Posteado por: B&T | sábado, septiembre 22, 2012

Los Cristeros dieron su Vida por la Libertad de la Iglesia

Título: Los Cristeros dieron su Vida por la Libertad de la Iglesia
Autor: R.P. Juan Pablo Díaz Hernández, FSSPX
Tomado de la revista «Dios nunca muere»; primavera 2006; Nº 24; pp. 12 y 13.

¿Por qué lucharon los cristeros? ¿Por la libertad religiosa o, más bien, por la libertad de la Iglesia Católica? Estas preguntas pueden sorprender al lector que recuerda que en aquella época se creó la Liga Defensora de la Libertad Religiosa. Pero el nombre de esta liga no debe confundirnos. Los cristeros no murieron por la libertad de todas las religiones, sino por la de su Iglesia.

La Falsa Libertad Religiosa.

Hemos escuchado frecuentemente de todo tipo de personas, aun de sacerdotes y obispos, que cualqueir religión, sea cristiana o no, es válida para salvarse y que, por eso mismo, cualquier religión puede tener los mismos derechos que la única y verdadera Religión. «Todas las religiones son buenas», «cualquiera que uno elija es la correcta», se escucha decir.

Sin embargo esto es falso y aun injurioso para Nuestro Señor Jesucristo, pues Él dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre si no es por Mí». Si aceptamos que Cristo es Dios y por lo tanto no puede engañarse ni engañarnos, ya podemos ver qué peso tan grande tienen esas palabras, pues está excluyendo a otros falsos dioses y otras personas para llegar a Dios y salvarse; y por eso San Pedro, después de curar a un enfermo, va a explicar que hizo el milagro por el poder y en el nombre de Jesucristo diciendo: «La salvación no se halla en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo por el cual debamos salvarnos» (Hch. IV,12).

Nos queda más claro cuando Jesús da el mandato a sus apóstoles: «Id por todo el mundo entero, predicad el Evangelio a toda la creación. Quien creyere y fuese bautizado, será salvo; mas quien no creyere, será condenado» (Mc. XVI,15). Y no debemos olvidar que Cristo fundó una Iglesia que fuese la continuadora de su obra y por eso le dice al mismo San Pedro: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt. XVI,18). Nuestro Señor es tajante y quiere que el hombre crea en lo que los Apóstoles predican, es decir, en la doctrina cristiana.

Los Apóstoles no predicaban ni a Buda ni a Mahoma, ni a Tláloc. Predicaban a Jesús como verdadero y único Dios, que fundó una única y verdadera Iglesia. Y ésta es la Católica. De ahí ese dogma de fe, definido en el concilio de Trento: «Fuera de la Iglesia no hay salvación».

Por lo que nadie tiene la autoridad para dar derechos o poner en pie de igualdad a las otras religiones con la única y verdadera Religión, porque simplemente el error o la falsedad no tienen derechos.

Cabe decir que éste fue uno de los temas más debatidos en el Concilio Vaticano II y que, por desgracia, prevaleció la ambigüedad y el error y de ahí salió toda la confusión y errores sobre este punto que hoy padecemos.

La Verdadera Libertad religiosa que defendieron los Cristeros.

Con lo arriba mencionado, ya podemos deducir que al ser la Iglesia la única verdadera, sólo Ella posee el derecho y libertad de existir y de cumplir con su función de evangelizadora y continuar salvando al mundo, pues así lo quiere el verdadero y único Dios.

En México, allá por la década de los 1920, la Revolución mexicana había derivado, por natural inercia, a un sistema organizado de persecución religiosa; Obregón primero y Calles después, trataron de ajustar su régimen a los principios materialistas postulados por la Revolución, contrarios a la existencia de la fe; y como el pueblo mexicano ha sido predominantemente católico, era claro que sus ataques fuesen dirigidos contra el catolicismo.

La masonería y el protestantismo yanquis simpatizaron abiertamente con esta política de opresión, que minaba la unidad del pueblo y lo hacía presa fácil de sus viejas ambiciones, mal disimuladas en una campaña constante contra el catolicismo.

Así llegamos al General Calles quien, desde la Presidencia de la República, se aplicó a la decretada destrucción de la Iglesia Católica en México; usando y abusando de la violencia y del poder, comenzó por ajustar las leyes para conseguir su propòsito.Y de por sí, algunos de los artículos de la constitución de 1917 eran abiertamente anticatólicos, pero Calles los agravó y aplicó con rigor. Eso es l oque se llamó la Ley Calles, que trató se someter y destruir a la Iglesia en México.

Esto originó muchos movimientos, primero diplomáticos, después armados, por parte de los católicos mexicanos. Así en el año de 1925, ante los ataques revolucionarios, se funda la Liga Defensora de la Libertad Religiosa, que fue la más grande asociación que abarcaba a los diferentes grupos de Acción Católica, y que tenía como fin principal la lucha política.

Interesante es el nombre de esta Liga, del que conviene hacer las debidas aclaraciones: ellos defendían la verdadera y única Religión oprimida por el estado, pedían su libertad; además hay que tomar en cuenta que en ese entonces el 98% de la población era católica y, por lo tanto, decir «Religión» era decir «Catolicismo». Es ilógico pensar, pues, que los Cristeros también dieron su vida por falsas religiones o dioses cuando ni siquiera las había en México.

Fusilamiento del R.P. Miguel Agustín Pro Juárez, S.J.

Muchas veces escuchamos decir que la epopeya Cristera fue una persecución religiosa, pero es mejor decir que fue una persecución contra la Iglesia Católica. Cabe mencionar que a los pocos protestantes que había, no se les molestó más, antes al contrario, se les concedió más libertad para poder extenderse.

Así, la Liga trataba de luchar para que la Iglesia fuera libre de existir y cumplir con su función de mediadora entre Dios y los hombres. Además, cabe recordar que también se pedía que el pueblo pudiese tener libertad de culto público al verdadero Dios, pues hasta esto estaba prohibido.

Podemos entonces concluir que la guerra cristera fue motivada y tenía como fin la libertad de la Iglesia Católica, tiranizada y pisoteada por el gobierno mexicano del general Plutarco Elías Calles y no defender la libertad de las falsas religiones que casi ni existían en aquellos tiempos en México.

Padre Juan Pablo Díaz Hernández
FSSPX
Guatemala

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Respuestas

  1. @ Alejandro Villarreal.

    Querido amigo:

    Absolutamente cierto lo que se dice en este Artículo. Gracias a los Cristeros, México pudo continuar viviendo la Gracia Sacramental 40 años más. Impetramos sus oraciones desde el Cielo para nosotros pobres pecadores mexicanos hermanos suyos en la Fe Católica íntegra e inviolada. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina!

  2. En efecto dieron su vida por la libertad religiosa de la Iglesia Católica, y nada más, porque a la Iglesia Católica fue a la única que se persiguió por el gobierno de Calles, a las otras religiones hasta se les benefició y protegió por el mismo gobierno.

  3. Necesito contactar al padre Díaz :’D un gran hombre, un gran sacerdote que tuve el honor de conocer en Guadalajara.


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