Antídoto Contra la Política del Aborto y Otros Males

Un antídoto poderoso para detener la imposición a nivel mundial de la política del aborto, así como de muchos otros males atraídos por las políticas liberales cada vez más generalizadas y agresivas en el mundo es, la Consagración de las personas, parroquias, ciudades, estados y países enteros al Corazón Inmaculado de María. El Padre Gérard Mura, en su libro Fátima, Roma, Moscú, realiza un análisis interesantísimo y profundo de las implicaciones que este tipo de actos ha tenido en la historia de algunos pueblos. Considérense el siguiente ejemplo para darse cuenta  de lo poderoso que puede ser un acto de este tipo:

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Conversión y salvación de Portugal

Portugal había estado aproximadamente 150 años bajo el gobierno masón, sin que se viese esperanza alguna de cambio… En octubre de 1910, estalló una última revolución que trajo nuevamente al poder un gobierno masón. A pesar de que el país estaba económicamente en la ruina y de que reinaban condiciones de anarquía y hasta de guerra civil, es decir, que los muy frecuentes delitos quedaban las más de las veces impunes, el gobierno parecía no tener otra mayor preocupación que perseguir a la Iglesia Católica a través de una larga serie de medidas legales… Así, después de la revolución, se autorizó inmediatamente el divorcio; todas las personas pertenecientes a las órdenes religiosas fueron expulsadas del país y sus bienes confiscados; en los colegios las clases de catecismo fueron prohibidas; en los seminarios sacerdotales, los profesores y las materias de enseñanza fueron prescriptos por el estado; se prohibió la celebración pública de fiestas religiosas, como también el uso de la sotana [políticas en uso actualmente en México]; la mayoría de los obispos fueron expulsados del país y, en 1911, se promulgó una ley antirreligiosa que decretaba la separación de la Iglesia del Estado, y cuyo efecto fue el cierre de la mayor parte de los seminarios sacerdotales. En el solo año1917 fueron saqueadas 111 iglesias, lo que en la mayoría de los casos conllevó la profanación de las sagradas especies. Esto ocurría frecuentemente a vista y paciencia de la policía y del Estado. Alfonso Costa, el autor de la citada ley de ufanó diciendo: «Gracias a esta ley de separación (de la Iglesia del Estado), el Catolicismo va a desaparecer completamente de Portugal en dos generaciones.»

El 13 de mayo de 1931, medio año después de la aprobación eclesiástica de las apariciones de Fátima, los obispos portugueses, sus sacerdotes y los fieles consagraron solemnemente a Portugal el Inmaculado Corazón de María, en correspondencia al deseo de la Santísima Virgen. En 1938 se repitió la consagración. A raíz de las apariciones de 1917 y del acto de consagración el país se vio profundamente transformado. Para ilustrar cuán evidente fue la restauración religiosa damos algunas cifras: en 1917 se registran en la diócesis de Portalegre 18 seminaristas; en 1933, son ¡201! En las otras diócesis, la situación es similar. De igual modo, aumentan las vocaciones en las órdenes religiosas. El resurgimiento de la vida católica se refleja no sólo en las estadísticas, sino que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida cristiana.

Esta restauración llegó hasta el nivel del gobierno desbaratando aún el poder masónico. Sin que hubiera una conexión planificada, comenzó un alzamiento similar mientras 200,000 católicos se reunían en Fátima para un Congreso Mariano en el cual el Nuncio atribuyó el cambio de la situación religiosa a la intervención de la Virgen de Fátima. El alzamiento fue hecho por gente que simpatizaba con los masones, pero que quería terminar con las insoportables condiciones de anarquía existentes. Un gobierno de transición, todavía de inspiración masónica, fue reemplazado algún tiempo después por el gobierno del presidente Antonio de Oliveira Salazar (1889-1970), quien gobernó Portugal como hombre de estado verdaderamente católico durante el largo periodo comprendido entre 1932 y 1968.

No sólo el Cardenal Cerejeira de Lisboa, gran entusiasta de Fátima, reconoció el carácter milagroso de este cambio, sino que también todos los demás obispos de Portugal lo declararon, en un documento conjunto, innegable prueba de la intervención del Cielo. Lo mismo sostuvo Pío XII en la alocución que pronunció antes de la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María. En este contexto habló de «una atmósfera del milagro que abrazó a Portugal».

La milagrosa restauración de Portugal que siguió a la consagración de este país al Corazón Inmaculado de María había de ser, por una parte, la prueba del Cielo del origen divino de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima; por otra, el modelo de lo que sería la conversión de Rusia, si el Papa cumpliese con las exigencias de la Santísima Virgen; y, finalmente, un preludio del triunfo de su Corazón Inmaculado.

Portugal salvado en 1975 a través del Santo Rosario

Es poco conocido el hecho de que Portugal estuvo a punto de caer bajo el poder del comunismo en los años sesenta. Damos aquí algunas citas escogidas para bosquejar la crítica situación que atravesaba el país y para ilustrar cómo la intervención de la Santísima Virgen de Fátima puede cambiar el rumbo de la historia.

El 10 de julio de 1975 Alexander Solzhenitsyn pronunció en Washington, ante la Asociación Americana de Sindicatos, una larga disertación sobre política mundial con el título: «Si seguís dormidos, estaréis perdidos». Durante el transcurso de esta disertación, dijo: «… y ahora Portugal está en proceso de caer en el precipicio». (Bohr, Otto, Rom Moskau Fatima, Fatima 1977, p. 126)

Un sacerdote austriaco, desde Portugal, informaba así sobre los acontecimientos:

«Han pasado caso dos años desde la caída del gobierno de Caetano (abril de 1974). Al principio la población estaba muy contenta, sobre todo por el aumento en los salarios. Por otra parte, no disminuía la preocupación de que el comunismo pudiera tomar el poder (gabinete con orientación de izquierda bajo Gonçalves, y luego bajo el Primer Ministro Azevedo). La única esperanza en esta emergencia era Fátima, y surgió una campaña de oración en todo el país. El nuevo gobierno se mostró muy débil y dejó abandonadas a su propia suerte a las antiguas provincias ultramarinas (Mozambique en junio de 1975: búsqueda de apoyo en la Unión Soviética. Angola en noviembre de 1975: MPLA bajo el mando de A. Neto vence con ayuda de Cuba y de la Unión Soviética). La mayor parte de la población blanca volvió bajo dificilísimas condiciones a la madre patria portuguesa abandonando además sus posesiones, para salvar su libertad.

En este duro trance se organizó una cruzada de reparación, según el modelo de Austria, que obligaba a cada miembro a rezar diariamente el Santo Rosario. Esta iniciativa despertó gran entusiasmo y el número de los que rezan el Rosario ha sobrepasado ya el millón. Más aún, no se han limitado a la oración, sino que han iniciado un peregrinar, siempre creciente, hacia Fátima. No sólo en los días 13, desde mayo a octubre, sino todos los fines de semana llegan muchos peregrinos a visitar Fátima. Atribuimos la victoria del 25 de noviembre del año pasado (1975), cuando fracasó la toma del poder por parte de los comunistas, a la intercesión de la Virgen de Fátima. Después que todo esto se supo, la gente se felicitaba como no se había visto nunca antes.» (Op. Cit., p. 190 s.)

Dado que los comunistas ocupaban gran parte de los puestos públicos -prensa. Ejército, gobierno. El sofocamiento pacífico del alzamiento militar de izquierda del 25 de noviembre puede ser considerado absolutamente milagroso. La salvación de Portugal se realizó ciertamente, en gran medida, gracias al rezo del Santo Rosario. Esta campaña había sido iniciada por unas 10 profesoras de la localidad de Guimarães, cerca de Braga. Ya el 25 de marzo de 1975 podían presentar un millón de Rosarios rezados por esta intención; y los ofrecieron simbólicamente en un altar de la Santísima Virgen quemando solemnemente las papeletas de compromiso de los inscritos. El 8 de diciembre de 1975 pudieron ofrecer a Dios un segundo millón de Rosarios.

La iniciativa del pueblo católico contó también con el apoyo de la Jerarquía Católica cuya intervención significó el despertar de todo el norte del país. Comenzó el 15 de julio de 1975, con el llamado de Monseñor Manuel Almeida Trindade, en Aveiro, y fue continuado con el gran llamamiento de Monseñor Francisco María Da Silva, Primado de Portugal, el 11 de agosto en Braga. Un extracto de esta prédica muestra la gravedad de la situación que se vivía:

«Rechazamos la continuación de una situación que ha sido llevada al extremo, y frente a la cual el pueblo se verá en la necesidad de recurrir a la fuerza y lanzarse a una guerra civil para hacer respetar su voluntad de expresarse libremente… Rechazamos un sistema en el que la Iglesia no es libre para proclamar su doctrina. Rechazamos una atmósfera de pública inmoralidad y de corrupción de las costumbres, como también la introducción de las drogas y la constante y creciente decadencia de los valores morales. Rechazamos la funesta lucha de una parte de los ciudadanos contra otra, que llaman lucha de clases. Rechazamos una sociedad en la que los medios de información son manipulados por el estado o por un partido, convirtiéndose así en un medio de lavado de cerebro de los ciudadanos, que tergiversa la verdad y alienta la mentira, la denuncia, la difamación, la calumnia.» (Dufour, Jean-Marc, Ce que fut l’eté portugais, en: Itinéraires, Paris, noviembre 1975, pp. 29-36)

Otra pincelada sobre la crítica situación:

«Otelo Saraiva de Carvalho, el comandante de la COPCON (policía militar), después de un viaje a Cuba, se declaró partidario del Che Guevara y de Fidel Castro. Exigió la ejecución de los reaccionarios (anticomunistas); amenazó con convertir la Plaza de Toros de Lisboa (Campo Pequeño) en una campo de concentración. Eso podría haber sido para la risa, si Carvalho no hubiese tenido el mando de los principales regimientos de la región militar de Lisboa» (Cfr.: íbidem.)

El obispo de Lisboa, Cardenal Dom Antonio Ribeiro, durante el Congreso sobre Fátima en Kevelaer (1977), refiriéndose a las causas de la victoria del 25 de noviembre de 1975, dijo:

«Para recordar sólo hechos recientes, puedo decir que la consagración de Portugal al Corazón Inmaculado de María, hecha en el año 1931, protegió a nuestro país del peligro comunista, en ese tiempo muy cercano a nuestras fronteras (Guerra Civil Española). Y la misma consagración preservó a Portugal, en 1940, de los horrores de la última Guerra Mundial… Y con toda seguridad, fue la gran devoción del pueblo portugués a la Santísima Virgen María, reafirmada nuevamente con la consagración de los obispos en el año 1975, la que detuvo el avance del comunismo ateo, cuando éste se había apoderado de muchos puestos con toma de decisión en el gobierno y amenazaba con invadir toda la vida pública y privada de los portugueses» (Kondor, Luís, VIII. Fatimakongress. 17./18. September 1977. Ein Bericht. Kevelaer 1977, p. 72)

La referida consagración de Portugal fue realizada por los obispos el 13 de mayo de 1975 (Johnston, Francis, Fatima The Great Sign, Illinois 1980, p. 137). Al poco tiempo se registran los siguientes acontecimientos:

«No puede ser sólo una simple coincidencia que la abierta resistencia católica contra el comunismo en Portugal haya empezado justamente el 13 de julio de 1975 -aniversario de la advertencia de la Santísima Virgen a Lucía acerca de los errores que, provenientes de Rusia, ‘originarán guerras y persecuciones contra la Iglesia’. En este día, 10,000 católicos hicieron una manifestación en la norteña ciudad de Aveiro en contra de la confiscación de la radio ‘Renaissaince’ por parte del gobierno. El mismo día se reunieron campesinos católicos en la pequeña ciudad de Río Maior para destruir la sede del Partido Comunista en esa ciudad» (Carrol, Warren H., The Rise and Fall of the Comunist Revolution, Kansas City 1995, p. 643)

«Durante lo que restaba de julio y durante todo el mes de agosto se repitió, en una ciudad tras otra, el ejemplo de la ciudad de Río Maior. Fue una singular campaña de la contrarrevolución. Ningún historiador era capaz de identificar la organización que había planeado, inspirado y dirigido estos acontecimientos. Parece no haber existido tal organización. El objetivo de la acción fue, prácticamente en todos los casos edificios y no personas. Sólo hubo lucha e insultos cuando los comunistas defendían tenazmente los edificios… Así, fueron destruidos 22 cuarteles generales comunistas en los nueve días siguientes al de Río Maior. En el plazo de 30 días, fueron reducidos a cenizas o escombros caso todos los cuartees generales del norte de Portugal, con la excepción de algunas ciudades grandes… En el norte, en la mayoría de los casos, el ejército (ya con una tendencia de izquierda) se negó a actuar, impresionado por la extensión del apoyo que los ataques encontraban en la población, y por el respeto a la vida humana. El 30 de julio, volvió Otelo Saraiva de Carvalho de una visita a Fidel Castro en Cuba, quien había dejado en claro, escupiendo fuego, que ‘es imposible hacer una revolución socialista sólo con métodos pacíficos’» (Ibidem)

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Texto extraído del libro Fátima, Roma, Moscú, del Padre Gérard Mura, 2005 FSSPX, pp. 52-57

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Una tarea muy difícil, es pedir constantemente a nuestros obispos que realicen la consagración de ciudades, estados y países completos al Corazón Inmaculado de María. Es difícil ya que, aunque es un acto esencialmente católico, no es visto como ecumenista, como también nos hace ver el Padre Mura, sin embargo, es de los pocos caminos que nos quedan, ya que cada vez es más evidente que es humanamente imposible contraponerse a esta voluntad demoníaca de imponer el crimen del aborto y tantos otros crímenes liberales, ¡necesitamos la ayuda del cielo!

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