se encuentran aprisionados por el resentimiento y la amargura tienen que aprender a reconocer su rabia y perdonar. El Dr. Richard Fitzgibbons, que es de avanzada en el estudio del perdón, ha encontrado que la terapia del perdón ayuda mucho en el tratamiento de pacientes con atracción homosexual.

La envidia puede ser superada si uno aprende a confiar en su Padre Dios, que tiene un plan para cada persona. Un folleto «Homosexuality: Laying the axe to the Roots» [Homosexualidad, cortar de raíz], por Ed Hurst[x], un hombre que se recuperó de la homosexualidad, explica cómo los hábitos negativos, en especial la envidia, se encuentran en la raíz de la atracción del mismo sexo.

El Dr. Gerard Van den Aardweg, psiquiatra holandés, trata a sus pacientes con auto compasión excesiva, con humor, ayudándoles a reírse de sí mismos. Los niños pueden aprender a evitar la tentación de compadecerse, estimulándolos a ser valientes.

El amor perfecto elimina el temor. La mayoría de los niños y adultos con atracción por el mismo sexo necesitan sentir que su papá y su mamá los quieren. Cuando esto no es posible, un sustituto del padre o un sustituto de la madre – en algunos casos el terapeuta – proporciona lo que hace falta. Eventualmente la persona termina por descubrir el amor de Dios. Si quieren comprender por qué una relación del mismo sexo no puede proporcionar la clase de amor que estas personas necesitan, les ruego que lean «Amor y Responsabilidad», libro que escribió Juan Pablo II en 1960. Explica que nunca podemos usar a una persona como objeto, y que solo un matrimonio fiel, exclusivo y permanente, abierto a la vida, puede prestarse para relaciones sexuales sin usar a la otra persona como una cosa. La relación sexual homosexual puede parecer de amor, pero cuando uno explora lo que está pasando en la realidad – leyendo lo que escriben las personas envueltas – uno ve que se están usando el uno al otro como objetos.

Mientras más entendemos la historia de las personas con atracción por el mismo sexo, tanta mayor compasión debiéramos sentir. Ellos no eligieron ese problema. La prevención, una intervención temprana, protección deL abuso sexual y su tratamiento no han recibido prioridad de parte de la sociedad. En vez de eso, la gente ha mirado al problema – visto el sufrimiento y han dicho «Pero si nacieron así».

Comprender cómo se genera la atracción por el mismo sexo, el sufrimiento de los que la experimentan y cómo se han encontrado envueltos en un hábito de resentimiento, de envidia, auto compasión, auto consuelo, ansiedad y orgullo, debieran despertar nuestros sentimientos de compasión. Después de todo, ¿quién de nosotros no tiene tentaciones en estas materias? ¿Quién de nosotros puede decir que nunca hemos aceptado resentimientos, envidias, auto compasión, auto consuelo, ansiedad u orgullo? ¿Quién de nosotros puede arrojar la primera piedra?

Esto no es excusa. La conducta está siempre en contra del bien de la persona, siempre en contra de la ley inmutable de Dios, pero los que experimentan la tentación no son seres de otro mundo, no son otra especie.

Son nuestros hermanos y nuestras hermanas, personas a las que Dios ama y que han sufrido. Los niños pueden caerse de la bicicleta, pero raras veces se quiebran algún hueso, y más raro aun es que las fracturas no sean bien tratadas. ¿Debiéramos entonces nosotros, los afortunados, decir a los que sufren que es culpa de ellos? ¿U ofrecerles tratar la lesión? Por supuesto, arreglar un hueso que fue mal curado años atrás es mucho más difícil y más doloroso. No es fácil decirle a alguien: «tu pierna quebrada no fue bien tratada, y ahora es necesario quebrarla de nuevo». Y a veces, a pesar del mejor tratamiento, es posible que el problema no se solucione. Podemos tener confianza en que, con la ayuda de Dios y el amor del prójimo, todos podamos vivir la vocación a la castidad, de acuerdo a la situación en la vida.

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¿Qué debemos hacer?

En 1963, Daniel Brown presentó un trabajo sobre homosexualidad y dinámica familiar. Revisó la evidencia disponible en esa época – evidencia que nunca ha sido contradicha – y concluyó que los padres y los profesores debieran ser educados sobre «la influencia decisiva de la familia en determinar el curso y el resultado del desarrollo psicológico y sexual del niño.»

Según Brown «Pareciera que no hay ninguna justificación para esperar 25 o 50 años más antes de proporcionar esta información a aquellos que tratan con niños».

Eso fue en 1963. Se ignoraron las palabras de Brown. La investigación también se ignoró. ¿Qué sucedió? A los niños que podrían haberse beneficiado con una intervención, se les dejó que sufrieran. Cuando sus padres mostraron su preocupación, se les dijo que no se preocuparan, que «ya se les pasaría». Pero un 75% de los niños con Problemas de Identificación de Género, que podrían haberse tratado, no se mejoraron. Se envolvieron en actividad homosexual en la adolescencia, o como adultos jóvenes a fines de los años 70 y 80. ¿Y qué les sucedió a los hombres que tuvieron relaciones con hombres en esa época? un 50% se hicieron positivos para VIH. Miles murieron antes de que hubiera tratamiento.

¿Qué debemos hacer? Lo que debiéramos haber hecho hace treinta años. Entender las causas de la atracción homosexual, desarrollar la prevención y el tratamiento, y rezar por los que la sufren. ¿Cuántos de ustedes han rezado por personas con atracción homosexual? ¿Cuántos de ustedes han conversado sobre el mensaje del evangelio con un amigo o pariente que sufre por esta condición?

He encontrado que son muchos los que tienen muy poca fe, y no creen que Dios pueda llamar a todo el mundo a vivir una vida de castidad, y que El puede proporcionar las gracias necesarias a cada persona. Los que están luchando con este problema necesitan nuestras oraciones. Muchos querían que se los ayudara, pero cuando no consiguieron ayuda, perdieron la esperanza y sucumbieron a sus tentaciones.

Dos historias. Un hombre había vivido como homosexual por 20 años, y su compañero estaba muriéndose. Habían estado envueltos en religiones orientales, y el hombre estaba cantando, cuando sin pensarlo, de repente empezó a decir una oración que había aprendido de niño – el Memorare [Acordaos], pero no podía recordarlo entero. Al salir del hospital pensó que su amigo era católico, y se estaba muriendo, y necesitaba hablar con un sacerdote. Fue y consiguió un sacerdote, y el moribundo se reconcilió con Dios, y el otro volvió a la fe y ahora va a misa diaria y está viviendo una vida pura y santa – y todo por la mitad de una oración.

Otra amiga había estado en una relación lesbiana por 16 años. Con su pareja fue a una iglesia donde se animaba a todo el mundo a consagrar la vida a Cristo. Ella y su pareja explicaron que ellas eran lesbianas. Los líderes les dijeron que no importaba, pero tan pronto como su amiga había consagrado su vida a Jesús, éste le hizo ver, por el Espíritu Santo, que importaba. No pudo continuar teniendo relaciones con su amiga, y esta exigió que se fuera de la casa. No sabía qué hacer. Volvió a su fe católica, y cada día se sentaba a rezar al Santísimo Sacramento por unas dos horas, pidiendo ayuda. Fue a una reunión de oración y Dios le hizo ver claro, lo cual la sanó. La conocí al poco tiempo de haberse visto libre. Se veía como un muchacho gordo, pero en su interior había una gran diferencia. La volví a ver un año más tarde, y no la reconocí, se había transformado en una mujer delicada y dulce.

¿Tenemos suficiente fe para creer que Dios puede obrar milagros? ¿Hemos pedido milagros o hemos hecho como el sacerdote y el Levita en el camino de Jericó, que vieron al hombre que había sido atacado por ladrones, y pasaron de largo?

Tenemos que confesar nuestros fracasos. Tenemos que responder a su ira con amor. Tenemos que decir la verdad.

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2ª Parte

La agenda política del movimiento homosexual

¿Han notado que de repente la homosexualidad y los homosexuales se encuentran por todas partes? Series de televisión, películas, noticias. Esto no es un accidente, sino que corresponde a una estrategia cuidadosamente planeada y organizada por activistas homosexuales.

Esta estrategia fue expuesta por Marxhall Kirk y Hunter Madsen en 1989, en su libro «After the Ball – How America will conquer its Fear and Hatred of Gays in the 90’s.» [Después del baile – Cómo se va a superar el temor y el odio en América, contra los gays, en los años 90.]

«1. Empleen imágenes que desensibilicen, que llenen hasta los topes y/o toquen a los prejuiciados a través de sus emociones. Esto es, muy lejos, lo más importante.»

Imágenes. Kirk y Madsen luchan contra permitir que el público se entere de lo que realmente sucede en el mundo gay, la promiscuidad, la prostitución, la pornografía, la adicción sexual, el abuso de las drogas, las relaciones públicas con cualquiera, las mentiras, usar a la gente como objetos sexuales. Contra esto, la estrategia requiere presentar una falsa imagen de familias felices y fieles, con niños.

Desensibilizar. Según Kirk y Madsen, desensibilizar quiere decir someter al público a una «continua corriente de propaganda gay, presentada en la forma menos ofensiva posible. Si los heterosexuales no pueden cortar la ducha, por lo menos tienen que acostumbrarse a mojarse»; «Lo principal es hablar y hablar de los gays hasta que el tema llegue a ser muy aburrido», «Si uno logra que los ‘heteros’ piensen que la homosexualidad es solo otra cosa, que no merece más que un encogerse de hombros – entonces la lucha legal y social está prácticamente ganada».

En esto han tenido éxito. Casi todos los programas de televisión, hoy por hoy, tienen personajes y temas gay.

Llene hasta los topes. Esto quiere decir etiquetar todo desacuerdo con respecto a la agenda homosexual como prejuicio, fanatismo, discriminación, intolerancia, odio u homofobia». Kirk y Madsen estimulan a los activistas homosexuales a relacionar la oposición a la homosexualidad con el nazismo o el racismo. Y esto incluye socavar la autoridad moral de las Iglesias que se oponen a su agenda. Los activistas homosexuales han tomado esto muy en serio. Escúchenlos; todas las veces al hablar acusan a todos los que se opongan a su agenda, de ser fanáticos, prejuiciados, intolerantes, llenos de odio y/o homofóbicos».

2. «Oponerse a las opiniones y actitudes anti-homosexuales en un nivel no muy intelectual. Recuerden que el mensaje bien presentado sirve para ocultar nuestro llamado emocional que está implícito.»

Al comienzo dijeron que lo único que querían era que se los protegiera de la violencia y de la discriminación injusta. Naturalmente hay que dejarlos ir de compras, vivir y trabajar. Lo próximo fue los mismos beneficios para sus parejas. Y a continuación, leyes contra el «lenguaje de odio». Ahora quieren el matrimonio. Y han envuelto sus ideas en el ropaje de los derechos humanos. La verdadera agenda es que se acepte la homosexualidad y su conducta extrema como algo normal.

3. «Ganar acceso al tipo de prensa pública que estableciera legitimidad automática para su mensaje y, por consiguiente, sobre sus patrocinadores gay. Para que nos acepte la prensa de mayor prestigio, como por ejemplo las redes de televisión, nuestros mensajes van a tener que ser – por lo menos al comienzo – sutiles en sus propósitos y hábilmente presentados» (Pág. 173).

Kirk y Madsen advierten a los activistas homosexuales que escondan la realidad de lo que pasa entre las personas de orientación homosexual. No hay que dejar que el público vea la realidad de la vida gay. Si bien algunas conductas extremas en las así llamadas paradas gay, han aparecido ocasionalmente, la prensa más importante se ha concentrado en las familias gay – mostrando imágenes de familias felices e ignorando la realidad de los problemas psicológicos, la violencia doméstica, el abuso de las drogas, la promiscuidad, la sexualidad indiscriminada, la epidemia de enfermedades de transmisión sexual y la inestabilidad de las uniones homosexuales. La prensa cree todo lo que los activistas le dicen. Y nada de lo que les comunican los que están opuestos a la agenda homosexual. Nunca comprueban la información.

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La atracción por el mismo sexo es un problema psicológico.

Tenemos que recordar que tratamos con gente que tiene muchos problemas. No puede sorprendernos la irracionalidad de sus reacciones. Dado que ellos interpretan toda crítica como «odio», debiéramos reconocer su sufrimiento y su necesidad de perdonar a aquellos que los hayan herido.

Ceder a sus demandas no va a eliminar su pena. Y aunque logren silenciar todas las voces que se oponen a sus planes, nunca lograrán silenciar la voz que llevan dentro.

He observado que la mayoría de la gente que tiene amigos o parientes con atracción por el mismo sexo, los quieren de verdad, y aprecian sus muchos talentos y dones, pero no cierran los ojos con respecto a sus problemas y dificultades.

Si uno lee la literatura que circula en la comunidad homosexual, está claro que se dan cuenta de los muchos problemas de la gente con atracción del mismo sexo. Por un lado dicen que son iguales que el resto del mundo; por el otro, le echan la culpa de sus indiscutibles problemas a que se los oprime. En el fondo del corazón saben que hay algo que está mal. Todo el tiempo hay consejos de miembros de la comunidad, para que los demás se porten bien. Kirk y Madsen han tenido que reconocer que el diagnóstico de narcisismo se aplica a muchos de sus conocidos.

Desgraciadamente, a menos que reconozcan lo patológico de su atracción homosexual, nunca van a poder superar sus otros problemas.

Y eso no es todo. En el libro «The Homosexualization of America» de 1980, Denis Altman reconoce que hay tres aspectos de la sexualidad gay muy vulnerables – su promiscuidad, su indiscriminación y su «chifladura». Su solución: Presentar la promiscuidad, la falta de discriminación y la chifladura, como algo normal. Lamentar cualquier advertencia sobre los peligros – a la salud física y emocional – como puritanismo anti sexual o violación de la libre expresión.

A pesar del enorme progreso de los activistas homosexuales en vender su agenda, la mayoría de la gente común y corriente continuó apartando la vista, porque no les interesaba.

El impulso para dar categoría de matrimonio a las relaciones homosexuales finalmente despertó la atención del público. La gente sabía que estaba mal, pero le costaba decir por qué. Los activistas homosexuales, los revolucionarios sexuales, los relativistas morales y los secularistas habían erosionado en forma sistemática el terreno en el que nos basábamos para poder hacer juicios morales.

¿Podríamos apelar a la ley natural? La generación joven ha sido indoctrinada a pensar que no existe una ley natural inmutable. Lo que es correcto para ti, puede no serlo para mí. El bien y el mal son relativos.

La aceptación del divorcio había debilitado los votos matrimoniales permanentes. Técnicas reproductivas habían roto el lazo entre las relaciones matrimoniales y la concepción de bebés. El aborto había minado el significado de la maternidad.

¿De qué modo puede empeorar la situación el llamar matrimonios a las uniones homosexuales? ¿Qué podemos salvar?

Sin embargo, mucha gente ha reconocido que es necesario defender el matrimonio. Si estamos con la espalda contra la pared, y el enemigo nos ataca por todos lados, resulta indispensable tomar una resolución.

Es importante que hagamos en este momento una defensa del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Y esta defensa tiene que basarse en la verdad sobre la persona humana.

Se han presentado muchos argumentos contra el matrimonio homosexual. Estos son los míos:

1. No se pueden casar.

2. Los derechos del hombre se basan en la ley natural.

3. Las relaciones homosexuales no desarrollan los mejores intereses de las personas.

4. Violencia contra los niños.

5. Va a desencadenar persecución religiosa contra la gente.

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1. No se pueden casar.

No es posible que se casen dos personas del mismo sexo. No es que no los dejemos casarse. No pueden consumar su matrimonio. Podrían sacar una licencia y seguir un ritual, pero no pueden realizar el único acto que determina un matrimonio. No pueden llegar a ser una sola carne en la unión matrimonial. No pueden producir una nueva vida, que es la señal visible de su unidad en la carne. No pueden, a través de un acto de darse a sí mismos, producir un niño.

De modo que pueden pretender estar casados, y quieren que nosotros aceptemos esa pretensión y mintamos.

No podemos mentir. Hay circunstancias y lugares en los que uno tiene que ponerse firme, cuando uno tiene que decir que no. Los primeros cristianos decían » No, no vamos a quemar incienso en el altar del Emperador – puede ser un mero símbolo – pero no vamos a decir que el César es Dios». A Edith Stein la llamaron al cuartel Nazi. En su hábito carmelita la recibieron con el saludo Nazi – «Heil Hitler». Ella no respondió al saludo. En cambio, dijo «Alabado sea Jesucristo». Y ha habido mártires en este siglo que murieron gritando «Viva Cristo Rey».

¿Tendremos el coraje de nuestros antepasados?

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2. Los derechos del hombre se basan en la ley natural.

Nuestro rechazo a llamar matrimonio a una unión homosexual no le niega a nadie sus derechos humanos inalienables. Tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a casarse con alguien del sexo opuesto, y tienen el derecho a buscar la curación y a librarse de su aflicción de atracción homosexual.

Recurrir a los derechos del hombre es engañoso. En la década de 1990, las feministas radicales y los activistas homosexuales decidieron que iban a tratar de forzar sus planes para lograr el aborto sin restricciones y la homosexualidad, sobre el público, alegando que los tales eran «derechos reproductivos y sexuales». Tal fue la estrategia calculada para establecerla por las cortes y las Naciones Unidas, aquello que no podían aprobar por medio de la legislación. Estos radicales decidieron que lo que ellos querían se había transformado en un derecho.

Mi país se fundó sobre el principio de que todos los hombres han recibido de su Creador ciertos derechos inalienables. Esto no quiere decir que lo que quiera cualquier grupo se transforma en un derecho. Los derechos del hombre se basan en la ley natural. Los que están propiciando derechos sexuales y reproductivos no creen en la ley natural. Si no hay ley natural, ni Creador que nos proporcione ciertos derechos específicos, entonces ¿con qué base exigen esos derechos?

Los derechos del hombre nos autorizan a ser humanos, no a pretender que un niño por nacer no es una persona humana o que dos personas del mismo sexo puedan envolverse en un acto matrimonial.

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3. Las relaciones homosexuales no desarrollan los mejores intereses de las personas.

Muchos argumentos se han avanzado para hacer ver que llamar matrimonio a las relaciones homosexuales va a causar un daño al público en general. Los partidarios responden que negarles el matrimonio los hiere, pero hay evidencia clara que permitirles pretender estar casados va a causarles daño amarrándolos en una relación que va a inhibir su integridad psicológica.

Las relaciones sexuales de personas del mismo sexo carecen de la necesaria complementariedad en la que se basa el matrimonio. Para defender el matrimonio, necesitamos entender la complementariedad de hombres y mujeres y por qué es esencial a la unión matrimonial. La tradición cristiana es clara – la Escritura la hace muy clara. Hombres y mujeres son iguales, pero no son lo mismo. Las diferencias entre hombres y mujeres no son un error ni un accidente cósmico. Un mundo de un solo sexo no hubiera sido mejor. Dios en su amor y su justicia eligió desde el primer momento el crearnos hombre y mujer, en su imagen. Dios me ama como mujer, me hizo una mujer, cuando esté con él en el cielo, seré todavía una mujer. La Congregación de la Doctrina de la Fe, en 2003, emitió un documento para ayudarnos a entender esto: «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales.» «La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la complementariedad de los sexos repropone una verdad puesta en evidencia por la recta razón y reconocida como tal por todas las grandes culturas del mundo. El matrimonio no es una unión cualquiera entre personas humanas. Ha sido fundado por el Creador, que lo ha dotado de una naturaleza propia, propiedades esenciales y finalidades. Ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio en realidad existe únicamente entre dos personas del sexo opuesto, que por medio de la recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus personas. Así se perfeccionan mutuamente para colaborar con Dios en la generación y educación de nuevas vidas.»

En los últimos 30 años la complementariedad de hombre y mujer se ha visto atacada. Escuchamos que una perspectiva de género tiene que aplicarse a cada institución, en cada circunstancia. ¿Y qué es la perspectiva de género? La afirmación nunca demostrada de que las diferencias entre hombres y mujeres no son naturales sino que son roles determinados por la sociedad que se pueden y deben cambiar, de modo que hombres y mujeres participen en todas las actividades de la sociedad en números estadísticamente iguales.

Aquellos que proponen la perspectiva de género no se refieren a si las mujeres pueden ser médicos o abogados, sino si tienen que ser esposas y madres. Ahora, es cierto que ha habido verdadera discriminación contra las mujeres, las diferencias entre hombres y mujeres se han usado para negar la igualdad a las mujeres, pero la solución no está en negar las diferencias, sino en luchar por la igualdad.

El hombre y la mujer no son lo mismo – son complementarios. ¿Qué quiere decir esto?

El problema es que mucha gente que habla de complementariedad cae en una complementariedad sexual fragmentaria – en la que los rasgos y talentos, virtudes y defectos se dividen según el sexo. Varón y hembra, ying y yang, los hombres de Marte y las mujeres, de Venus. El problema con la complementariedad sexual fraccionada es que la mayoría de la gente no encaja bien en su categoría predeterminada. Todos tenemos rasgos y talentos, virtudes y defectos que pertenecen al sexo opuesto. No nos gusta que nos encasillen.

Y tenemos razón. Cada persona humana está llamada a vivir todas las virtudes y evitar todos los defectos, de usar todos sus talentos que Dios le ha dado, para ser completamente humano.

De modo que si la complementariedad sexual fraccionada no es correcta, ¿qué es lo correcto? La complementariedad sexual integral.

La complementariedad sexual integral reconoce a hombres y mujeres como enteramente humanos, pero con distintas vocaciones – distintas responsabilidades.

El hombre está llamado a proteger y proveer para la mujer y los niños. Esta es una responsabilidad dada por Dios. No es que la mujer no pueda proteger y proveer, pero como mujeres, sabemos en el fondo de nuestro corazón que si lo hacemos, es por ayudarlo – es su rol. Si el hombre falla en esto, siente que no ha vivido y cumplido su responsabilidad.

A las mujeres se les confía la persona humana. Solo las mujeres pueden embarazarse y dar de mamar. Su cuerpo es el primer hogar de la persona humana. Ella proporciona alimento, techo, abrigo y salud. Y después que el bebé sale del cuerpo de la mujer, ella siente la principal responsabilidad por las necesidades de la persona. Ella es el hogar. Esto hace que la mujer dependa de la protección y el proveer de los hombres, durante períodos cruciales. Las mujeres pueden aceptar esta dependencia como algo justo. Las mujeres tienen una preocupación natural por el cuidado del hogar y de los individuos. Aún aquellas mujeres que nunca se casaron o tuvieron hijos, tienen esta preocupación por las personas. Sí, es cierto que los hombres pueden ayudar con los niños y el hogar, pero al hacerlo, están ayudando a la esposa. No es su responsabilidad.

En un buen matrimonio la pareja entiende sus responsabilidades. Esto es tan normal, que la mayoría de las parejas lo viven sencillamente. Es interesante conversar con esposas jóvenes, que habían trabajado en el mundo y suponían que su matrimonio iba a ser una mera asociación de dos personas de género neutral – tareas compartidas en la casa, y ambos trabajando fuera de ella. Y entonces llega el bebé, y ella ve la situación como algo completamente distinto. El bebé es su responsabilidad. Podrá tener que dejar al niño en una guardería infantil, pero le desgarra el corazón. ¿De dónde salieron estos sentimientos?, se preguntan estas jóvenes. ¿Por qué no me advirtieron que iba a sentir esto? Su marido espera que ella sienta con respecto al niño lo mismo que él, pero no lo puede hacer.

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¿Qué sucede en la relación del mismo sexo?

Alguna gente supone que algunas personas con atracción del mismo sexo son en realidad mujeres en un cuerpo de hombre, y que las relaciones del mismo sexo incluyen unir a una pareja de modo que uno puede tomar el papel de marido y el otro, de esposa. Pero los hombres afeminados con atracción homosexual son todavía hombres. Si uno observa lo que pasa entre los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, uno ve todos los defectos de los hombres sin control. Y las mujeres masculinas con atracción homosexual, son todavía mujeres. Son maternales. Los manierismos afectados son algo externo, pero no hay que dejarse engañar. Íntimamente, son hombres y mujeres. Más aún, si uno quiere entender las diferencias entre hombres y mujeres, hay que estudiar las diferencias entre la comunidad homosexual de hombres y la de mujeres.

No todas las relaciones del mismo sexo son iguales. Algunas son pseudo matrimonios – marido y pseudo esposa o pseudo marido y esposa. Algunas pueden ser pseudo padre/hijo — /padre/hijo o madre/hija. Algunas son clones. Y algunas, almas perdidas. Y algunas, parte de un culto lesbiano.

Ninguna de estas relaciones promueve el mejor interés de los miembros de la pareja:

1) En el pseudo matrimonio de hombres, un hombre es el protector y proveedor, el otro el dependiente y que cuida del hogar. El socio dependiente tiene que suprimir su sentimiento de responsabilidad natural, como varón, tiene que permanecer como dependiente. El proveedor, a su vez, puede preguntarse ¿por qué estoy manteniendo a un hombre grande? Si ambos trabajan, hay a menudo una gran diferencia de sueldos, lo que puede afectar la relación en forma negativa. Puede haber competencia o celos y una parte hace el papel de su sexo, y el otro adopta un rol.

En el pseudo matrimonio de mujeres, el socio que hace el papel de marido puede también querer ser la mamá. ¿Quién debiera tener el bebé? ¿Quién debiera quedarse en la casa con el bebé? Tales son los problemas.

En ambos casos, al menos uno de ellos debe suprimir su identidad sexual natural, y la relación no puede nunca llegar a ser verdaderamente complementaria.

2) Mientras el público puede creer que la mayoría de las relaciones homosexuales son pseudo matrimonios, muchas son relaciones de pseudo padre/hijo. Porque la atracción del mismo sexo a menudo tiene su raíz en una necesidad insatisfecha por el padre del mismo sexo, muchas personas con atracción por el mismo sexo desean tener un padre o una madre.

5) En otros casos, mujeres jóvenes, vulnerables, se ven seducidas en cultos lesbianos, en los que se les dice continuamente que los hombres son malos y solo las mujeres pueden quererlas y protegerlas. En esos grupos todas tienen que tener las mismas opiniones sobre todo.

¿Por qué es esta relación de pseudo padre/hijo mala para los que la viven? Porque los verdaderos padres quieren que su hijo crezca. Un pseudo niño tiene que permanecer dependiente e inmaduro si la relación se va a mantener. Los verdaderos padres no usan a sus hijos como objetos sexuales – eso es incesto.

3) La relación de clones, en la que los miembros se transforman en imágenes especulares del otro, suprime su individualidad natural. Esto es apropiado para un niño de 8 o 9 años, pero no para los adultos. No es ni siquiera un buen modelo para una amistad.

4) Algunas relaciones del mismo sexo juntan gente con tantos problemas que se cuelgan el uno al otro como huérfanos en una tormenta.

¿Qué tiene de malo querer a una persona del mismo sexo? Nada. La verdadera amistad es muy hermosa. Pero los amigos no usan a sus amigos como objetos sexuales. La mayoría de las relaciones del mismo sexo empiezan por el sexo, y con el pasar de los años, algunas se desarrollan en verdaderas amistades. Cuando eso sucede, el elemento sexual disminuye o desaparece.

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4) Violencia contra los niños.

El documento del Vaticano sobre la legalización de relaciones del mismo sexo, llama la adopción de niños por estas parejas, una «violencia»:

«Como demuestra la experiencia, la ausencia de la bipolaridad sexual crea obstáculos al desarrollo normal de los niños eventualmente integrados en estas uniones. A éstos les falta la experiencia de la maternidad o de la paternidad. La integración de niños en las uniones homosexuales a través de la adopción, significa someterlos de hecho a violencias de distintos órdenes, aprovechándose de la débil condición de los pequeños, para introducirlos en ambientes que no favorecen su pleno desarrollo humano. Ciertamente tal práctica sería gravemente inmoral y se pondría en abierta contradicción con el principio, reconocido también por la Convención Internacional de la ONU sobre los Derechos del Niño, según el cual el interés superior que en todo caso hay que proteger es el del infante, la parte más débil e indefensa.»

Los niños tienen la mejor posibilidad de una vida psicológicamente saludable cuando son criados por sus padres biológicos unidos en matrimonio. Cualquier otra cosa es peligrosa. Los niños separados de uno o de ambos padres biológicos por un tiempo durante la niñez, están experimentando el riesgo de un número de problemas – emocionales, académicos, sociales. Tienen más probabilidad de ser víctimas de abuso sexual en la niñez, de usar drogas y de tener menos éxito que sus compañeros.

Esto significa que los adultos que tienen responsabilidad por los niños separados de sus padres biológicos, tienen un mayor problema. No solo tienen que superar los problemas de la niñez, sino también las dificultades agregadas por la pérdida de los padres.

Los padres pueden perderse por muerte, divorcio, deserción, madre soltera, adopción o colocación al cuidado de terceros. Cada una de estas situaciones tiene sus propios problemas, y cada una afecta al niño. Para un niño, verse separado de uno o los dos padres biológicos es una tragedia. Los adultos pueden responder en forma heroica a tales tragedias. Los niños pueden superar tales tragedias, pero nadie debiera encontrarse en este negocio de provocar tragedias.

Permitir a dos personas del mismo sexo el llamar a su unión matrimonio, va a exacerbar la tragedia de los niños separados de sus padres biológicos.

Y lo que es peor, estos niños privados intencionalmente de su padre o su madre van a crecer en una cultura de mentiras. Van a ser indoctrinados para creer que dos madres son tan buenas como una madre y un padre, que sus madres hicieron algo noble, aún heroico, al concebirlos para que no tengan padre, y que sus problemas (y van a haber problemas), son el resultado de una sociedad sin corazón y homofóbica que no acepta que dos mamás puedan ser lo normal.

Como niños en un culto – que muchas comunidades lesbianas lo parecen – cualquier duda es traición. El deseo natural del niño de tener un padre se verá como algo antinatural – algo creado por la cultura hostil y forzado al niño, y esas madres intentarán criar al niño en un mundo en el que nadie puede decir que los papás son lo normal. Insistirán en que las descripciones de las familias normales, con un padre y una madre, estén prohibidas (en realidad, la mayoría de los textos ya lo han hecho). Pero no va a funcionar, porque más pronto o más tarde sus hijos descubrirán lo que se les ha ocultado. El deseo de tener papá no ha sido construido como norma del género, sino que es un deseo natural y saludable.

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Las parejas homosexuales obtienen niños de varias maneras.

1) Inseminación artificial por un dador, o madre sustituta.

Las mujeres en relaciones homosexuales quizás opten por concebir un niño mediante la inseminación artificial de un dador. Los hombres, a través de madre sustituta. No hay nada que pueda ser más egoísta que procrear un niño que va a ser intencionalmente y a permanencia sin padre o madre. Están criando tragedias.

Mientras la sociedad no puede impedir que mujeres con atracción por el mismo sexo conciban niños (no requiere tecnología muy especial), la sociedad no debiera estimular esta forma de abuso de menores.

Estimular la creación de niños sin padre o sin madre es el peor de los abusos de menores. Constituye un experimento humano contrario a la ética, sin el consentimiento de los niños. En algún futuro esos niños se levantarán y condenarán a los adultos que hayan estimulado a sus «dos mamás» a fabricarlos sin padre.

Es extremadamente difícil para una madre el admitir que el sufrimiento de su hijo es el resultado directo de sus propias acciones. Las madres lesbianas van a negar, sin duda, la obvia relación de causa y efecto entre su decisión de crear un niño sin padre y los problemas del niño. Van a echarle la culpa al resto del mundo y sus quejas de ser oprimidas, aumentarán sin duda. Y en cierto sentido tendrán razón. Los que no condenaron desde el primer momento el hacer niños sin padre son responsables de permitir la multiplicación de este tipo de abuso de menores.

Recuerdo haber visto un programa de noticias, hace algunos años, en el que una mujer soltera que había concebido un niño por inseminación artificial estaba siendo entrevistada. La reportera la alababa por su valiente decisión de tener un hijo sin padre. Alegremente le preguntó a la mujer qué pensaba. Mientras la mamá y la reportera sonreían felices, la cámara enfocó la cara del niño, que tenía ojos de profunda tristeza: «A veces es difícil no tener padre». La madre y la reportera continuaron sonriendo.

Afortunadamente son muchas menos las parejas de hombres que van a obtener niños por madre sustituta debido a lo caro que es, pero habrá algunos que lo hagan, y en esos casos la tragedia puede ser aún más grande. Un artículo en una revista profesional relata el caso de un niño concebido por una sustituta para una pareja de hombres. El niño fue encargado a una nana, que se encariñó, de modo que la echaron. La reemplazaron con otra nana. Más adelante, el niño fue colocado en una pre-escuela. Cuando cumplió cuatro años tenía problemas serios y lo mandaron a una terapeuta femenina. Quería «comprar una mamá». La terapeuta se preguntaba de dónde podía habérsele ocurrido eso.

Es un hecho claro que cada niño en una familia de una pareja del mismo sexo, tiene que separarse de uno u otro, o de ambos padres biológicos. Por consiguiente, estimular a personas con atracción por el mismo sexo a que tengan niños, es siempre errado.

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2) Adopción de un niño biológico por una persona del mismo sexo.

¿Qué decir de personas con atracción por el mismo sexo, que tienen hijos de una relación previa con una persona del sexo opuesto – dentro o fuera del matrimonio? Estos niños por lo menos tienen un padre biológico de ambos sexos, y ambas relaciones debieran ser protegidas. Los niños tienen derecho a conocer a sus padres biológicos aún cuando esos padres puedan ser personas con atracción por el mismo sexo.

La adopción por una pareja de una persona con atracción por el mismo sexo ha sido vista por algunos como algo positivo para el niño, pero dada la inestabilidad de las relaciones homosexuales, parecería preferible que el padre o la madre biológica tuviera la custodia, en caso de que se separe la pareja. La madre biológica necesita poder vivir con sus hijos sin necesidad de una larga batalla legal en la corte, para obtener custodia. La ley debiera hacer honor a la realidad biológica – solo una mujer es la verdadera madre. Más aún, tener dos mamás no es siempre algo magnífico. Puede haber serios problemas de competición por el papel de mamá entre la «verdadera» mamá y la otra, problemas de control y de celos. La relación madre/hijo es única y un niño no se beneficia por tener dos madres, sino por un lazo poderoso con una mamá.

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3) Adopción y custodia por terceros.

¿Qué decir de la adopción y custodia por terceros, por parejas del mismo sexo?

Estos niños están ya al riesgo porque han sido separados de sus padres biológicos. La mayoría de los niños adoptados, sean como sean tratados por el personal de transición y sus padres adoptivos, experimentan alguna forma de desorden asociativo. Los bebés están simplemente mejor cuando la matriz que los llevó está asociada con la mamá que los alimenta y la voz que los tranquiliza. Y la interrupción causa problemas. La adopción por una pareja del mismo sexo introduce un nuevo problema. En primer lugar y más que nada, el niño queda para siempre sin padre o sin madre.

El niño se verá forzado a preguntar, en algún momento, ¿por qué fui entregado a una pareja del mismo sexo? ¿Qué tengo de malo? ¿Pensaron que yo era homosexual? ¿Por qué permitieron mis verdaderos padres que pasara esto?

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Factores de riesgo.

Por lo demás, personas con atracción del mismo sexo, es más probable que tengan problemas que van a afectar su capacidad de ser padres. En 8 de 9 parejas de mujeres, una de ellas ha tenido un diagnóstico de anormalidad psicológica. Los problemas de abuso de drogas en mujeres con atracción por el mismo sexo son mucho más comunes que entre el resto de las mujeres. En las parejas de hombres homosexuales ambos miembros tienen alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual, abuso de drogas, infidelidad y problemas psicológicos. La evidencia de las anécdotas sugiere que personas con atracción por el mismo sexo en el terreno de los servicios sociales, aprueban parejas homosexuales con problemas que descalificarían a parejas casadas – por ejemplo, problemas psicológicos, abuso de drogas, violencia, inestabilidad de la relación, y problemas de salud.

Hay muchas posibilidades que estos niños que ya han experimentado la pérdida de uno o los dos padres biológicos van a experimentar, antes de alcanzar la edad adulta, la pérdida de otro padre o padre sustituto o que van a vivir con adultos que sufren de problemas psicológicos, abuso de drogas o que son infieles.

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5. Persecución contra personas que tienen fe.

La agenda homosexual está siendo impuesta en los Estados Unidos por las cortes – tiranos judiciales que ignoran la ley, el sentido común y la voluntad de la gente. Leer las opiniones de esos jueces es adentrarse en un mundo fantástico donde la realidad no significa nada.

La Corte Suprema de Massachussets ha decidido que el negarle a dos mujeres o dos hombres una licencia matrimonial constituye discriminación. Tal conflicto tenía que producirse cuando las leyes que están de acuerdo con la moralidad tradicional y la ley natural son consideradas por las cortes como una violación inaceptable de la separación de la Iglesia y el Estado.

Discriminar es distinguir entre cosas. No toda discriminación es injusta. Hay muchas áreas en las que la sociedad debe distinguir justa y razonablemente entre algunas cosas, porque algunas cosas son naturalmente diferentes. Si bien todas las personas merecen respeto, algunas acciones no debieran tolerarse.

Los tiranos no son verdaderamente tolerantes. No pueden tolerar la verdad. Ni la oposición a su tiranía. Toda voz que se levante en oposición a su tiranía, tiene que ser silenciada. Es fácil prever el momento en el que los alumnos de escuelas públicas y sus padres se vean condenados al ostracismo como «homofóbicos» por rehusar renunciar a sus convicciones, basadas en la fe, sobre las órdenes judiciales y los libros prohibidos como «heterosexistas» por no considerar iguales a las relaciones homosexuales.

Si creen que esta predicción es irreal, aquí tienen unos pocos ejemplos de lo que ya ha sucedido. Chris Kempling, profesor en Canadá, fue suspendido de su empleo por un mes por escribir una carta al director de un periódico sobre la homosexualidad. Una mujer que dejó una relación lesbiana y se convirtió al cristianismo recibió una orden de un juez de Colorado de no exponer a su hija adoptiva a la doctrina cristiana sobre la homosexualidad. Un cardenal en España que pronunció un sermón sobre el matrimonio fue demandado por «incitar a la discriminación». Cada día que pasa recibo nueva evidencia de persecución a cristianos que rehúsan someterse a la agenda homosexual.

Lo que está en juego en esta batalla es la libertad de personas religiosas para decir la verdad. No se dejen engañar; la tolerancia de opiniones distintas no se nos aplica a nosotros, los cristianos.

Los cristianos deben defender las diferencias entre hombres y mujeres y el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, porque la diferencia sexual es central al mensaje cristiano. Dios es Padre – no es un padre carente de género. La Iglesia es madre. Y es un gran misterio que Cristo sea el novio y la Iglesia es su novia. Tales imágenes no son intercambiables.

No se puede tener un cristianismo de género neutro. No es que nosotros pensáramos estas cosas y se las impusiéramos a Dios. Dios nos creó en su imagen y semejanza. Antes de la creación del mundo, Dios era el Padre del que deriva y toma su nombre toda paternidad. Dios quiso desde el comienzo que el matrimonio fuera un signo de la unión de Cristo y su Iglesia. Si no podemos hablar de diferencias sexuales – no podemos enseñar a nuestros hijos sobre diferencias sexuales – entonces vamos a dejar de ser cristianos.

Si ellos pueden crear una sociedad en la que el reconocer las diferencias sexuales como algo importante, especialmente en lo que se refiere al matrimonio, hace de la persona un fanático, entonces todos vamos a ser considerados fanáticos.

Pero están equivocados. Las diferencias sexuales son parte de la verdad sobre la persona humana.

La verdad tiene que ser expresada con amor. Como cristianos tenemos que reconocer que no siempre hemos mostrado el amor de Cristo a las personas que experimentan atracción por el mismo sexo. Gracias a Dios, hay ministerios – tales como Courage para católicos, Exodus y Homosexuals Anonymous para protestantes – que se están preocupando de este problema, pero hay que hacer mucho más. Las personas que experimentan atracción por el mismo sexo necesitan nuestras oraciones, necesitan poder compartir sus dificultades, y saber que sea la que sea su lucha, o cuántas veces puedan caer, Dios nunca cesa de amarnos. Solo la verdad puede librarnos en realidad.

El deseo sexual hacia una persona del mismo sexo es intrínsecamente patológico. Por consiguiente, la sociedad no debiera hacer nada para promover o estimular tales actos, sino que debiera estimular en cambio, la prevención y el tratamiento de la atracción por el mismo sexo.

Si ellos llegan a ganar, perdemos. Si a los que rechazan la agenda homosexual se les prohíbe participar como seres iguales en la sociedad, entonces no solo perdemos en esta materia, sino en todas – aborto, la educación de nuestros hijos, nuestro derecho a practicar nuestra religión. Tenemos que defender nuestro derecho a proclamar públicamente nuestra convicción de que las relaciones sexuales extramatrimoniales son malas, y que el matrimonio puede ocurrir solamente entre un hombre y una mujer, nuestro derecho a predicar el Evangelio por completo, el derecho a educar a nuestros hijos en la verdad y enviarlos a escuelas en donde no les ataquen nuestra fe, nuestro derecho a poder ser elegidos, nuestro derecho a ver nuestras ideas presentadas honestamente en la prensa.

Tenemos que rechazar de plano la acusación de que nuestras convicciones son signo de discriminación, fanatismo, intolerancia, odio u «homofobia».

Tales acusaciones son evidencia de intolerancia religiosa y la primera etapa de una campaña de persecución religiosa.

Entiéndanme esto, aunque sea lo único. El matrimonio no es la meta verdadera de los activistas homosexuales. No se trata de beneficios. Es a propósito de sus «sentimientos.» Nuestras palabras los hacen sufrir. Su objetivo real es silenciar todas las voces que dicen que la homosexualidad no es normal, que no es el plan de Dios para la persona humana.

¿Por qué? Porque revelar su condición quiere decir abandonar toda esperanza y no quieren escuchar hablar de esperanza. Quieren hacernos callar para silenciar la verdad que llevan dentro.

Para bien de ellos, y también de nosotros, tenemos que rehusar callarnos.

Tenemos que rehusar darnos por vencidos en esta fe de nuestros padres, y someternos a una ideología promovida por personas que niegan la realidad de las diferencias entre hombres y mujeres, y miran con indiferencia lo que los niños puedan necesitar.

No importa cuánto se nos insulte y acuse falsamente, tenemos que continuar exponiendo la verdad con amor.

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* Gay, lesbian, bisexual

(Gale O’Leary dio esta conferencia en un congreso que tuvo lugar en Mexicali, México, abril del 2004.)

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Notas

[i] Recer, P. (Associated Press) (2001) «Surgeon General.» Providence Journal, Nov. 4

[ii] Satcher, op. cit.

[iii] Recer, op. Cit.

[iv] Ibid.

[v] Siegle, E. Female Homosexuality: Choice without Volition – a Psychoanalytic Study. Hillsdale, NJ, Analytic Press (1988)

[vi] Ibid.

[vii] Herrell, R. et al. «Sexual orientation and suicidality: a co-twin control study in adult men» Archives of General Psychiatry, 56, 10:867-874 (1999).

[viii] Fergusson, D. et al. «Is sexual orientation related to mental health problems and suicidality in young people?» Archives of General Psychiatry, 56, 10: 875-884 (1999)

[ix] Sandfort, T, Graaf, R., Bijl, R., Schnabel, P. «Same sex sexual behavior and psychiatric disorders findings from the Netherlands Mental Health Survey and Incidence Study (NEMESIS)» Archives of General Psychiatry, 58, 10:85-91 (2001)

[x] Ed Hurst, Homosexuality: Laying the Axe to the Roots (1980) Outpost, Inc.

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