La homosexualidad: La verdad con amor sobre un tema delicado

Título: La homosexualidad: La verdad con amor sobre un tema delicado
Autor: Dra. María Concepción Morales Peralta
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Introducción

Se le llama homosexual a la persona que siente atracción erótica hacia las personas de su mismo sexo, pero que se sabe miembro de su sexo; a diferencia del trans sexual que se siente atraído hacia las personas de su sexo, pero que se cree miembro del sexo complementario y que por lo tanto también cree que está erróneamente en ese cuerpo.

Existe el criterio de que el homosexualismo es una variante o una preferencia, una condición o una opción. Los partidarios del criterio de que es una condición sostienen la teoría de que esta condición se posee por razones biológicas que pueden ser establecidas por los genes. Pero si esto fuera cierto, los gemelos tendrían siempre la misma orientación sexual. Sin embargo, hay numerosos casos de gemelos que no son idénticos en su orientación sexual; especialmente los que, por haber crecido separados, han recibido distinta educación.

Otros consideran que la homosexualidad está condicionada por factores hormonales. Pero la mayoría de los homosexuales tienen todos los niveles de hormonas en la normalidad. Aunque se puede dar el caso que las personas que sufren enfermedades con desequilibrio hormonal, como los varones con pérdidas de la función de los testículos desde niños, pueden llegar a ser un «caldo de cultivo» para ser reclutados por homosexuales militantes. Sin embargo, si son educados como varones, no caen en el homosexualismo, aunque sus niveles hormonales no sean normales.

Nosotros consideramos que las personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo sufren de un desorden emocional condicionado por distintas razones, y aunque cada persona es única e irrepetible, su homosexualidad suele depender más frecuentemente de las siguientes causas:

  • padre violento, alcohólico, hostil o distante
  • madre sobreprotectora
  • madre con trastornos emocionales que no transmite cariño adecuadamente
  • timidez extrema casi siempre condicionada por un mal desarrollo físico, como niños muy delgados o muy obesos
  • ausencia de la figura paterna del hogar por muerte o divorcio, sobre todo si se produce en etapas críticas del desarrollo
  • falta de identidad con iguales del mismo sexo
  • abuso sexual o violación
  • ausencia de juegos de participación
  • padres que no fomentan la identificación con su propio sexo

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¿Puede prevenirse?

Si las necesidades emocionales de los niños se satisfacen adecuadamente en la familia, la escuela, en fin, en el medio donde viven, no se desarrolla el homosexualismo.

Los padres son los primeros encargados de prevenir este desorden. Pero en algunos casos corresponde a otros familiares, a maestros o catequistas orientar adecuadamente a los niños; especialmente en los casos de familias que no estén capacitadas para cumplir con esta función.

Se debe buscar orientación profesional adecuada. No se debe aceptar nunca que la inclinación homosexual sea una opción más ni restar importancia a la situación. Por otro lado, no se debe dramatizar el problema, ya que ello puede llevar a situaciones contraproducentes. Tampoco se deben permitir las bromas ni las burlas sobre un tema tan delicado, etiquetar a un niño como homosexual, o permitir que se acepte como tal.

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¿Puede cambiar la preferencia homosexual?

Hay esperanza y puede encontrarse ayuda. La meta de los que quieren cambiar su tendencia homosexual debe ser vivir la castidad según su estado de vida: los solteros practicando la continencia; los casados siendo fieles a su esposo o esposa en una relación heterosexual no anticonceptiva.

Desgraciadamente existen pocos terapeutas que puedan ayudar a resolver este problema. Sin embargo, cuando se recibe una adecuada terapia, sí se logra resolver el problema.

Un hombre que siente atracción hacia otras personas de su mismo sexo puede llegar a descubrir que esta situación se debe al rechazo por parte del padre o a una pobre imagen corporal. Al disminuir el sufrimiento emocional, la identidad con su sexo es reforzada y la atracción homosexual disminuye paulatinamente y llega a desaparecer, dando lugar a la atracción hacia las mujeres.

Las mujeres pueden llegar a descubrir el conflicto con sus padres u otros hombres que las ha llevado a desconfiar del amor masculino. En otros casos pueden darse cuenta de cómo la carencia de afecto maternal las ha llevado a una necesidad de amor femenino.

Todo esto requiere tiempo. Muchos pueden llegar a casarse y tener hijos. Pero nunca se debe estimular a contraer matrimonio precipitadamente, ya que hay evidencias de que el matrimonio no cura la atracción hacia el mismo sexo y puede dañar seriamente a una segunda persona.

Nunca se debe aconsejar como tratamiento el continuar dentro de la vida homosexual aún manteniéndose fiel a un compromiso. Tampoco se debe colocar a personas que son fáciles de tentar por su tendencia homosexual, en lugares que deben ser considerados como ocasión próxima de pecado para ellos, como los dormitorios colectivos, los campamentos, etc.

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¿Qué dice la Iglesia Católica ?

La Iglesia siempre ha enseñado que el acto homosexual es un pecado grave. La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) declaró en 1975: «Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios». (CDF, Declaración «Persona humana» sobre algunas cuestiones de ética sexual, número 8, 1975.)

La Iglesia distingue entre la inclinación homosexual y la actividad homosexual. La primera no es pecado en sí misma (aunque inclina al pecado); la segunda sí lo es. La Iglesia condena el pecado, pero trata con misericordia al pecador. (Ibíd.)

Las personas con tendencias homosexuales deben mantener una vida casta como todo católico. La Iglesia no discrimina al homosexual, aunque ciertos derechos podrían ser limitados por desórdenes externos de conducta. «Existen áreas en las que no es una discriminación injusta tener en cuenta la inclinación sexual, por ejemplo, en la adopción o el cuidado de niños, en empleos como el de maestros o entrenadores de deportes y en el reclutamiento militar.» (CDF, Consideraciones para la respuesta católica a propuestas legislativas de no discriminación a homosexuales, número 11, 1992.) De la misma manera que un heterosexual que tenga relaciones sexuales fuera del matrimonio, una persona que practique el homosexualismo tampoco puede recibir la comunión hasta que no confiese sus pecados a un sacerdote.

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¿Qué deben hacer los médicos?

Los pediatras y los médicos de familia pueden orientar a los padres sobre la forma de prevenir la tendencia homosexual. Los médicos que encuentren pacientes con infecciones de transmisión sexual adquiridas a causa de actividades homosexuales deben, además de tratar la infección, informar al paciente de ello para que no incurra de nuevo en estas actividades, para que informe de ello a las personas con las que ha tenido relaciones sexuales (ya que también ellas pueden estar infectadas) y también sobre la posibilidad de recibir terapia que pueda cambiar su desorden emocional o ayudarle a vivir en continencia.

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Los padres

Los padres son los primeros y más importantes responsables de la correcta orientación sexual de sus hijos y su papel es insustituible en esta esfera, así como en toda la educación del ser humano.

Ayuda para las personas homosexuales y sus familiares en EE.UU.:

Courage and Encourage
St. John the Baptist Church and Fiary
210 West 31st Street
New York, NY 10001
USA
212-268-1010, 212-268-7150 (fax)
Email: NYCourage@aol.com
Página web: http://world.std.com/~courage/EspHP.htm

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Bibliografía:

Niceto Blázquez, Bioética fundamental (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1996).

Gerard J. M. van den Aardweg, Homosexualidad y esperanza: Terapia y curación en la experiencia de un psicólogo (Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra, S.A., 1997).

Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y significado, 1995.

Asociación de Médicos Católicos de Estados Unidos, Homosexualidad y esperanza, http://www.cathmed.org, 2001.

Prof. Dr. Aquilino Polaino-Lorente, «Bioética y Etiología de la homosexualidad,» Cuadernos de Bioética, vol VIII, no. 32 (4a 1997): 1275-1307.

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La Dra. Concepción Morales Peralta es la coordinadora de ProVida Cuba, organización que pertenece a la Iglesia Católica en ese país. Este artículo está disponible en un folleto ($0.30 cada uno más gastos de envío), directamente de nuestro catálogo o escribiéndonos a :

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45 SW 71 Avenue
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USA
Tel.: (305) 260-0525
Fax: (305) 260-0595
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